Capítulo #4:

2.9K 328 17
                                    

Capítulo #4: "El domingo de cena"

Carolina Flores

Había pasado una semana desde que llegue al país, había discutido con mi pareja prácticamente a diario. Es muy sencillo cuando tienen pensamientos tan diferentes.

Por fin conseguí un trabajo y mañana lunes comenzaría a trabajar a ejercerlo. Había ido un día de prueba. Solo tenía que cuidar a un niño de doce años con problemas de ansiedad y hiperactividad.

Amo los niños, me encanta cuidarlos, atenderlos y prestarles atención. Confío en que si te rodeas de ellos te trasmiten sus buenas vibras, su calma, su juventud y su imaginación.

Así que con mi nuevo trabajo estoy demasiado contenta.

— ¡Noona! — levanté mi cabeza para observar sus ojos verdes, ella lleva su cabello recogido, una ropa muy acomodada de color rosa, había descubierto en los últimos días que toda la ropa de mi hermana era de color rosa, en su armario podías encontrar el color rosa en todas las tonalidades, en muchas que ni siquiera sabía que existía — Nos vamos ha almorzar a casa de mis suegros, así que alístate.

— Está bien — me había quedado observando mi computadora mientras escribía uno de mis libros, amaba leer o escribir mientras tomaba una taza de té negro o té verde.

— ¿Vas a darte un baño? — preguntó mi hermana antes de salir de mi habitación.

— Si, ya voy.

Me puse de pie dejando de lado mis lentes, había olvidado que cuando me lo quitaba tan repentinamente me mareo, así que prácticamente me caí. Mis piernas aún dolían por haber hecho ejercicio en los últimos días. Sujeté mi cabeza antes de seguir caminando hacia el baño.

Me di una ducha larga, había olvidado lo que me gusta el agua caliente sobre mi espalda. Había extrañado tanto sentir como se siente que mis músculos se relajen. Así que cuando salí mi cuerpo se encontraba rojo por haberme duchado con agua muy caliente, como la llamaría mi novio: "agua de pelar pollo". Así que reí para mi misma recordando las miles de veces que me regañaba y justificarse de porque jamás se duchaba conmigo gracias a este pequeño gusto.

Cuando salí de la ducha y volví a mi habitación la temperatura fría me recibió. Observé algunas ropas, intente escoger algo que se viese bien conmigo, que me mostrara natural, así que escogí el color negro como predominate en mi ropa.

Amo el color negro. Una blusa escotada que mostraba mis lunares de entre mis senos, un pantalón negro con péquelas abertura que marcará todas mis piernas y un abrigo color carne que me salvaba del aire frío que existe en este país.

— ¿Ya estas lista? — preguntó Sergio bajando las escaleras de dos en dos.

— Si, ya estoy lista — entré al baño para colocarme un poco de maquillaje. Nada extravagante. Odiaba tanta exageración.

— Ahora hace falta que tu hermana por fin termine de arreglarse.

Y eso que hace minutos ya había terminado de vestirse.

— Creo que eso será un poco más complicado.

— Sigo preguntándome como tiene la habilidad de demorarse tanto colocándose una ropa.

— Yo tampoco lo sé.

— Dejen de burlarse de mi, los estoy escuchado bien — grito mi hermana desde el tercer piso.

Ambos comenzamos a reírnos. Creo que la única cosa en común que tengo con Sergio es nuestra ganas de molestar a mi hermana.

Media hora después por fin salimos hacia la casa de los suegros de mi hermana. Había olvidado lo bien que se sentía comer en familia. Todos en la misma mesa, las conversaciones amenas y los silencios incómodos.

No Te Enamores a Distancia [NTEAD]Where stories live. Discover now