28

2.3K 231 20
                                    

—¿Hola? —sostuve la planta por debajo de mi brazo, casi haciendo malabares para que mi teléfono no se caiga al piso.

—¡Nicole! Al fin contestas, estuve todo el fin de semana llamándote, al igual que a Tom.

—Ah, hola Matt.

—Hay noticias.

Rodé los ojos por instinto y reí al saber que si él hubiera estado acá, posiblemente ya me estaría retando.

—Me llamaron de un estadio ahí en Argentina, no recuerdo el nombre pero te quieren cantando en un evento importante.

—¿Cuándo?

—El 23 de marzo.

—¿Qué? No, yo ya anuncié mi retiro de la música, por si te olvidabas.

—Bueno, este va a ser el cierre de oro porque ya acepté.

—Te voy a despedir.

—Tienes que cantar una nueva canción, algo fresco. Adiós, te quiero.

Cortó el teléfono y solté un grito de frustración que hizo salir a Martina corriendo desde adentro de la casa, me miró como si estuviera loca y en realidad lo estaba, Matt acababa de colmar mi paciencia.

—¿Qué pasó? —me miró preocupada.

—Al parecer sí voy a ir al partido con vos.

No podría explicar la forma en la que se transformó la cara de Martina, aunque no fue en un mal sentido, al contrario. Sus ojitos se iluminaron y empezó a dar saltitos a mi alrededor mientras yo me replanteaba una y otra vez la idea de cambiar de manager.

—¡Ay, sí! —chilló emocionada—. Vamos a poder ir a comprar vestidos juntas, yo justo iba a ir hoy y no quería ir solita.

—¿Por qué comprarías un vestido? Vas a ir a ver un partido, no a una alfombra roja —espeté malhumorada.

—Porque después tenemos la fiesta de los campeones, boba —habló como si fuera lo más obvio—. Va, es un día después y se suponía que iba a ser una sorpresa para vos pero acabo de cagar todo.

—¿Qué?

—Sí, Ni. Estás en las nubes vos eh —rió y enganchó su brazo con el mío, obligandome a dejar la planta de lado.

—Tengo que ir al partido para cantar nomás —remarqué con el ceño fruncido—. Una canción nueva quieren...

—¡Y bueno! Cantá cardigan, es mi canción favorita eh —sonrió tan luminosa como siempre y suspiré.

—¿A dónde vamos?

—A comprar un vestido, te lo acabo de decir Nicole.

Me metió adentro de su auto y sin esperar una protesta o siquiera una palabra de mi parte, arrancó el vehículo y empezó a manejar como una loca. A veces pensaba que eso era Tini; una loca contenta.

Y a veces no sabía cómo éramos amigas, siendo tan opuestas. Tampoco entendía como yo soportaba su energía y cómo ella soportaba mi malhumor.

—¿No se supone que primero tenés que buscar un local que venda vestidos? —cuestioné mientras era arrastrada por mi amiga adentro de un local que dios vaya a saber qué era.

—Acá venden vestidos re lindos, siempre que tengo que comprarme cositas vengo acá —se encogió de hombros—. Aunque voy a confesar que te mentí.

—¿Eh?

—Yo no voy a ir con vestido, fue todo mentira para venir a que te compres uno vos porque amo como te quedan los vestidos —soltó lo más tranquila—. Yo voy a ir tranqui con una camisita y una bermuda, ya tengo el look armado y todo.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Where stories live. Discover now