37

1.9K 200 46
                                    

Me estiré en la cama y lo primero que hice al abrir mis ojos, fue agarrar mi teléfono para chusmear la hora. No era temprano, pero nadie se había acercado a levantarme, tal vez todo había sido un simple sueño.

Como los que vas teniendo últimamente.

Descarté esa idea cuando la voz de Paulo cantando boulevard of broken dreams me hizo sonreír como estúpida y me levanté de la cama para cambiarme rápido e irme, en cuanto más rápido desaparezca de su vida, más rápido él va a desaparecer de la mía.

Fui a la cocina con la intención de agarrar mi bolso y me encontré con el desayuno para dos personas arriba de la mesada, intenté ignorar eso. Pero cuando Paulo me miró y me sonrió, supe que no podría escapar tan fácilmente.

—¡Buen día, Nini! Vení a desayunar —me llamó con entusiasmo, moviendo sus manos como un nene chiquito.

—Hola, Paulo. Perdón pero no puedo, tengo una entrevista súper importante —mentí.

—Pero cociné tartitas, ¿Son tus favoritas, no? —por un segundo, su expresión decayó pero se mantuvo alegre—. Se me quemaron un poquito, pero les tengo algo de fe —hizo una mueca de vergüenza y me sentí culpable por querer escapar, también me sentí culpable por sentirme así.

Mordí mi labio inferior y cuando iba a aceptar, una parte de mi que aún guardaba algo de dignidad tomó el control. No podía dejar que pase de nuevo, no otra vez.

—No puedo en serio, perdón.

Paulo no insistió más, simplemente asintió con la cabeza y, con toda la tranquilidad del mundo, se levantó de su asiento para agarrar un manojo de llaves.

—Te llevo entonces.

—¿Qué? ¡No! —sacudí mi cabeza, negandome de inmediato.

—No pienso dejar que te vayas sola, no es seguro —no parecía tener ganas de discutirlo, cuando se encaminó a la puerta y me esperó ahí—. No pienso invadirte, Nicole. Pero al menos dejame quedar con la tranquilidad de saber que llegaste segura a donde sea que estés yendo para alejarte de mí, estoy seguro de que no me lo vas a comunicar por cuenta propia.

—No me... Estoy alejando.

—No te sientas mal —sonrió—. Yo tampoco querría quedarme conmigo.

Eso sí que me hizo sentir mal, pero no dije nada. Salí de su departamento sin mencionar palabra alguna y solo se escuchó cómo él cerraba la puerta con llave detrás de mi, porque tampoco me dijo nada. Ni una sola palabra.

Las cosas en el auto tampoco habían sido diferentes, se sentó en el asiento de piloto sin decir nada y yo me senté en el de copiloto con la vista fija en mi teléfono. Esperando a que Matt se dignara a contestar al menos uno de mis mensajes, iba a enviarle un estás despedido cuando la voz de Paulo me espantó.

—¿A dónde te llevo?

Lo miré con culpa, no conocía esta cuidad y me estaba escapando de él...con él. Así que no sabía dónde iba, ni siquiera sabía dónde quedaba mi hotel, mucho menos sabría inventarle una dirección para una entrevista que ni siquiera existía.

—No sé —terminé por confesar.

—Así que sí te estabas escapando de mi después de todo —me acusó sin mirarme.

—No quiero estar cerca de vos.

A veces desearía poder morderme la lengua, o incluso ser muda. En algunas ocasiones me gustaría no ser una persona tan directa y transparente, en algunas ocasiones me gustaría pensar lo que digo antes de decirlo.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Where stories live. Discover now