Jiang Cheng también estaba muy insatisfecho con Xu Ling. Además de sus malos modales, no estaba bien que retrasara el almuerzo de su esposa.
Al ser instado por Jiang Cheng, Xu Ling se sintió un poco avergonzada y respondió con cara seria:
—Solo miraré un poco más, ¿Cuánto tiempo puedo demorarte? ¡Eres realmente tacaño! Bien, ya no miraré más ¿de acuerdo? — Después de decir eso, Xu Ling salió de la habitación enojada, luciendo como si fuera razonable.
Jiang Cheng y Zhao Xiulan se quedaron sin palabras al mismo tiempo.
¿Por qué se siente con derecho de molestar a los demás? Cuando le pidieron que salga, ¿no lo entiende y culpa a los demás?
Zhao Xiulan no pudo evitar sentir un pequeño dolor de cabeza cuando pensó en tener que ser vecina de esas personas en el futuro. No tiene sentido enredarse con este tipo de persona, sólo tratará de evitarla en el futuro.
Es mejor ver los verdaderos colores de esta persona ahora, para no perder el tiempo con ellos en el futuro.
—Xiulan, no te enfades, ignoremos a este tipo de personas —la consoló Jiang Cheng por temor a que se enojara.
Zhao Xiulan sonrió y dijo:
—No estoy enfadada, a este tipo de persona simplemente se le puede ignorar, salgamos a cenar.
—¡Sí! —Jiang Cheng y Zhao Xiulan fueron a cenar juntos a un restaurante estatal y, por la tarde, los dos fueron a los grandes almacenes y compraron todo lo que se les ocurrió.
Tal como ollas, sartenes y cosas así toda la tarde, luego consiguieron un carrito para cargarlos hasta su casa. Después de todos estos arreglos, la "pequeño hogar" de ella y Jiangcheng finalmente tomó forma.
Aunque el lugar no es tan grande ni tan lujoso como la antigua casa de la familia Jiang, es una casa que les pertenece tanto a ella como a él, y tiene un sentimiento más íntimo y encantador. No importa lo buenas que sean las cosas de otras personas, pertenecen a otros y definitivamente no son tan buenas como las propias.
Aún faltan muchas cosas por ordenar, pero no tuvieron mucho tiempo para recogerlas, por lo que estaban listos para regresar mañana a buscarlas. Ya era tarde, más de las cuatro de la tarde, cuando se apresuraron hacia la vieja casa de la familia Jiang.
Antes de entrar, Zhao Xiulan sacó del espacio medio jin de carne de res y medio de costillas de cerdo.
—Xiulan, tenemos comida en casa, ¡no hace falta que la saques de tu espacio!
—Está bien, sacaré un poco, quiero cocinar una comida para ti esta noche.
Desde que llegó a la casa de Jiang, Zhao Xiulan aún no había cocinado. Esta sensación de tener que alcanzar la comida y abrir la boca la hacía sentir incómoda, temiendo que otros pensaran que era demasiado vaga.
Aunque sabía que ninguno de los miembros de la familia Jiang tenía esta idea, Zhao Xiulan todavía sentía que tenía que hacer algo.
—Xiulan, hemos estado ocupados todo el día, ¿no estás agotada? ¿Sigues pensando en cocinar? ¿No está Zhang Ma aquí? No hay necesidad de que hagas nada. Cuando volvamos, será mejor que descanses y no intentes cargar con todo el trabajo.
Jiang Cheng se siente muy triste cuando piensa en su esposa, que no sabe cómo disfrutar de las buenas bendiciones y tiene que trabajar para ser feliz.
—Está bien. He estado aquí durante tanto tiempo y solo prepararé esta comida, ¡así que no es nada! Mis abuelos son muy amables conmigo y quiero ser filial con ellos, cocinarles una comida para que prueben mi sazón. El abuelo ya la ha probado, ¡pero la abuela aún no! Si ni siquiera puedo prepararles una comida, me sentiré avergonzada de aceptar su amabilidad en el futuro. —Zhao Xiulan sabía que Jiang Cheng sentía lástima por ella, pero aun así lo persuadió pacientemente. Al ver que Jiang Cheng todavía estaba un poco confundido y preocupado, ella continuó:— Jiang Cheng, todavía está Zhang Ma para ayudarme, así que sólo voy a cocinar unos platos, no cuesta nada en absoluto.
