CAPÍTULO XLIII- SOSPECHAS

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EMILIA

— ¿Qué te haces en el cabello? — pregunta Valentina levantando un mechón de mi cabello y sosteniéndolo frente a su rostro para examinarlo. — ¿te lo tiñes o es tu color natural?

— Es mi color natural — contesto apreciando su intento por entablar una conversación y acabar con el silencio incómodo, quizás nos juzgamos mal y pretende que tengamos un nuevo comienzo.

— Me gusta — admite — talvez la próxima vez me ponga un tono parecido.

— ¿No eres rubia natural?

— Pff, no — resopla — mi tono es claro pero no tanto, a los hombres les gustan las rubias, pero me doy cuenta que también las castañas— no me gusta el tono en que lo dice o a lo mejor son mis celos que me hacen pensar que se refiere a un hombre en específico.

— Creo que debes de elegir algo con lo que tú te sientas cómoda y te guste, no pensando en los demás, mucho menos en los hombres.

Se encoge de hombros y antes de que pueda contestar algo, la camioneta en la que viajamos se sacude.

— Señoritas usen su cinturón por favor — recomienda una de los escoltas, aunque no es necesario ambas estamos usando el cinturón en todo momento.

— ¿Pasa algo? — inquiero alarmada.

— Nos vienen siguiendo — se escucha una voz por el radio, los escoltas empiezan a intercambiar claves que desde luego no entiendo y aumentan  la velocidad.

Mi corazón se acelera al punto de que siento que en cualquier momento saldrá disparado de mi pecho.

Un grito de Valentina me hace mirar por la ventana para ver el motivo de su histeria, la segunda camioneta de los escoltas sale disparada de la carretera al ser impactada por otro auto.

El estómago se me contrae al ver cómo se impacta con el grueso tronco de un árbol.

Los escoltas maldicen y hacen un reporte de la situación a quien quiera que los esté monitoreando.

Valentina tiene un temblor en las manos, yo trato de mantener la calma no podemos actuar como dos locas, eso solo sería contraproducente.

— Tranquila todo va estar bien — ofrezco pero no es así, un segundo auto empieza a seguirnos mientras que el auto que impactó la camioneta de los escoltas se detiene, un hombre baja del vehículo, por la distancia no alcanzo a ver quién es, pues ya vamos muy lejos, al tratarse de un tramo de carretera llana aún se alcanza a ver a la distancia, solo alcanzo a distinguir cómo levanta la mano sosteniendo un arma, me giro inmediatamente y solo alcanzo a escuchar cuatro detonaciones del arma, en esa camioneta viajaban cuatro hombres.

Valentina vuelve a gritar y de pronto la ansiedad y el desespero se apoderan de mí.

Dentro del vehículo es un caos, nuestros escoltas tratan de comunicarse con los de la otra camioneta pero está claro que no les van a responder, Valentina sigue gritando y yo trato de contener las lágrimas sin dejar de pensar en la persona que ya no volveré a ver si algo me pasa.

Uno de nuestros escoltas saca medio cuerpo por la ventana y empieza a disparar, su arma tiene un silenciador por lo que no afecta nuestros oídos, pero los que nos persiguen no son tan considerados, el sonido del disparo es atronador aunado al sonido de las balas rebotando en la coraza de la camioneta blindada.

Los disparos sesan por un momento, en el cual somos impactados desde atrás.

El escolta que disparaba vuelve a estar sentado en su lugar mientras recarga su arma, pero entonces otro impacto nos hace salir volando de la carretera.

PUDE HABER SIDO YO [+18] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora