No me llames amor (Serie «Solo tú I»)

39| NOA

El nuevo semestre había empezado, las clases se habían reanudado con normalidad, sin embargo, estaba un poco distraída. Llevaba prácticamente toda una semana sin hablar con Andrew. Lo echaba de menos, pero necesitaba un poco de distancia, no solo porque estaba enamorada de él sino porque había sido lo suficientemente estúpida como para acostarme con él sin que él sintiera lo mismo por mí y ahora simplemente no podía mirarlo a la cara. Además, si quiero olvidarme de él iba necesitar espacio, porque estar cerca suyo me confundía demasiado.

El día siguiente de acostarnos lo pasamos juntos como amigos y pensé que quizás podríamos seguir con nuestra amistad, pero después de eso él dejó de enviarme mensajes y llamarme y yo no pensaba hacerlo tampoco. Ahora cada vez que lo veía por el campus me ponía roja como un tomate, cual niña de 10 años que ve a su crush en el colegio, y salía huyendo.

Me di cuenta de que Andrew quiso intentar hablar conmigo un par de veces que nos encontramos, pero yo simplemente no podía, le decía que estaba ocupada y salía corriendo.

Emily me animaba a hablar con él, aunque cada día que pasaba más vergüenza tenía, no quería escucharlo decirme que acostarse conmigo había sido un error o que esperaba que supiera que solo iba a ser una vez o quizás quería decirme que ya no quería saber nada de mí dado que ya había conseguido lo que quería.

¡Cómo he podido ser tan tonta!

Ahora estaba sentada en la biblioteca sin poder concentrarme pensando en Andrew. Había intentado fijarme en otros chicos, pero acababa comparándolos a todos. Tenía que olvidarme de él en seguida o acabaría loca de remate.

Leí la misma frase de mis apuntes por milésima vez sin entender nada. Este semestre hacía una optativa de idioma francés, nunca lo había estudiado y aunque me gustan los idiomas este me estaba costando una barbaridad por lo que necesitaba estudiar desde el primer día, no podría permitirme suspender. Suspiré intentando memorizar lo que tenía delante. Llevábamos solo 3 clases con esta asignatura y tenía que aprenderme más vocabulario del que podía retener.

Miré de reojo la mesa de al lado donde había un chico que no paraba de mirarme y me estaba poniendo de los nervios. No podía concentrarme en esta materia si me sentía observada así que al final me giré hacia él.

—¿Quieres algo? —le pregunté quizás demasiado brusca. El chico abrió los ojos en sorpresa.

—Lo siento, no quería molestarte —se disculpó el chico y yo me sentí como una bruja—. Soy Daniel, estamos juntos en clase de francés.

Genial, este chico estaba conmigo en esta asignatura y ni siquiera me había fijado en él. Pero ahora que lo tenía delante no pude evitar no darle un buen repaso.

Era un chico muy guapo, rubio con ojos color miel y parecía alto y fuerte... Bueno, parecía que iba a tener una nueva distracción en clase, aunque esta era bastante agradable a la vista.

—Soy Noa. Perdona haberte hablado tan borde, no suelo ser así, pero es que esta asignatura me está estresando más de lo normal y sentirme observada no ayuda —le dije avergonzada por haber admitido eso. Para mi sorpresa me sonrió. Y tenía que decir que era una sonrisa muy bonita.

—No pasa nada, si quieres puedo sentarme contigo y ayudarte. —Me sorprendí de su amabilidad después de haberle resoplado en la cara y me vi asintiendo y agradeciéndoselo.

Daniel recogió sus cosas y las puso en la mesa donde estaba yo. Se sentó a mi lado y me sonrió de nuevo.

—Si no te gusta esta asignatura, ¿por qué te has matriculado en ella? —me preguntó divertido.