58| NOA

1.5K 54 26
                                    


El lunes vino la policía a hablar conmigo y le expliqué todo lo sucedido. Andrew también contó su versión y quedé impactada por todo lo que hizo. Lo bueno es que no me tendré que preocupar por Ryan nunca más, estará en prisión durante un tiempo.

Por lo visto la policía también habló con la doctora Green para saber los daños que había sufrido y poco tiempo después tenía una psicóloga en mi habitación para hablar conmigo. La verdad era que me fue bien poder hablar del tema y decidí que haría un seguimiento con ella durante un tiempo, yo sabía de primera mano lo importante que era hablar con un psicólogo cuando algo no iba bien y/o te preocupaba. Tendría que haber pedido ayuda mucho antes, pero estaba ciega y no era realmente consciente del daño que llevaba en mi interior hasta que me puse a verbalizarlo todo.

Después de casi una semana ingresada por fin me dieron el alta. Me habían estado reteniendo todo el tiempo que habían podido para acabar de hacerme pruebas, comprobar que no tenía ningún traumatismo craneal ni nada parecido. Por lo visto lo único que tenía dañado eran las costillas y ante esto no se podía hacer nada más que reposo absoluto. Menos mal porque estaba empezando a cansarme de estar encerrada en el hospital, estaba muerta del asco y aburrida hasta no poder más.

La doctora Green me había programado una visita de revisión para dentro de unas semanas, me había recetado unas pastillas y me había hecho prometer que no iba a moverme de la cama en unos días, aunque tenía que ir levantándome para caminar algunos pasos cada un par de horas aproximadamente ya que iba bien también para la recuperación. En resumen, tenía que hacer reposo total hasta que mejoraran, no podía hacer movimientos bruscos ni nada que me provocara dolor. Creía que la doctora no se fiaba mucho de mí y le obligó a Andrew a echarme un ojo. Andrew estaba encantado porque decía que así podía cuidarme.

Había estado todos los días a mi lado, no se había vuelto a tumbar en la cama conmigo, pero se había quedado a dormir todas las noches que había estado ingresada. Tampoco habíamos vuelto a besarnos ni a hablar sobre nosotros, nuestra situación, amistad, relación, como quieras llamarlo, pero ambos sabíamos que algo entre nosotros había cambiado.

—Vamos cariño, nos vamos a casa —me dijo Andrew al entrar en la habitación detrás de la doctora.

Yo ya estaba vestida y lista para irme. Me bajé de un salto de la cama y al poner los pies en el suelo me encogí del dolor tocándome las costillas. Andrew se acercó rápidamente a mí.

—¿Estás loca? ¿Recuerdas eso de no hacer tonterías ni movimientos bruscos? —preguntó medio preocupado medio cabreado.

—Sí, ahora que lo dices sí que lo recuerdo. —Intenté quitarle hierro al asunto, pero no funcionó. La doctora me miró con los brazos cruzados y Andrew resopló. Yo me incorporé con un gruñido y vi que estaban que echaban humo.

—Andrew... si algún día vuelve a hacer algo así me la traes y la ingresamos de nuevo —dijo la doctora fulminándome con la mirada.

—Prometido —le contestó cruzándose de brazos.

Yo puse los ojos en blanco. Estos dos se habían hecho demasiado amiguitos.

No podía andar bien así que Lilly trajo una silla de ruedas para que Andrew pudiera llevarme con ella hasta el coche. Una vez en la carretera me di cuenta de que no se estaba dirigiendo hacia mi residencia.

—¿A dónde vamos? —le pregunté frunciendo el ceño.

—A mi casa, ¿a dónde creías?

Eso me sorprendió.

—¿Por qué?

—Voy a estar cuidándote Noa, no voy a perderte de vista así que estarás en mi casa —me dijo firme mirándome.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Where stories live. Discover now