21.

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Se había hecho de noche. El rubio miraba através del ventanal de la habitación los carros ir de un lado a otro. Escuchaba bien el sonido del agua que caía debido a que Uzui se estaba dando un baño y además de ello, el sonido del televisor encendido. Se giró un tanto cuando escuchó, además de esas dos cosas, la vibración de un dispositivo móvil. Observó la puerta, con detenimiento y algo de susto, antes de acercarse a este. Tal vez, su no huida había provocado que bajara un poco la guardia. Vacilante dio paso y paso hasta que llegó a la mesita de noche y, ya que no se sabía la contraseña, notó un mensaje.

Hinatsuru:

Amor, qué bien nos la pasamos ayer. Ya te extraño de nuevo conmigo, ¿Vendrás hoy?

Subió la mirada. Apagó el celular unos segundos antes de volver a encenderlo. Se percató que, para sacarse una foto, no era necesario saber la contraseña. Así que alzó el dispositivo unos segundos y, aunque no le gustaba como se veía, ni lo demacrado que estaba, sonrió un tanto antes de sacarse la fotografía. Luego de ello dejó el celular donde iba y volvió al ventanal. El hombre salió luego de otros minutos y se asustó al sentir que le abrazaba desde atrás.

—¿Por qué no vas a tomar una ducha?

—Lamento haber tomado tu teléfono —dijo y se alejó de él. Uzui de repente se tensó y sus ojos parecieron ser dagas—, pero... supongo que tu amante te necesita.

Este se acercó al celular y leyó el mensaje. Le oyó suspirar, así que habló de nuevo.

—Sí, debería tomar un baño.

Se fue de ahí más rápido que ligero. Cerró la puerta con seguro antes de respirar hondo y sentir que su corazón se había alocado con sus propias palabras. Tal vez a Uzui no le había gustado que tomara su dispositivo, y podría ser que le castigara. Cerró sus ojos, se acercó a la ducha y permitió bajarse su ropa. Allí se puso bajo la regadera y la abrió. Justo cerró los ojos. Uzui había dejado el agua de la ducha con una temperatura tibia que le hizo suspirar. ¿Acaso se iría él con la tal Hinatsuru?

Sacudió la cabeza y se asustó al escuchar unos toques en la puerta del baño. No apagó la regadera, sino que salió del cubículo y tomó la manija con una mano para abrir. Con cuidado sólo observó por una diminuta rendija que pronto tuvo que apartar. Se encontró cara a cara con Uzui, quien le miraba desde arriba. Él, ahora hacia poco, desnudo y con los cabellos empapados, no apartó los ojos por más miedo que le diera la situación. Aunque la comisura de sus labios temblaran de manera frenética, tuvo que hacerle frente. Era necesario.

—Esa foto... es bonita —murmuró con una sonrisa—. Acerca de haber tomado mi celular, pensaba darte un castigo porque no lo tenías permitido, sin embargo... ella fue quien escribió primero, ¿no? Te dio curiosidad, es normal.

—Gracias, aunque no me siento... bonito —le dijo— y... supongo que entonces estamos en buenos tratos. ¿Irás con ella esta noche?

Agarró con cuidado sus manos y las llevó hacia su cintura. Sus mejillas se pusieron calientes por la barbaridad que iba a soltar, pero seguro, seguro que a Uzui no le molestaría que dijera lo siguiente antes de que incluso pudiera responder.

—Digo... Hoy quiero que tu único amante sea yo, ¿te gustaría?

¿Qué hacía él preguntando ese tipo de cosas? ¿Acaso no le daba vergüenza?

La pena de ese acto no se fue incluso cuando Uzui bajó un tanto su cuerpo y abrazó con más fuerza el suyo.

—No me iré hoy, incluso aunque ella me hubiese escrito —le dijo—. ¿Cómo me iría sabiendo que antes habían irrumpido en casa? Tal vez, sepan que estamos aquí y deseen venir, pero estoy presente acá. No habrá problema alguno. Me dedicaré estas noches sólo a ti.

Uzui [UzuZen]Where stories live. Discover now