No me llames amor (Serie «Solo tú I»)

29.1| NOA

¡¡¡HEMOS LLEGADO A LAS 1000 VISUALIZACIONES!!!

Muchísimas gracias a todxs los que estáis ahí, leyendo, votando y comentando. Esto no sería igual sin vosotrxs y estoy muy emocionada. No sabéis cuánto lo agradezco. 

Así que como regalo, hoy voy a estar publicando unos cuantos capítulos! Me habéis inspirado a ello jiji 

Espero que os esté gustando mi historia y que sigáis ahí con lo que queda. No olvidéis votar y comentar, ya sabéis que eso me anima a seguir escribiendo jeje. 

Os quiero mogollóoon! 

Mar. 

🍍🍍🍍

La casa de los abuelos de Emily era enorme. Vivían en una de las mansiones de Greenwich, Connecticut. Por lo visto muy cerca de los padres de Emily, sin embargo, mi amiga siempre pasaba todas las navidades con ellos. Y las últimas dos navidades, compartían esas fechas especiales también conmigo.

Los padres de Ems hacían un viaje todos los años en diciembre dejando a mi amiga con sus abuelos cada vez, así que yo nunca los había conocido.

Ella siempre me había dicho que lo prefería así, con sus abuelos era feliz, por lo visto no acababa de llevarse bien con sus padres. Aunque cuando era niña no entendía porque sus padres siempre se iban en estas fechas mágicas, ahora lo agradecía porque así había podido crear momentos únicos y especiales.

Sus abuelos eran acogedores, me habían aceptado desde el primer día el primer año y desde entonces, cada año, le preguntaban a Emily si iría con ellos. Eran muy dulces.

La primera vez que vi a sus abuelos me di cuenta de que no había ninguna similitud física con Emily, tampoco nadie de la familia. Los ojos azules y pelo rubio de mi mejor amiga resaltaban de los ojos castaños de todos los integrantes de su familia. Me confesó la primera navidad que era adoptada. Me sorprendió bastante pero no dije nada al respecto, no parecía afectada, para ella su familia eran aquellos con los que se había criado.

Lo que más me sorprendió era que no acababa de congeniar con sus padres. Cuando la conocí pensaba que era la típica hija única mimada y consentida. Poco a poco me di cuenta de que no era así, a pesar de que sí era hija única.

Emily picó el timbre de la puerta emocionada. Una mujer mayor muy elegante abrió la puerta con una sonrisa.

—¡Emily! ¡Cariño!

—¡Abuela!

Se fundieron en un abrazo cálido que me hizo añorar a mi familia. La abuela se dio cuenta de mi presencia y expresión, y apartó a su nieta para abrazarme a mí.

—Que bien tenerte de nuevo con nosotros Noa.

—Gracias por acogerme de nuevo Evelyn.

Me dio una sonrisa cálida antes de cogerle la mano a su nieta.

—Pasad, hace mucho frío aquí fuera y el abuelo ha encendido la chimenea.

Evelyn era la única mujer mayor que conocía que todavía seguía manteniendo su cabello largo, le daba un toque más joven a pesar de que era completamente gris claro. Pantalones sueltos de lino blancos a conjunto de una camisa del mismo color, la hacían ver pura, sencilla y humilde. Robert, su esposo, se acercó por detrás y le puso un cárdigan azul marino por encima de los hombros antes de darle un beso en la sien que la hizo sonreír.

Eso era un amor puro después de tantos años.

—¿Habéis tenido un buen viaje? —Nos preguntó él quitándose las gafas que le hacían parecer más intelectual de lo que probablemente ya era. Luego le dio un beso a su nieta en la mejilla, antes de saludarme a mí.