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A eso de las doce del mediodía luego de la noche y madrugada tan movida que habían tenido, Uzui le tendió algo cuando apenas había abierto sus ojos. Zenitsu se sentó con cuidado y se halló un tanto desconcertado al notar un lápiz y un papel en blanco. Por unos instantes se sintió atemorizado cuando le vio arreglarse, así que ignoró el hecho de que le había dado algunas cosas y se acercó a él después de un doloroso salto. Sus piernas temblorosas se fueron hasta su sitio e ignoró la manera tan incómoda como los últimos fluidos de la noche bajaban con rapidez de sus muslos interiores.

—T-tú... ¿A dónde vas?

—A traer algo de comer —susurró y sonrió al verlo—. Me apena que no te haya dejado sin poder caminar.

Apartó su mirada con vergüenza, pero dejó de estar tenso cuando sintió que el hombre le abrazaba su cuerpo desnudo con sus brazos cubiertos. Había creído que se iría donde su amante y aunque quiso decirle que quería que la dejara sola, no se atrevió por el mero recuerdo de lo sucedido con Suma y tener que pasarlo con la otra. Temió que se hubiese cansado, pero al parecer se encontraba bien. Cerró sus ojos al sentir que acariciaba su espalda con ambas manos.

—Ve a la cama, o si prefieres irte a bañar, como desees. Te traeré un almuerzo delicioso —murmuró.

—¿Y el papel y el lápiz?

—Ah, para que le escribas lo que desees decirle a tu hermano, en eso habíamos quedado.

El hombre le dejó un beso en su frente antes de irse. Le aseguró con sus ojos afilados que lo mejor era no buscara escaparse y Zenitsu asintió. Cuando la puerta se cerró el rubio se fue con cuidado hasta la cama y agarró el lápiz y el papel. Antes de ello prefirió irse a bañar para quitarse la suciedad del cuerpo. Así lo hizo y más rápido que ligero volvió a la cama para empezar a escribir. Bien, ¿Qué debería dejarle saber? Bueno, lo primordial era que supiera que estaba vivo.

Hey, Rengoku.

No, eso no sonaba bien, ni convincente. Mordió la parte trasera del lápiz y dejó correr la información que le llegó a la cabeza.

Hola, hermano.

Ha pasado algo de tiempo, lo sé. También sé que seguro te has preocupado porque no nos hemos visto en algunos meses. La última vez fue esa noche, cuando hablamos y decidí ir por la mañana al trabajo. ¿Sabes? No te preocupes, yo acepté lo que me había propuesto el señor Muzan, así que por favor, no pelees con ellos. Te conozco.

Acerca de regresar, sabes bien que se me hace difícil, por lo tanto no tengo una fecha clara ni exacta.

No, ese último párrafo no estaba bien escrito. Uzui podría hacerle una pelea por ello. Borró la última oración.

Por favor, dile a mamá y a papá que estoy bien, que aunque estoy ocupado no me he olvidado de ninguno de ustedes. Que los amo, que los extraño y que estoy haciendo bien el trabajo que me encomendaron.

Sintió la cara caliente por la humillación que le brindó la última oración. Bien Zenitsu sabía de lo que trataba su «trabajo» y le dio pena el hecho de que Uzui podría burlarse de lo que hacía. Respiró hondo, nervioso y tonto. Ahí podría también estar una oportunidad de salir e irse, pero... seguro que Uzui iba a revisar esa carta una y otra y otra vez hasta encontrarle algún defecto y podría ser que asimismo le podría castigar. Con lo obsesivo que era, no tomó riesgo alguno. Lo haría en un futuro, pero no ahora. Era primordial que Uzui comenzara a pensar que era bueno que él saliera de vez en cuando, y eso implicaba que tuviera confianza.

Te amo, protégete. Cuida a papá y mamá.

Con amor, Zenitsu.

Bien, eso era suficiente. No creyó necesitar nada más por el momento porque no podía aventurarse a ser más revelador. Sabía que era extraño. Zenitsu jamás se había alejado tanto de la casa de su infancia, Rengoku tampoco lo había hecho, en realidad muchos vecinos decían que todavía eran hijos parásitos porque no tenían casas propias, ni novias, pero a él ese tipo de comentarios le habían dejado de importar hacia mucho tiempo, quizás años cuando su madre y padre les dijeron que a ellos no les molestaba si ambos hijos estaban en su casa. Sin embargo lo sabía. Sentía que esa carta no era verdadera, y que Rengoku podría reconocer que era más falsa que nada, pero a pesar de conocerlo y sospecharlo no era como si pudiera hacer otra cosa y contarle la verdad del asunto.

Uzui [UzuZen]Where stories live. Discover now