CAPÍTULO XXXIX- CELOSO

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MAX

Los rayos del sol que se cuelan por la ventana la bañan completamente, dándole a su piel desnuda un brillo exquisito.

Ella siempre es la primera en despertar cuando dormimos juntos, pero gracias a toda la actividad que tuvimos anoche, aún sigue profundamente dormida, se lo dije y se lo cumplí, le hice el amor toda la noche, lo hicimos en posiciones que ni yo mismo había experimentado antes, y eso que he tenido bastante sexo en mi vida, desde que perdí mi virginidad.

Me sostengo del codo acostado de lado para poder verla mejor. Tiene sus hermosos ojos cerrados y sus largas pestañas descansan en el lecho de sus mejillas, la boca la tiene entre abierta, los labios hinchados por tanto que nos besamos, tiene marcas en las tetas y en la parte interna de los muslos, su sexo está rozado y un poco hinchado, al igual que mi pene, el cual está un tanto adolorido por tanta fricción.

No me canso de admirarla, es preciosa, la mujer más hermosa que haya conocido, su cabello desordenado y enredado se esparce por la almohada, su pecho sube y baja por su respiración acompasada y tranquila.

Me alegró mucho que ambas sorpresas que tenía preparadas para ella le gustaran, lo pensé demasiado desde que me enteré de la fecha de su cumpleaños, los posibilidades eran muchas, podría regalarle ropa, zapatos, un viaje, joyas, un auto, un departamento, una casa, una mansión, maldita sea incluso le hubiera regalado un maldito avión para que viajara cuando se le antojara, pero sé que esas cosas que no la iban a hacer feliz, ella aprecia los detalles, es sencilla y es esa misma sencillez lo que me hace amarla, porque sí, la amo, la amo con toda mi alma, anoche mientras admiraba el espectáculo de luces estaba listo para decírselo, pero no quiero que piense que vamos muy rápido, no quiero asustarla.

No sé si lo que ella siente por mi es tan grande y profundo como lo que yo siento por ella y eso me aterra, me da miedo ser el único que se está enamorado de verdad aquí y que un día ella decida que no soy suficiente y se marche.

Sé que no soy perfecto y tengo mil defectos pero estoy haciendo un esfuerzo por hacer las cosas bien, nunca me había preocupado tanto por preparar una sorpresa para alguien, mucho menos para una mujer, me la pasé toda la semana ensayando la coreografía con el instructor privado que contraté y estaba tan nervioso que casi se me olvida, pero verla tan emocionada y con los ojos brillando de lujuria por mí, me dio la confianza para continuar.

Borré de mi teléfono los contactos de las mujeres que tenía en mi lista, porque era un bastardo que tenía una lista de mujeres con las que quería coger y ahora todo eso se ha ido y con la única que quiero estar es con ella, siempre creí que la fidelidad era una mierda romántica que te vendían las historias de amor y que era un desperdicio que un hombre se conformara con una sola mujer, pero ahora lo entiendo todo, la fidelidad no es un sacrificio sino una elección, una elección que sin darte cuenta tomas y sin ningún esfuerzo sigues.

En gran parte de mi vida fui una mierda de hombre con las mujeres, lo reconozco y recuerdo muy bien las palabras de Isaac cuando me dijo que cuando llegara la indicada la iba a cagar por estar acostumbrado a ser un completo hijo de puta, bueno palabras más, palabras menos, el punto es que recuerdo la esencia de su advertencia y por eso mismo estoy esforzándome con ella, porque no quiero que me pase lo que a él, que por sus pendejadas perdió a mi madre y aún sigue enamorado de ella.

Mi gatita empieza a moverse, señal de que está despertando.

- Hola dormilona - le doy un beso en los labios - creí que no despertarías hasta el anochecer.

- Hola, amor - se estira arqueando la espalda y mi pene, el cual está erecto desde que desperté, da un respingo rogándome porque lo meta en su lugar favorito, a pesar de estar todo adolorido. - me duele un poco el cuerpo.

- ¿Por qué?- pregunto inocentemente, deja de estirarse y me mira con los ojos entrecerrados cómo rendijas.

No me contesta nada y en su lugar me abraza y empieza besarme, desciende hasta llegar a mi garganta y me da una mordidita.

- Por mi regalo - susurra en mi oído, haciendo que la piel se me erice. - gracias - agrega en el mismo tono - nunca había tenido un cumpleaños tan perfecto y especial. Gracias.

- Te mereces eso y más mi amor -se lo digo mirándola a los ojos, espero pueda ver la sinceridad en ellos- te pondría el mundo a los pies, pero sé que eres perfectamente capaz de hacerlo tu misma, así que lo único que espero es estar a tu lado cuando lo logres.

Me mira expectante por varios latidos.

- ¿En verdad piensas eso de mí? - pregunta y no sé por qué se sorprende.

- Lo pienso y lo creo amor.

Empiezo a besarla de nuevo, de pies a cabeza y aunque no la penetro la hago venir un par de veces antes de ir a ducharnos.

PUDE HABER SIDO YO [+18] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora