43| NOA

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—¿Qué? —le pregunté a Daniel. Él se rio y volvió a hacerme la misma pregunta.

—Ya sabes, una cita —añadió.

—Oh... esto... —No sabía qué decir, estaba bloqueada. Solo podía pensar en Andrew y en la cara que había puesto al verme con Daniel de nuevo. ¿Qué estaba haciendo aquí de todas formas? ¿Había venido a buscarme?

—¿Eso es un no? —me preguntó preocupado.

—No, es decir, sí, no. —Suspiré—. ¿Por qué quieres salir conmigo?

—¡Oh! Bueno, yo... creo que eres una chica preciosa y me gustaría conocerte.

—Oh... yo...

—No tienes por qué contestar ahora, puedo esperar —dijo sorprendido y pestañeando varias veces y añadió con una media sonrisa un poco forzada—: No te preocupes.

—Gracias, esto... tengo que...

—Claro, tranquila. Hablamos luego—me cortó Daniel.

—Adiós.

Salí corriendo e intenté buscar a Andrew. Tenía que hablar con él, antes de nada, necesitaba saber qué pasaba entre nosotros, no es como si quisiera salir con Daniel, sin embargo, necesitaba algo para poder seguir adelante, estaba tan confusa. Lo encontré saliendo del edificio hacia la facultad de al lado.

—¡Andrew! —le grité corriendo para alcanzarlo. Él no frenó a pesar de que sabía que me había escuchado perfectamente—. ¡Andrew! Espera —volví a gritar. Por fin lo atrapé y me puse delante de él cortándole el paso con la respiración agitada.

—¡Qué! —me espetó.

Di un paso hacia atrás sorprendida por su tono de resentimiento. Nunca lo había visto así conmigo y suponía que le pasaba algo. Ayer también pasó de mí durante todo el día y eso no era normal en él, todavía menos después de que hubiéramos solucionado eso el otro día.

—¿Qué te pasa? ¿Te he hecho algo? —No me contestó, simplemente se me quedó mirando con los ojos entrecerrados y la mandíbula tensa—. ¿Es por la cena del otro día? —insistí preocupada de que se hubiera asustado y ahora empezara a evitarme él a mí—. ¿No piensas decir nada?

—No tengo nada que decir Noa, no me pasa nada.

—No te creo.

—Olvídalo —dijo dando un paso hacia adelante, pero yo le corté el paso de nuevo, no pensaba moverme hasta saber por qué se estaba comportando como un capullo—. ¿Por qué no te vas con tu novio y me dejas en paz?

—¿Has escuchado a Daniel? ¿Es eso? ¿Por eso estás así?

No sabía porque, pero no le rectifiqué cuando dijo que Daniel era mi novio.

Andrew se rio sin humor.

—Lo que hagas con ese imbécil me importa una mierda, espero que seáis felices juntos —me contestó con sarcasmo antes de dar media vuelta para irse hacia otra dirección, pero yo me puse delante de él cortándole de nuevo el paso.

—¿Qué coño significa eso? —me enfadé—. ¿No te importa que salga con él? ¿Es eso lo que me estás diciendo?

De repente se quedó mirando mis zapatos fijamente y pude ver que se tensaron todos los músculos de su cuerpo.

—¿Qué esperabas? —gruñó.

No sabía qué esperar, pero esa respuesta desde luego que no, no era la reacción que quería que tuviera después de la cena de la otra noche. Seguía preguntándome que significó para él, pero suponía que esa era la respuesta: nada. Al fin y al cabo, era Andrew Scott, el chico mujeriego del campus sin sentimientos. ¿Por qué iba a pensar que le había empezado a gustar? ¿Por qué había llegado a pensar que ese beso era especial?

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Where stories live. Discover now