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Era una tarde sorprendentemente fría en Italia y ya no me sentía tan segura de tener que estar con vestidos, solo esperaba que la calefacción del estadio haya sido arreglada o tendría que prepararme para sufrir la peor neumonía de mi vida.

Caminaba con mis guardaespaldas detrás de mi por las frías calles de Roma, había escapado para tomar un poco de aire antes del concierto o iba a terminar muriéndome de estrés. La reunión con los chicos había sido todo un éxito y no podía estar más que contenta, One direction no iba a volver pero iban a darle la despedida que realmente se merecía, hasta Zayn iba a cantar.

Harry y Niall habían estado hablando sobre un posible regreso en paralelo a sus carreras como solistas pero no tengo idea de cómo habrá finalizado esa conversación porque salí antes de poder escucharlo, los paparazzi estaban más atentos que nunca a mis movimientos y no entendía mucho el porqué. Tal vez sería por el enorme concierto que daría en solo dos horas, tendría sentido siendo el cierre del Tour más grande que hice en mi vida.

—¿No tienen frío? —cuestioné a mis guardias después de estornudar y ellos solo negaron con la cabeza—. Qué envidia.

—Nos acaban de informar que su familia paterna ha llegado al estadio, señorita Agüero —comentó Raúl, el más grande de los dos.

—¿En serio? ¡Que emoción! Bueno bueno, vamos.

Cuando llegué todos estaban en silencio hasta que me vieron y el caos dió comienzo, ni siquiera pude saludar a mi familia cuando ya tenía tres estilistas y dos maquilladoras encima de mi.

Agobiada, pensé que lo mejor hubiera sido quedarme en la calle.

—A veces olvido que mi hermana es famosa, es que se viste como indigente —se burló Mateo y mi madrastra le metió un saque.

—No digas esas cosas de tu hermana —lo retó y reí.

—Los extrañé bastante —expresé en cuanto pude.

En el momento que terminaron de arreglarme, me sentí como un ave libre qué podría escapar a cualquier lado. Sentí que debía escapar de mis deberes y perderme en los brazos de mi amada familia.

—¿Tu madre no piensa venir? —cuestionó mi papá cuando me alejé de él.

—Dice que es una pérdida de tiempo y que si le da la gana va a verlo otro día en Youtube —me encogí de hombros para restarle importancia, la verdad era que me lastimaba mucho que ella no se quisiera involucrar en nada que esté relacionado a mi pero no me gustaría que nadie lo supiera.

—Mejor, solo te estresaria con sus gritos —sonrió Matt y apretó mis hombros, sabía que solo lo hacía para hacerme sentir mejor.

Sonreí y les di un leve asentimiento de cabeza, entonces fue cuando las náuseas nerviosas aparecieron. Matt suspiró y me alcanzó lo que parecía ser una taza de té.

—Tranquila Nikki, hiciste esto más de cien veces antes —sonrió mi manager y vi un rostro familiar detrás de él, era Tom.

—¿No pensaste que me iba a perder esto, o si? —me abrazó con fuerza y reí, por supuesto que no se lo iba a perder—. Ven conmigo, te quiero enseñar algo.

Empezó a guiarme por bambalinas y señaló al público, todo estaba totalmente lleno y entre la lejanía pude ver lo que mi amigo me señalaba, entonces todos mis malestares se disiparon. Paulo, Leandro, Joaquín y Lautaro hablaban entre ellos con enormes sonrisas.

Ellos habían venido para apoyarme y eso no podía hacerme más feliz.

Me asusté cuando la melodía inundó el lugar, el vídeo de introducción había comenzado así que con Tom salimos corriendo antes de que alguien pudiera siquiera percatarse de que estábamos ahí.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora