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Hinatsuru sentía que cada segundo que pasaba estaba en su contra.

Estaba acorralada entre el ínfimo tiempo que cada vez se hacía más corto y los ojos de una feroz bestia detrás de su nuca, con una tarea en mente: acecharla. A pesar de que Uzui había optado por no acompañarla, la mujer sentía en cada fibra de su ser un extenso y vibrante terror que no le permitía siquiera respirar como se suponía, pues la hiperventilación inundaba cada zona de su cuerpo. En el desastre que consistía el hotel en ese estado, ella no podía siquiera mantenerse en pie sobre todo por la cantidad se objetos peligrosos que estaban a un paso de ella. La saliva ni le pasaba por la garganta. Estaba pálida y si se tocaba los brazos, estaba helada. Tenía en su mente todavía el cruel momento en el que Uzui le había obligado a tomar parte en esa misión que le había encomendado. No podía creer, siquiera asimilar, el hecho de que ese mismo hotel por la mañana estaba intacto y que había visto a varios de esos cuerpos amontonados en el piso, vivos.

Se movió llorosa con la cara hecha un asco mientras buscaba con la más pura desesperación el dichoso dispositivo móvil. El silencio que la rodeaba poco a poco le llenaba de angustia. Una burbujeante sensación subía desde laa sudorosas plantas de sus pies y le erizaba hasta el último de los cabellos que se encontraban en su nuca. Mientras más escarbaba con los dedos torciéndose entre el montículo de gente y desastres pintados de sangre, más sentía la taquicardia detonada en sus oídos. Parecía un tambor que le advertía la llegada de su fin. Veía, observaba, analizaba, pero aún con todo y eso nada se presentaba ante sus ojos.

Tenía miedo.

Parecía que entre más buscaba, nada pasaba. No ocurría nada bueno. Se iba de un cuarto y luego corría con pánico hasta otro. Provocaba más desastres de los que había creído posible en un pasado. Lloraba e hipaba de la mala suerte que había tenido ese día. Había pensado, antes de llegar, que lo mejor era detenerse y tal vez hacer otra cosa. Su corazón se lo había advertido sin disimulo alguno. Era claro que su instinto ya sabía lo que pasaba sin siquiera haber puesto un pie en ese maldito lugar. Lo mejor habría sido escuchar sus sentidos y haberse dado la vuelta para no tener que haberse visto metido en dicha situación.

Se dio un fuerte cabezazo al chocar en contra de una de las puertas. Joder. Jamás iba a encontrar nada. Si no lo hacía, ella moriría. Ella ya no estaría más. Joder, ¿iba a en serio morir ahí? Mierda, ¿morir? ¿En ese lugar? ¿Ella? ¿P-por qué? Ella no-

Entonces se detuvo. Tenía que respirar. Tranquilizarse. Se quedó de pie, varada entre algunos cadáveres que mejor era no mirar porque aunque había obviado las náuseas que traía prendada en la garganta, sabía que lo iba a devolver si le echaba una segunda ojeada. Observó las luces en el techo. La intensidad de un tono dorado que iluminaban todo el espacio en aquel, ahora desde su perspectiva, infinito pasillo. En ese mismo lugar inhaló y exhaló más de tres veces. Bien. Tenía que mantener la cabeza fría.

Le quedaba poco tiempo. Tenía que saber dónde estaba ese celular. Era su vida, tenía que priorizarla. Aunque estaba nerviosa como nunca, buscó con sus temblorosos dedos una aplicación mediante su celular, que de repente se había empapado con el sudor de las palmas de sus manos. Se le hizo difícil, pero logró encontrar algo decente que pudiera ayudarla. Supuso que el celular de Uzui podría tener batería suficiente todavía, así que comenzó su búsqueda.

Pasillo tras pasillo, puerta tras puerta, mientras más se movía menos encontraba. Corrió entre todos los cuartos sin darse descanso. Tenía el corazón enjaulado dentro del pecho. Entonces una señal de un celular la detuvo. Nada la detuvo de llegar en algunos saltos desesperados hasta el final del pasillo. Entre lágrimas y gemidos de angustia revisó una de las habitaciones y encontró algunos celulares compilados que al parecer estaban encendidos. Divagó entre los que estaban varados, sin ser capaz de encontrar el que tenía en mente.

Uzui [UzuZen]Where stories live. Discover now