33.

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—¿Y-y esto?

—¿Cómo que y esto? —preguntó con un toque de mofa—. Esto es lo que me dijiste que querías hacer algún tiempo atrás, ¿lo recuerdas?

Zenitsu supo que, luego de aquella discusión, si Uzui se levantaba de buenos ánimos era por algo que no le iba a agradar. Se llevó una de sus manos a su cuello por sentir que no pudo pasar saliva cuando se percató de la tarima en el escenario del casino que tantos nervios le trajo. Se habían levantado temprano y ahí estaban, cuando no había ni un alma en ese lugar.

—Hoy precisamente estará repleto de personas por la noche —comentó para su mala suerte. Zenitsu aguantó la respiración—. Vendrá una persona muy importante, y quiero demostrarle que eres mi amante. ¿Qué tal?

Sintió un escalofrío recorrer su piel, pero aún así decidió que era algo que tenía que hacer. Al parecer Uzui no iba a olvidar eso, y si no era ahí, tendrían relaciones en cualquier parte con mucha gente. Tragó saliva con un tanto de dificultad antes de suspirar.

—¿Le gustará a esa persona?

—Es bisexual, así que supongo que sí le gustará.

—¿Y los demás?

—Los demás sólo tienen que verte disfrutar, no importan —solucionó con una sonrisa antes de tocar sus hombros de manera delicada—. Quiero que me digas que te gustaría probar ahí.

Se sonrojó a pesar de la molestia que le provocó saber que no podría negarse a ello. Sintió que sus manos bajaron hasta su cintura y se adentraron a su ropa, donde pudo tocar su piel. Zenitsu cerró los ojos para imaginarse la situación. No sólo pensó en las probabilidades de que Uzui lo hiciera para, como decía, probar a los demás que Zenitsu era suyo, sino en sus propias expectativas. Él, a pesar de todo, asimismo deseó que Hinatsuru les viera, que cualquier mujer lo hiciera. Que supieran que Uzui sólo le pertenecía a él, a Zenitsu. Escondió su rostro con vergüenza porque quiso, ansió, sonreír ante ese pensamiento. Le dio tanta pena, tanto bochorno que lo único que sus labios hicieron fue una mueca extraña.

—Zen —cantó en su oído útil y Zenitsu soltó un jadeo de sorpresa cuando experimentó algunas caricias en sus tetillas. No lo sintió—. Dime.

Los vellos de sus brazos se levantaron eufóricos.

—Y-yo...

—¿Ajá? ¿Algo nuevo que quieras probar o prefieres lo que hemos hecho hasta ahora? ¿Cómo quieres disfrutarme?

Uzui dejó un delicado beso en su mejilla antes de acercar su pelvis endurecida a su trasero. Zenitsu le observó desde un lado, con las pupilas grandes y la cara encendida de un color rojizo vibrante. Se apartó con suavidad hasta la misma cama para mirarlo.

—Yo... uh, no sé cómo... —movió sus manos con algo de desesperación antes de soltar, avergonzado como nunca, un gruñido pequeño—, q-quiero... uh.

—¿Si? —preguntó coqueto, con una sonrisa. Pareció disfrutar su comportamiento. Miró el reloj en su muñeca—. Hoy tengo todo el tiempo del mundo para escucharte.

Decidió inhalar con profundidad. Mantuvo el aire unos segundos y después lo exhaló. Necesitaba calmarse.

—Eh... Quiero... —se calló. La mente la tenía revuelta con tantas cosas, pero alguna que otra prevaleció. Llevó sus manos y las unió—, me gustaría... estar atado.

—Bien, ¿Manos o pies? ¿Algo más?

—Manos, con una soga. Eh...

Volvió a cerrar los ojos. Además de eso, ¿Qué más? Volvió a imaginarse varias cosas, pero todas resultaban terminar en lo mismo. Uzui sometiéndolo a situaciones horribles y humillantes donde le hacía daño antes de recibir su tan ansiada recompensa. Se movió un poco, con algo de expectativa.

Uzui [UzuZen]Where stories live. Discover now