16| NOA

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¿Alguna vez has intentado cocinar un pavo siguiendo una receta de YouTube?

4 palabras.

IM PO SI BLE.

Está bien, era solo una palabra, pero los youtubers de cocina te hacen creer que son personas corrientes que hacen comida casera, pero déjame decirte que eso es completamente falso. Esas personas son cocineros profesionales que hacen comida deliciosa y con instrumentos poco corrientes. Te hacen creer que puedes hacerlo en casa, sin embargo, tienen cacharros dignos de restaurantes.

Así que sí, mi intento de hacer un pavo relleno el día de Acción de Gracias había sido todo un fracaso.

Estaba limpiando todo el desastre causado en la cocina, ya que el día anterior al ver tal estropicio me negué a limpiar nada, cuando mi ordenador sonó con una llamada entrante de Skype: mis padres me llamaban desde Barcelona y yo estaba súper emocionada de hablar con ellos.

Había estado intercambiando mensajes con mi madre durante la semana, sin embargo, no era lo mismo. Ahora tendría más tiempo y también podría ver a mi padre. Llevaba dos días esperando este momento.

La distancia era un asco, me impedía poder verlos, pero era algo que ya sabía cuándo decidí venir a estudiar a los Estados Unidos. Mi padre era americano y esta fue la universidad donde se graduó. De niña siempre me hablaba de la WVU, de lo mucho que le gustó estudiar aquí y desde que lo escuché por primera vez nombrar este lugar, venir aquí se convirtió en mi meta. Hace tres años mis padres hicieron mi sueño realidad.

Aunque haya sido una semana de vacaciones eran pocos días como para volver a Barcelona y dado que en esa hermosa ciudad no se celebraba esa fiesta, mis padres tampoco podían venir hasta aquí, ellos trabajaban. De todas formas, ni siquiera las Navidades era suficiente como para reunirme con ellos. Los billetes eran carísimos para el poco tiempo que duraban las fiestas así que no merecía la pena. O así lo había decidido yo. Mis padres siempre me animaban a volver a casa, sin embargo, tampoco era para tanto, prefería ahorrar y poder pasar el verano completo con ellos y sin preocupaciones. No éramos pobres, pero tampoco nos sobraba el dinero.

Contesté a la llamada.

-¡Hola mamá! ¡Papá! ¿Cómo estáis?

-Hola cariño, estamos bien, te echamos de menos. ¿Tú cómo estás?

-Muy bien, también os echo de menos...

-¿Qué has estado haciendo? -me preguntó papá-. ¿Cómo te va todo?

Estuvimos hablando durante casi dos horas. Les conté cómo me iban las clases, los exámenes, mis amigos, incluso les hablé de Andrew. Ellos me dijeron lo orgullosos que estaban de mí y las muchas ganas que tenían de verme. Me contaron cosas sobre sus trabajos, la familia, las travesuras de mi primo Alex, un malentendido con una vecina nueva y mil cosas más.

-¿Pudisteis comer ayer el pavo para Acción de Gracias? -les pregunté. Mis padres y yo siempre habíamos celebrado esta tradición en mi casa ya que, a mi padre, siendo americano, le hacía ilusión. No lo celebrábamos tan a lo grande como se hacía en Estados Unidos, sin embargo, nunca faltaba el pavo.

-Sí, como siempre, tu madre lo hace delicioso.

-¿Sabéis que yo intenté cocinar uno?

-¿Tú? -me preguntó mi madre con la ceja levantada.

-Sí, yo, ¿qué pasa? -me defendí.

-Me sorprende eso es todo. -Se rio.

-A principios de semana me propuse aprender a cocinar.

-¿Y cómo te salió? -me preguntó papá.

-Asqueroso.

Mis padres se rieron a carcajadas.

-Se me quemó totalmente por fuera, aunque por dentro seguía crudo, la salsa incomible, y el puré... en fin, sin palabras -me quedé mirando el desastre que me quedaba por limpiar con los ojos entrecerrados antes de suspirar-. Tuve que pedir comida china.

-¿No has dicho que lo habías aprendido a cocinar?

-No, no, he dicho que lo había intentado.

Nos reímos un poco más sobre mis torpezas culinarias, aunque les expliqué que sí había aprendido recetas nuevas de repostería, era lo único que me había salido bien en realidad. Estaba segura de que Emily estaría encantada de comerse mis nuevos logros.

Realmente los echaba de menos. A mamá y sus abrazos, a papá y sus consejos. Nuestras bromas que solo entendíamos nosotros. Tenía suerte de tener esta familia y yo también estaba orgullosa de ellos.

Colgamos cuando eran casi las 17:00h, lo que significaba que eran las 23:00h de la noche en Barcelona. Me despedí de ellos lanzándoles muchos besos y prometimos volver a hablar dentro de poco. Había sido divertido.

La semana me estaba pasando más lenta de lo que pensaba que sería. Había hablado con Emily y Jess algunos días, incluso me mensajeaba con Andrew de vez en cuando; aparte de eso, me aburría, no tenía gran cosa más por hacer.

Todavía no había nadie en el campus. Todos esperaban hasta el último momento para volver, algo que entendía a la perfección. Si pudiera haber pasado estas fiestas con mi familia también habría aguantado el máximo tiempo posible con ellos.

El sábado por la noche estaba más que lista para mi plan de la noche, lo había estado reservando durante toda la semana para terminar bien con las fiestas antes de que llegaran todos al día siguiente, estaba emocionada.

Me puse mi pijama favorito de pantalón corto y tirantes que había estado utilizando estos días y salí al comedor poniendo HBO en la tele. Coloqué un paquete de palomitas en el microondas antes de abrir una botella de vino, vaciando un poco en mi copa. Me quedé embobada observando el interior del microondas, cómo el paquete daba vueltas, mientras daba un trago; me gustaba ver cómo explotaba el maíz convirtiéndose en palomitas.

También llamé a la única pizzería abierta y pedí una con sabor a barbacoa, mi favorita, pero me dijeron que iban a tardar un poco en traerla dado que tenían muchos clientes. Me extrañé ya que pensaba que al no haber casi nadie en el campus, no tendrían casi repartos, supongo que me equivoqué.

Una vez explotaron todas las palomitas, las cogí y las vertí en el bol gigante que me regaló Emily para nuestras sesiones de chicas. Lo dejé junto a la copa y la botella de vino en la mesita de enfrente del sofá, apagué todas las luces sin poder aguantar mi emoción y cuando me senté estando todo listo sonó el timbre.

Me levanté confundida y al abrir la puerta abrí los ojos como platos.

Andrew estaba apoyado en el marco con una sonrisa pícara.

* * *

¡Hola, holaaaa!

Ayer no pude actualizar mi historia, así que como regalo hoy os traigo doble actualización, espero que os gusten :)

También estoy actualizando "El círculo rojo", pasaros por allí también a leer mi novela.

No olvidéis votar y comentar si os gusta mi historias, me anima mucho leer vuestros comentarios.

¡Un saludo de piña a todos!

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن