35| ANDREW

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Noa entró en el baño y yo aproveché para vestirme también. Había sido increíble, pero temía haber cometido un grave error. Me pasé las manos por el pelo pensando en lo que acabábamos de hacer.

Joder, había sido el mejor polvo que había tenido nunca, nunca había tenido un orgasmo tan fuerte y lo más intrigante... quería más, mucho más. Esto no era suficiente, podría volverme adicto.

No me había pasado nunca hasta ahora y eso me dejaba totalmente desconcertado. Pero con ella todo era diferente, podía ser yo mismo, me reía más que con nadie, me sentía cómodo... Y el sexo, ¡madre mía! había sido la hostia de bueno, se había sentido real.

En ese momento pensé en las palabras de Alex: lo único que haces de diferente de Jess y yo son los besos y el sexo. Y créeme cuando te digo que te estás perdiendo una parte realmente buena de la relación.

¿Esto era lo que me estaba perdiendo al no estar con ella?

Intenté no darle demasiadas vueltas, Noa era mi mejor amiga y lo único que no quería era perderla. ¿Y si ya era tarde para eso? El sexo entre amigos lo complicaba siempre todo, ¿no?

De repente la puerta del baño se abrió cortando mis pensamientos y Noa salió con la ropa interior puesta. Estaba increíblemente sexy con ella y con solo los zapatos; casi me había dado un infarto en cuanto dejó caer el vestido a sus pies. Mi entrepierna la saludó al verla aparecer así de nuevo, quería volver a probarla y enterrarme en ella. Aquí y ahora. Escucharla gemir mi nombre al llegar al éxtasis era algo que no pensaba olvidar nunca y quería volver a escucharla suplicar. La deseaba de nuevo.

Noa recogió su vestido del suelo sin mirarme y se lo puso dándome la espalda, pero no podía subirse la cremallera. Sin decir nada me acerqué a ella y después de pasarle el pelo por encima de un hombro la subí con lentitud, rozando su perfecta y suave piel.

—Gracias —susurró.

—Oye Noa... —Ella se dio la vuelta cortando mi frase y me miró por fin, pero no me gustó lo que vi en sus ojos. ¿Era arrepentimiento? Evitó de nuevo mi mirada.

—Tranquilo Andrew, yo...

—¿Estás bien? —le pregunté cortándola a ella esta vez.

—Sí, muy bien.

Pero no sonaba bien, la respuesta era demasiado robótica y automática.

Caminó hacia la puerta y le quitó el cerrojo, aunque antes de que saliera la cogí del brazo para que frenara durante un segundo. Necesitaba escuchar que estaba bien de sus preciosos y sexys labios que habían estado rodeando mi polla, torturándome con su lengua hacía unos minutos atrás.

—Noa... tú y yo, ¿estamos bien? —pregunté.

—Tranquilo Andrew, por supuesto, muy bien —me mintió sin mirarme a los ojos—, sabía en lo que me metía.

—Pero... —empecé a decir entrando en pánico, pero desapareció de la habitación dejándome solo—. Mierda... —susurré para mí mismo.

Definitivamente había sido un tremendo error. Un error que repetiría mil veces, pero al fin y al cabo un error.

¿Estoy seguro de qué lo es?, pensé observando cómo desaparecía entre la gente.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Where stories live. Discover now