17

2.7K 264 32
                                    

Entramos por la puerta del bar y de inmediato la alegría se hizo presente, esperaba encontrarme con gente ebria peleando como en las películas pero por el contrario, todos bailaban y hablaban bastante animados.

Sí había gente en pedo, pero parecían estar bastante tranquilos.

—¿Es lindo, no? —preguntó Paulo al ver cómo me quedaba observando todo sorprendida.

Asentí con la cabeza, Matt nunca me había dejado ir a un bar por miedo a que e agregue otra adicción a mi lista. Era un buen amigo y yo era una nena caprichosa que siempre lograba lo que quería, y nunca quería algo bueno para variar.

Cada cosa chiquita me sorprendía, era como estar en un mundo totalmente diferente y me di cuenta de que en realidad nunca había conocido cosas diferentes, no había recorrido nada a pesar de tener los recursos para hacerlo.

Paulo entrelazó su mano con la mía y nos fuimos a sentar en los taburetes de la barra, había un hombre mayor del otro lado preparando tragos que nos dedicó una radiante sonrisa repleta de amabilidad a penas nos vió.

—¡Oh, el amor! —sonrió para acercarse a nosotros y saludarnos como si nos conociéramos de toda la vida, me causó bastante comodidad porque me remontó directo a la gente de Argentina.

—Mi nombre es Paulo, un gusto —sonrió el chico y apretó mi mano con suavidad—. Ella es Nicole.

—Una chica muy bonita con un nombre bonito y un galán enamorado, la perfecta combinación —sonrió y se quitó el sombrero, haciéndome sonreír—. Mi nombre es Lorenzo y es un placer conocerlos, ¿Les puedo ofrecer algo?

Paulo pidió por mi y por él, yo solo pedí una pizza porque no podía tomar alcohol sin comer. Aunque técnicamente veníamos de merendar así que se suponía que no debería tener hambre, pero yo siempre tenía hambre.

—Tu belleza contrasta a la perfección con el ambiente —susurró con una sonrisita y sentí mariposas revolotear por mi estómago.

—Sos un chamuyero —negué con la cabeza, intentaba ocultar que sus palabras me habían generado algo.

—No, soy un galán enamorado.

Reí y llevé la cerveza a mi boca, era dulce y generaba un sabor bastante rico en mi boca. Noté como Paulo reía y no entendí el porqué hasta que el chico pasó su pulgar por encima de mis labios y limpió lo que parecía ser el rastro de un bigote de espuma.

Más vasos llegaron y entre todos reíamos por las anécdotas que se escuchaban de los otros consumidores, Paulo tenía una mano en mi cintura y en la otra su vaso, una pareja se había acercado a nosotros y entre los cuatro hablábamos de cualquier estupidez.

Cuando la pareja se descuidó unos segundos, Paulo me robó un beso y yo abrí mis ojos con sorpresa. Rodé mi cabeza para todos lados en busca de alguien que nos haya visto, no sé si es que estaba más paranoica por el alcohol.

—Paulo, ya hablamos de esto. Dijimos que n..—fui interrumpida cuando sus labios chocaron de nuevo con los míos y casi caigo al suelo de la impresión pero él me sostuvo evitando esa caída.

Supe que el alcohol empezó a hacer efecto cuando llevé una mano a su nuca y seguí el beso sin darle importancia a nada que estuviera a mi alrededor. Sus dulces labios eran de por sí embriagadores, el sutil gusto a licor los hacía aún más adictivos para mí.

—¿Una más? —murmuró un poco distraído mientras relamía sus labios y asentí gustosa.

Lorenzo nos había servido un licor de chocolate aunque no supe distinguir muy bien su sabor, habían tenido todos el mismo gusto hace unos dos o tres vasos atrás.

—Fondo a las tres —propuse y él asintió.

—Uno...

—Dos...

Y tres. Los dos tomamos lo más rápido que tuvimos y sentí que el efecto me pegó de golpe, todo empezó a dar vueltas y tuve que sostenerme de la barra de madera para ubicarme más en espacio y tiempo.

—¿Y si mejor nos vamos? —preguntó Paulo y por el tono de su voz pude notar que estaba igual que yo, aunque no sé si me encontraba en condiciones como para saber si él estaba o no tan borracho como yo.

Agarré la mano que me estiraba y sostuve mi bolso con fuerza cuando salimos, desde adentro había escuchado la lluvia y lo único que yo tenía para abrigarme era un viejo cardigan blanco que seguramente se empaparía por completo y no cumpliría con su función de abrigarme.

Lo más probable era que iba a enfermarme.

Paulo abrió la puerta y cuando salimos el frío golpeó con fuerza a mi cuerpo, mis manos empezaron a temblar pero no era algo tan insoportable. No si Paulo me seguía sonriendo de la forma en la que lo estaba haciendo.

Miré al futbolista y estaba empapado con lluvia pero aún así se veía jodidamente guapo, por algún motivo empecé a reír y él lo hizo conmigo. Me sentía como una adolescente teniendo su primera borrachera después de escaparse de su casa para ir a una fiesta porque su mamá no la había dejado salir, era algo que probablemente me había pasado en mi juventud pero si así fuese, no lo recordaba.

—Sos muy lindo, ¿Sabías? —sonreí risueña y él también lo hizo, de repente el frío había desaparecido y la lluvia ya no me estorbaba tanto.

Paulo acunó mi cara entre sus manos y yo pasé las mías por sus hombros, los dos nos sonreímos por unos segundos antes de unir nuestros labios en un dulce beso que se vió interrumpido por un fuerte trueno que resonó en el cielo.

Nos miramos por unos momentos antes de sonreírnos y echarnos a correr entre las calles de Italia, cualquiera que nos viera pensaría que estábamos locos y seguramente mañana tendríamos varias consecuencias que afrontar por las decisiones que habíamos elegido tomar esta noche.

No sabía si iba a arrepentirme o no, sabía que Paulo y yo buscaríamos la forma de librarnos de cualquier situación. O al menos lo intentaríamos.

Nos refugiamos abajo del techito de un supermercado y Paulo sacudió su cabeza haciendo caer algunas gotitas de agua al suelo, se sentó en el piso mojado y yo me senté al lado de él aunque el frío piso me congelara el culo.

—Te amo Nicole —soltó como si fuera algo que se dijera todos los días y abrí mi boca sorprendida.

—Estamos borrachos Pau, no digas algo de lo que mañana te puedas arrepentir.

—Te amo, Nicole —repitió serio y tragué saliva—. Mañana voy a estar sobrio, y te voy a seguir amando.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Where stories live. Discover now