CAPÍTULO XLVIII - EL APOCALIPSIS

3.8K 217 69
                                    

TIPO DE NARRADOR TERCERA PERSONA OMNISCIENTE.

Las verdades duelen, más aún cuando son dichas a destiempo y aún más cuando se han mantenido ocultas y dichas a medias, lo que las termina convirtiendo en mentiras.

¿Quien define la línea entre una verdad y una mentira?

¿Eso siquiera existe?

Como una vez un escritor famoso, más o menos dijo; la línea entre la vida y la muerte es tan delgada que no se sabe dónde termina una y empieza otra, me atrevo a afirmar que con las verdades y mentiras pasa lo mismo.

Una se puede disfrazar de otra y viceversa y eso desdibuja la realidad a un punto en que ya no se tiene idea de cuál es cuál.

Las palabras ya han sido dichas, el daño ya está hecho, parte de las cartas ya se han puesto sobre la mesa incluso antes de que Emilia lo supiera.

— Estás mintiendo — logra gesticular sin apenas aliento, se ha sentado en el borde de la cama pues sus pies se han vuelto demasiado débiles para sostenerla.

Su visión se torna borrosa, el mundo a su alrededor da vueltas y ella trata de mantener la vista fija  en el piso para asirse a la realidad y no perder la consciencia. 

Steven se acurruca a su lado ofreciendo su apoyo incondicional a mamá.

— No — contesta Natalia —por eso no te quería en esa ciudad, pero tú te empeñaste — reclama como si todo fuera culpa de su hija y no de ella por ocultar algo tan importante — cuando me enteré  dónde trabajabas intenté hacer que volvieras pero nunca me escuchaste.

— Eso no puede ser  — musita Emilia más para sí misma — ¡eso no puede ser ! — grita ahora dirigiéndose a su madre, las lágrimas corren libres por sus mejillas al entender la magnitud de lo que está pasando.

Se ha acostado con su hermano, ha mantenido relaciones sexuales con él en  múltiples ocasiones y por si fuera poco, se ha enamorado de él hasta los huesos, debería sentir repulsión, asco de si misma, debería arrepentirse y frenar lo que siente por él, pero no siente nada de eso, no hay asco, repulsión, mucho menos arrepentimiento.

No importa que sea su misma sangre, no importa que sea su medio hermano, ella lo ama y no se disculpará por eso. Pero en cambio tiene preguntas y quiere respuestas.

Mientras tanto Max sale del hospital, satisfecho con el nivel de seguridad que lo custodia celosamente, pero aunque trata, nada de eso lo calma, siente una opresión en el pecho la cual no disminuye al ver la cara pálida de su hermano, quien ha estado muy callado.

Docenas de periodistas están a las afueras del lugar apuntando sus cámaras a los hermanos Bécquer, los escoltas los apartan, y  los reporteros piden información acerca del secuestro de Emilia, uno de ellos pregunta algo acerca de como se sienten al enterarse de que ella es su hermana,  pero su pregunta no es escuchada por el menor de los Bécquer, en cambio Matías la escuchó perfectamente, él ya se ha enterado que la noticia fue filtrada, Max al no tener su teléfono consigo no está al tanto de las malas nuevas que circulan en la red, Matías no sabe cómo abordar el tema con su hermano y odia no saber si la noticia es cierta o simplemente son especulaciones.

No sabe qué hacer, no sabe cómo proceder, no sabe nada y eso lo desespera.

Está a punto de abrir la boca cuando su teléfono suena, lo saca del bolsillo interior de su chaqueta y contesta inmediatamente cuando ve el nombre de su padre me la pantalla.

— Vengan a ciudad de México — es lo primero que dice Isaac cuando Matías responde.

— ¿Por qué? — cuestiona el mayor de los hermanos.

PUDE HABER SIDO YO [+18] COMPLETA ✓Where stories live. Discover now