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Miré a mi hermano con ganas de matarlo, había reventado los globos que estuve casi media hora inflando para recibir a Tini. Fran por otra parte, se reía intentando inflar más globos para cubrir a Mateo.

—Está todo hermoso, Nicki —sonrió mi madrastra para intentar desconcentrarme de matar a su hijo—. Es muy Tini, me encanta.

Había hablado con Rodri para hacerle un cumpleaños sorpresa pero chiquito, la celebración iba a ser en un par de días y Rodri se había venido para Argentina porque iban a jugar en el monumental o algo así. Básicamente toda la selección estaba ya en Argentina y para nuestra suerte, fue justo en las fechas del cumpleaños de Martina.

Habíamos invitado a un par de amigas y a nuestras familias, según Tini me había contado, tenía planeadas varias fiestas para celebrar su cumpleaños y pensaba obligarme a asistir a todas y cada una de ellas.

—¡Thomas dejá eso! —salí a correr tras mi amigo, se estaba comiendo los canapés antes de que la cumpleañera llegara.

—Hija, te van a salir canas si te seguís estresando —bromeó el papá de Tini y tenía razón, quería matar a todos.

Rodrigo me mandó un mensaje, avisando que ya estaban a unas cuadras así que apagué las luces y le indiqué a Fran que lleve a todos a un rincón. Tenía que salir perfecto o sino iba a ponerme a llorar de la frustración.

Estábamos todos en silencio cuando escuchamos la risa de Martina, una amiga de ella tenía la linterna prendida mientras grababa, con la excusa de que la luz se había cortado. Martina traía un par de bolsas rosadas con brillitos, lo que supuse que habrían sido los regalos de su novio porque yo misma había decorado esas bolsas cuando Rodri me lo pidió.

—¡Sorpresa! —gritamos todos al unisono mientras salíamos de nuestros escondites, Tini saltó en su lugar de la impresión y tapó su rostro con sus manos.

Miró todo a su alrededor y abrazó a su pareja haciéndome sonreír, siempre me había gustado lo bien que Rodri la trataba a Tini y es que ella realmente se lo merecía, era un ser de luz maravilloso y ya había sufrido demasiado por culpa de amores que no supieron tratarla.

—¡Nicki! —gritó y corrió a abrazarme, solté una risita cuando me pegó en la cabeza y se alejó enojada—, ¡Mentirosa, me dijiste que no ibas a venir hoy porque te sentías mal!

—Feliz cumpleaños, tinita —sonreí con inocencia y me hice a un lado para que pudiera saludar a todos los invitados.

La fiesta no fue algo del otro mundo, solo fue un cumpleaños normal, abrimos los regalos, comimos, Tini sopló las velas con los típicos tres deseos y taza taza, cada uno a su casa.

—Vas a venir conmigo —decretó mi mejor amiga mientras me ayudaba a limpiar, yo parecía estar en otro plano astral así que no había escuchado ni la mitad de lo que dijo.

—¿Qué?

—Al partido, vas a venir conmigo —me miró con obviedad y me negué rápido.

No podía ir al partido, a penas estaba logrando levantarme de mi cama y eso ya era un enorme logro. Había estado tan deprimida últimamente, ir al partido sería peor.

Aunque en realidad, estaba sintiendo demasiado rencor. Rencor a Paulo, leandro, Lautaro, hasta a Joaquín. Odiaba el hecho de que me pudieron ver la cara de idiota, o el hecho de haber creído que no tendría karma por después de todo lo que hice.

—Ni en pedo Martu —arrugué la nariz y metí todos los platitos de plástico a una bolsa de basura.

—¿Por qué no? Yo voy a ir —se cruzó de brazos y me sacó la bolsa.

—Titi, vos vas porque tu novio juega en la selección. Yo no tengo motivos para ir.

—Sos argentina Nicole.

—¿Y? —reí—. Anda vos, yo prefiero quedarme.

—Pero podés ir con Mateo —hizo un pucherito super tierno y me sentí mal por decirle que no.

—No quiero ir mi vida, perdón.

Dejó el tema ahí y me ayudó a seguir juntando la mugre, que era mucha. Rodri se había querido quedar con nosotras pero yo me negué, todos los días tenía que levantarse temprano para entrenar y no quería que tuviera que dormirse más tarde o algo, no quería aprovecharme.

—A veces me olvido que Rodri y vos son amigos hace cinco años —comentó Tini como si estuviera leyendo mi mente y reí.

Ella siempre era así.

—Yo también me olvido, es como ver a un miembro más de mi familia —admití normal, era poco conciente de la cantidad de años que llevaba conociendo a Rodrigo—. Con los chiquis también.

—Creo que yo no les caigo bien a sus hijos —dijo ella, triste—. Nunca quieren estar conmigo, supongo que Camila les habrá dicho algo malo de mi y ahora piensan que soy como las madrastras malas de los cuentos.

—Dales tiempo, Titi —sonreí animada—. Son chiquitos, todavía no tienen conciencia así que. Tampoco te conocen, no saben la hermosa persona que sos mi reina.

—Espero que lo sepan pronto, me quiero llevar bien con ellos.

—Y te vas a llevar bien con ellos amor, vas a ver que te van a amar tanto como yo —besé su frente y dejé la bolsa arriba de la mesa.

—Lo sacamos mañana eh.

Asentí con la cabeza y las dos nos fuimos de la mano hasta la cocina, Martina se sentó arriba de la isla y yo lavé un vaso para tomar agua. Sabía que Tini me quería decir algo, era bastante evidente, me miraba de forma fija y movía sus piernas inquieta.

—Hablá, dale.

—¿Vos pensas que yo estoy con Rodri por la plata o que él está conmigo por la fama? —preguntó tan rápido que casi no la entendí.

—No, nada que ver —reí y dejé el vaso de lado—, ¿Por qué lo decís?

—Porque ví los vídeos que hacen, dicen que a Rodri le encanta la cámara y muestran videos en los que a él se lo ve muy contento con la atención que recibe estando conmigo.

—Rodrigo está orgulloso de estar con vos, y eso es lo que yo veo —opiné sin siquiera dudarlo—. No tenés que sentirte tan insegura respecto a eso, Rodri es una muy buena persona y te quiere de verdad. Además, los medios no saben lo que pasa en la intimidad, solo saben lo que ustedes dejan ver. Es obvio que Rodri se va a mostrar siempre feliz con vos, sino te harían bosta.

—No sé qué haría sin vos.

MIDNIGHT RAIN-Paulo Dybala ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora