47| ANDREW

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Noa estaba muy enfadada. Jess me lo había dicho y me advirtió que la dejara en paz, pero no le hice caso. Después de recapacitar todo el domingo, el lunes por la mañana le mandé un mensaje para vernos esa misma noche en Joe's. Tardó 6 horas en contestarme con un simple "ok". Así de cabreada estaba.

Pasé el día hecho un manojo de nervios, primero porque no me contestaba y no sabía si me mandaría a la mierda, y segundo: no sabía qué le iba a decir. La echaba de menos y quería que volviera a mi vida de una forma diferente a la que habíamos sido hasta ahora, quería que fuera mi chica y solo mía. No soportaba la idea de que pudiera estar con Daniel y necesitaba descartar eso antes de poder decirle lo que sentía por ella. Alex me estuvo asegurando que no estaban saliendo, ni enrollados y le creía, pero quizás me lo decía porque no tenía ni puta idea de que lo estaban y él pensaba que eso era así. Jess podría estar mintiéndole para que yo no me enterara, por esa razón necesitaba oírlo de sus labios.

La noche llegó más rápido que nunca y mi corazón latía con fuerza mientras la esperaba en la puerta del bar. ¿Y si no aparecía? En el fondo sabía que lo haría, Noa no dejaría tirado a nadie nunca por muy enfada que estuviera. ¿Pero y si lo había cancelado? Miré mi móvil para comprobar que no tenía ningún mensaje suyo cuando escuché su voz en un murmullo.

—Hola.

Mi corazón se paró y dio un vuelco. Hacía demasiado tiempo que no escuchaba esa voz.

—Hola —respondí empapándome de ella al tenerla cerca. Parecía que hacía una eternidad que no escuchaba su voz y que no la veía. Iba bien abrigada con una chaqueta roja intensa, una bufanda enorme negra y un gorrito a juego que le quedaba encantador. Sus manos estaban escondidas en los bolsillos y su naricita estaba algo roja haciéndome saber que estaba congelada. Mi impulso era el de acercarla a mí y calentarla en un abrazo, pero me retuve, su mirada estaba ausente de esa calidez de la que estaba acostumbrado. Miré sus pies: converse rojas. Reprimí un suspiro y simplemente abrí la puerta del bar haciéndole un gesto con mi cabeza para que entrara.

—¿Vamos dentro?

Ella pasó primero y caminó por el gentío buscando una mesa libre que localizó casi al final del local.

—¿Quieres una cerveza? —le pregunté tocándole el hombro para pararla y que me escuchara. Ella miró donde estaba mi mano y luego a mí. La frialdad que vi en su mirada me dijo que apartara la mano y eso hice. Luego, ella asintió a mi pregunta.

—Claro.

Asentí de vuelta tragando saliva. Busqué al barman y le señalé con la mano que quería dos cervezas y él me asintió entendiéndome. Estaba muy nervioso cuando me senté enfrente de Noa. Estaba tan guapa, joder había echado de menos incluso mirarla. Era toda una belleza. Pasé mi mano por el pelo y miré alrededor. El sitio estaba abarrotado y había bastante ruido; quizás me había equivocado de lugar para tener esta conversación, el café habría sido más apropiado, pero creo que mi cerebro sabía que necesitaría alcohol para ayudarme a tenerla.

En seguida nos trajeron dos botellines de cerveza y Noa le dio las gracias al camarero. Era algo que me encantaba de ella, siempre daba las gracias en los restaurantes, bares, cafeterías... en todas partes. Era una chica agradecida.

Ella le dio un sorbo a su cerveza y yo la imité. No tenía ni idea de cómo empezar así que tomé otro trago para tranquilizarme un poco y así poder hablar.

—¿Vamos a estar en silencio todo el rato o me vas a decir de una puta vez porque has estado siendo tan gilipollas conmigo, Andrew? —Bien... esa era una forma de empezar. Y sabía el grado de su enfado por sus insultos, no era anti palabrotas como Jess, pero Noa solo insultaba cuando estaba realmente enfadada y había dicho dos en una misma frase, eso no era nada bueno. Me pasé una mano por el pelo de nuevo y suspiré, necesitaba centrarme.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن