No me llames amor (Serie «Solo tú I»)

32| NOA & ANDREW

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El sonido de la música inundaba el apartamento. Emily era de las que se duchaban con la música a tope y daba conciertos a pleno pulmón. Esta noche estaba destrozando Bad Romance de Lady Gaga. Nunca más la escucharía de nuevo de la misma forma. Mi amiga entró en mi habitación con una toalla envuelta en el cuerpo y otra en la cabeza.

—Te veo muy feliz —le dije con una sonrisa socarrona mientras me embadurnaba de crema hidratante—. ¿A qué se debe?

—Bueno, mi novio me ha escrito que ya está en el campus, nos veremos esta noche en el club.

Sí. Su novio.

Emily había empezado a salir con Connor justo antes de irnos por navidades, hace pocos días. Después de el viene y va que habían tenido durante el primer semestre, mi amiga había conseguido al fin lo que quería: salir oficialmente y exclusivamente con Connor. A mí no me gustaba nada, pero no quería decírselo por si se enfadaba conmigo o dejaba de contarme cosas. Últimamente sentía que me ocultaba parte de su vida, que no estábamos siendo sinceras la una con la otra, y en consecuencia nos hacía estar más alejadas. Me lo demostró cuando tardó un par de días en decirme que Connor era su novio.

Me sorprendió que, al contármelo, no tuviera la emoción que había tenido a principio de curso, pero no quise darle importancia, suponía que habían estado pasando cosas con él que habían sido agotadoras. De todas formas, habían estado hablando todas las navidades y se la veía contenta así que no quise darle importancia.

—¿Os daréis los regalos de navidad?

—No nos hemos hecho este año. Pensamos que todo era demasiado precipitado. No como Andrew y tú, que no sois ni pareja y ya te ha hecho un regalo.

—Somos amigos Ems. También te he hecho un regalo a ti.

—Ya, ya. Espero que al menos Connor sepa elegir mejor los regalos que Andrew. —Me sacó la lengua y salió de mi habitación para ir a arreglarse.

Emily había flipado cuando le expliqué lo que me había regalado Andrew. Pero no en plan feliz sino mirándome como si eso fuera una basura. Aluciné, ¿me conocía mejor Andrew que Emily? Yo estaba más que encantada con mi regalo.

Fui al armario y saqué mi vestido nuevo negro dejándolo encima de mi cama. Era ajustado, me llegaba más arriba de mis rodillas, con un hombro al descubierto y el otro de manga larga. Cuando lo vi me encantó y no pude evitar comprármelo. No iba a ponerme medias ya que suponía que en el local haría calor, así que saqué un conjunto de ropa interior que me había comprado también y los zapatos de tacón.

Llevaba mi pelo suelto natural, con las ondas cayendo en cascada por mi espalda. Cogí de mi cómoda unos pendientes sencillos y me los puse antes de vestirme por completo. No pensaba ponerme collar, el vestido destacaba por sí solo. Me miré en el espejo sintiéndome satisfecha con el resultado.

Al salir de la habitación vi a Emily que estaba deslumbrante. Se había maquillado con sombras oscuras y los labios rojos. Llevaba un vestido bastante corto y ajustado de color plateado oscuro lleno de lentejuelas y brillos y unos zapatos altísimos a conjunto con sus labios. Y de peinado un moño bien recogido con unos mechones suelto a los lados.

—¡Guau! —exclamé al verla—. Estás increíble.

Ella me sonrió encantada del alago.

—Tú también nena, pero... ¿qué te has puesto en la cara? —preguntó frunciendo el ceño.

—¿Qué? Nada, si casi no me he maquillado —dije mirándome en el espejo de nuevo. Llevaba un maquillaje muy sutil, sencillo, iba con mi estilo.

—Exacto —resopló como si fuera obvio. Yo la miré con mala cara entendiendo su comentario mientras ella me lanzaba una sonrisa pícara—. Ven, deja que te maquille un poco.