No Te Enamores a Distancia [NTEAD]

Capítulo #31:

Capítulo #31: "La fiesta"

Carolina Flores

La rabia comienza a adentrarse en mi cuerpo cuando vamos en el auto. 

— ¿Cuál es tu problema con Leo? 

— ¿Siempre tienen que estar haciendo manitas? 

— ¿Qué tiene? ni siquiera me estuvo tocando — me estaba comenzando a irritar aún más. 

— Deja de estar cerca de él. 

— No — dije de la forma más cortante posible. 

— No te das cuenta que todos se dan cuenta de ustedes dos. 

— ¿Y? ¿Cuál es el maldito problema con eso? 

— ¿Tu lo has visto acercarse a él a ti, demostrar frente a todos que tienen algo?

<No demasiado, pero se bien que esa es su forma de ser> 

No respondo, mi mente no me lo permite, porque tiene algo de razón y yo odio dar la razón. 

— Exactamente, él no está interesado verdaderamente en ti. 

— Pero ¿qué dices?

— No te das cuenta que él es un chico que nunca podría tener una relación sería, ¿a caso sabes con cuantas mujeres ha estado él? 

— ¿A caso sabes tú con cuántos hombres he estado yo? 

— No, pero no le ganas a él. 

— ¿Y qué? ¿Esto te parece una competencia? — entrecerré los ojos hacia ella, estaba comenzando a llegar al límite de mi paciencia. 

— Ya cáptalo jamás el se interesará por ti de la manera que tu quieres. 

<Ya lo hizo>

— Él no es como tú, no lo conoces de nada, además de que no sabes ni siquiera con quien ha estado y yo si. Tú no eres su tipo. 

— Bueno, yo creo que si lo soy. 

— ¿Por qué por un par de salidas ahí estúpidas? 

— ¡No, porque me pidió ser su novia! — le grité un tanto enojada y molesta a partes iguales, ¿cómo se atreve a decir que no soy su tipo? 

— ¿Cuándo? — preguntó en un tono más bajo. 

— Hace uno días. 

— No me lo habías dicho. 

— Pues no, pero no lo sabes todo de mi y nunca lo sabrás, supéralo ya. Sé lo que hago con mi vida. 

Subí las escaleras de la casa de dos en dos, llegué hasta mi habitación, cerré la puerta de una y cerré los ojos frente al armario. 

Bajé una hora después de haberme cambiado de blusa para una más ligera y cómoda con los brazos descubiertos, aún no me acostumbro al frío que hay en este país y yo siempre he odiado las cosas de manga larga. 

— ¿Nos vamos? — pregunté a Sergio que esta acostado de manera extraña en el sofá viendo algo de Marvel. 

— Oh, si, ya casi. Cuando tu hermana salga del baño. 

— Dime que no se est cambiando de ropa. 

— No, se lo prohibí, está en el baño de aquí abajo. 

La casa tiene dos baños y uno medio. Ese es el delas vistas, para uso rápido cuando no te apetece subir tantas escaleras, normalmente no lo usábamos demasiado.