Capítulo #52:

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Capítulo #52: "Última vez II"

Carolina Flores

El agua cae por mi espalda, lavo con cuidado mi piel, mi espalda, mis pies, mis senos y mis muslos. Mi cabello cae mojado en mi espalda, lo intento organizar y peinarlo, termino por hacerlo al colocarme el acondicionador.

Lo único que estoy esperando es que mi cuerpo se relaje completamente y deje de sentir con tanta intensidad las emociones del momento. Voy a volver al país que un día dije que saldría y que haría una mejor vida fuera de allí. Quizás fue en ese momento que mi cabeza sufrió un colapso mental aceptando todo lo que se vendría por mi regreso a mi país.

Es una derrota.

Es una perdida.

<Perdiste>

Pude escuchar una risa en mi cabeza, la propia burla porque acabo de perder.

<Fracasaste>

Odio perder.

Odio fracasar.

¿La perdida vale la pena?

<Perder por amor, en cierto modo es ganar> me recordó esa parte de mi cerebro que sabe cuanto siento y cuanto amo a Leonardo.

La mente y el corazón no razonan de la misma manera y prácticamente nunca están de acuerdo. Así que mi cerebro comenzó a hacer un cuestionario a mi pequeño corazón para saber si todo esto valdrá.

Mi corazón gano, y mi ingenioso cerebro se quedó sin preguntas para sugerir una mejor manejo de la situación. Se calló y termino por aceptar la decisión tomada totalmente por mi corazón y en donde mi cerebro no había tenido ningún voto.

Porque todos estamos de acuerdo que cuando el corazón es el que siente la cabeza se desconecta para así solo hacer lo que verdaderamente quieres.

<Pero no siempre es bueno> mi cerebro me recordó las últimas decisiones que dejó a mi corazón decidir y definitivamente no me darán un premio por estas decisiones.

Salgo de la ducha con la cara roja, mis ojos están inflamados de tanto llorar y no diré nada del dolor de cabeza que desde ese momento se me instaló en el lateral de mi cabeza y desde ahora ya se que no se quitará por un largo tiempo.

Me arreglé sin salir del baño, oculté lo más posible mis ojeras, mis ojos hinchados y mi cara roja. Disimulé lo mal que habían sido las últimos días, pero sobre todo la última hora. Me maquille más de lo que lo había hecho en toda mi vida. Pero tengo una buena razón.

Quiero que este recuerdo sea un buen recuerdo, nada puede demostrar debilidad, nada en mi puede decir que falle, aunque yo ya lo sé y estoy segura que encontraré una buena forma de solucionarlo. Lo haré.

Me vestí con una blusa blanca y negra, de mangas largas, esta deja ver un buen escotado, un pantalón oscuro también y no coloqué ninguna chaqueta.

Salí sin despedirme de nadie, solo fui hasta la clínica, quiero verlo, ver esos preciosos ojos, mirarme reflejados en ellos, quiero tocar su rostro y sus manos. Solo quiero tenerlo a mi lado. Lo extraño tanto. No se como sobreviviré estando lejos de él. No lo se, de verdad que no soy capaz de imaginarme estar a tantos kilómetros de distancia, no poder hablarle, no poder tocarlo, no tener la posibilidad de escapar para estar a su lado. Solo lo necesito tanto a él.

Caminé de prisa esas dos cuadras antes de llegar a la clínica, mi necesidad de verlo se mezcla con mis nervios, haciendo que una sensación de vomitar se instala en mi estómago. Estoy mareada, quiero verlo tanto, quiero sentir su piel y rozar sus labios contra los míos.

Cuando estoy cerca, lo veo, esta de pie frente a la puerta me observa, se muerde el labio inferior y lo suelta. Se acaricia el cabello y la otra mano la pone en su bolsillo.

Lleva el cabello colocado hacia atrás, sus ojos cafés me buscan, sus labios están rojos y mojados. La camisa café combina con el de sus ojos y sus pantalones son ajustados, dejando marcado sus piernas y sus muslos. Me gusta lo estéticamente bien formado que esta, sus brazos marcados y dos tatuajes se dejan ver en sus brazos. Me agrada la forma en la que se ve cuando sonríe, parece estar contemplando lo más hermoso, pero solo me mira a mi.

Leonardo tiene todas las cosas atrayentes que toda la vida he buscado en un chico y ahora me alejaré de él.

¿Cuánto tiempo aguantará nuestro amor?

Mi mente va directo en los lindos momentos que hemos vividos juntos. Recuerdo cada beso, cada uno de sus abrazos, cada mínimo segundo que he pasado a su lado. Construimos una confianza y un amor en tan poco tiempo. ¿Será que es verdaderamente fuerte lo nuestro?

Pero cuando lo tengo así, a centímetros de mi cuerpo, las dudas se olvidan, porque en esos ojos café tengo miles de respuestas.

— Hola preciosa — sus manos van directo a mi cintura y me acerca a su lado — Te extrañé tanto — me besa en la frente como siempre lo hace cuando hay cámaras o posibilidades de que alguien nos mire.

— También te extrañé mucho.

— ¿Puedo besarla?

— Haga de mi lo que quiera. Soy tuya.

No estaba exagerando, lo amo lo suficiente como para permitir que haga conmigo lo que quiera, que me utilice, solo pido a cambio que todo el amor que tiene me lo entregue solo a mi.

— Ven vamos a tomar asiento hasta que terminen la consulta e irnos juntos.

— Haremos algo divertido.

— Estaremos juntos.

— Lo mejor.

Se acerca en cámara lenta y junta sus labios con los míos. Su sabor me hace enloquecer en cuestión de segundos y abro mi boca en busca de su lengua y que fácil es encontrarla y seducirme con ella en un juego de placer y suavidad.

Su respiración se acelera y quiero más, quiero más de él. Lo amo tanto.

— Cálmate — dice colocando una mano sobre mi pecho — Ven a sentarte a mi lado y veamos algo juntos hasta que podamos irnos.

— Que sea pronto, tengo mucha necesidad de ti, no imaginas cuanto.

— Te voy a besar hasta que nos cansemos, te lo prometo.

No Te Enamores a Distancia [NTEAD]Where stories live. Discover now