36

2.3K 230 34
                                    

Miré a Paulo y él me miraba a mi, sabía que esperaba una respuesta. Pero también sabía que la respuesta que yo tenía para darle, no era la que él quería escuchar.

—Entonces supongo que no estamos hechos para cumplir promesas —hablé, finalmente.

Lo escuché reír y me causó bastante confusión, no sabía si estaba enojado o contento. Bueno, seguro que contento no estaba.

—Yo sí cumplí la mía, yo sí estuve ahí.

Entonces la ira me invadió, y los recuerdos de ese día golpearon mi mente como cachetazos en invierno.

—Hubiera preferido que no estuvieras, la verdad.

Sus ojos verdes brillaron con algo que no supe descifrar, pero me preocupaba bastante la tranquilidad con la que estaba manejando esta conversación. Mientras que yo era el ser más alterado que estaba pisando el plano terrenal, seguramente.

—No sabés lo feo que es soñar con alguien todos los días —cambió de tema abruptamente y, a pesar de no verme, podría perjurar que mi cara era un total poema.

—Ni idea.

—Yo sueño con vos, eso no es lo malo. Lo malo es el sueño en sí.

—¿Y qué soñás?

De vuelta, pareció dudarlo.

—Sueño que te vas por lo que hice, todos los días es el mismo sueño y es tan real que... No sé, siento que ya te perdí por completo.

—Deberías soñar con tu pareja, no conmigo.

—¿No leíste mi nota? No estoy con Oriana —frunció el ceño, ahora sí parecía estar molesto—. Tampoco estoy con vos ni pretendo estarlo después de todo eso, solo quiero saber cómo estás.

—No sé a qué te referís —dije sincera.

—No quería que dejaras la música, vos amas cantar —pasó una mano por su cara y por alguna razón, me causó bastante gracias—. Es tu sueño, Nicole. No tenés que abandonarlo solo porque un imbécil como yo te lastimó, muchos imbéciles te van a querer lastimar.

—No dejé la música por vos, Paulo —fruncí el ceño, divertida—. No sé que te hace pensar eso, pero no sos el centro del universo. Deja un poquito las novelas corazón, yo tengo mis propios problemas por resolver y vos, deberías enfocarte en tu sueño.

—Es lo que estoy haciendo.

—¿Qué? La verdad que no te entiendo un choto hoy, ¿Te merendaste un libro de filosofía o qué?

—Digo que me estoy enfocando en mi sueño —se encogió de hombros, y yo seguí sin entender—. Nicole, vos fuiste mi sueño desde que te vi peleando con tus primas hace años. Desde que ví a esa rubia de ojos azules que cada vez que me acercaba, me mandaba a volar con solo dos palabras. Fuiste mi sueño desde que te escuché cantar por primera vez, y sos mi sueño ahora, que te ves tan perfecta como siempre en ese vestido y la verdad estoy haciendo un esfuerzo enorme por concentrarme porque la puta madre, estás hermosa.

Esbocé una sonrisa torpe y respiré profundo. Sabía que si me alejaba de él, tarde o temprano iba a terminar sepultando su recuerdo y con él, mis sentimientos. Pero lo más difícil era alejarme, porque no podía hacerlo.

—Pensé que habías dicho que no tenías pensado estar conmigo.

—Y no lo hago —levantó sus dos manos, en señal de inocencia—. Solo quiero empezar de cero, ¿Qué te parece?

Estiró su mano derecha y lo dudé unos segundos antes de estrecharla con la mía, su mirada cambio a una esperanzada y la mía a una divertida.

—Nicole Agüero.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Where stories live. Discover now