No me llames amor (Serie «Solo tú I»)

54| ANDREW

Salí rápidamente de la habitación y me apoyé en la pared cerrando los ojos.

¿Primero me besa y luego quiere que venga Daniel a verla? ¡Esto es una mierda!

Apreté mis puños con rabia y un dolor punzante me recordó que tenía los nudillos destrozados. Miré mis manos, extrañado, sin acordarme de que seguía teniendo la sangre de Ryan en mis manos. Fui corriendo al baño y me las froté con fuerza quitándola haciendo caso omiso al dolor. Me miré en el espejo y no estaba seguro de reconocerme. Le había dado una paliza de muerte a un chico y ni siquiera me había parado a pensar en lo serio que era. Suspiré cabreado y agitado y volví a lavarme la cara con agua antes de salir de allí. Me acerqué a la salita donde había más cobertura y llamé a Emily. No quería rallarme ahora con eso, lo importante era que Noa se recuperara y que estuviéramos a su lado.

Em me cogió el móvil al instante.

—Andrew ¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Cómo está? —me preguntó acelerada y nerviosa.

—Em, está bien, no te preocupes. Está despierta. Podéis venir cuando queráis. Llama a Jess y Kate, yo llamaré a los chicos.

—¡Oh, no hace falta! Estamos todos juntos en vuestra casa y estoy con el altavoz.

—Supongo que tampoco habéis pegado ojo. Hola chicos —saludé en general.

—Hola Drew —escuché a Jess.

—¿Tú estás bien colega? —me preguntó Alex.

—¿Ella seguro que está bien? —dijo Kate.

—Sí, chicos. Yo estoy bien y ella se recuperará. Probablemente tiene alguna costilla rota y dolor de cabeza, pero se pondrá bien. Venga va, venid a verla. Estará contenta de veros.

—Bien —dijo Jess poniendo orden—. Vosotros dos recoged las tazas de café y llevarlas a la cocina. Tú ve sacando el coche, y tú toma mis llaves, puedes ir sacando el mío también. Yo iré a buscar un par de cosas, Emily ¿me ayudas?

—Sí.

—Bien, nos vemos en los coches en tres minutos.

Yo empecé a reírme, no sabía a quién le ha dicho qué cosa, pero estaba claro que nadie iba a llevarle la contraria.

—Hacerle caso a la jefa, nos vemos ahora chicos —me despedí riéndome.

—Ui, se me había olvidado que seguías ahí —dijo Jess y todos se rieron conmigo.

Colgué el teléfono y di un paso hacia la habitación de Noa pero frené en seco. Ella quería hablar con Daniel, quería que viniera aquí y eso solo podía significar una cosa. Quizás Noa me había besado, pero no significaba nada, era un simple beso de agradecimiento. No entendía muy bien el motivo, ¿acaso era su forma de despedirse? Si era así estaba jodido.

Di unos toques con mi móvil en la palma de mi mano antes de marcar el número de Daniel.

—¿Diga? —escuché al otro lado una voz resacosa.

—Dan, soy Drew.

—¿Drew? —preguntó. Se escuchó un ruido de fondo y un gruñido. Imaginaba que lo había despertado y se estaba incorporando en la cama.

—Sí. ¿Estás borracho?

—¿Qué coño quieres?

—Noa quiere hablar contigo.

—Me importa una mierda —gruñó. Yo fruncí el ceño.

—¿Perdona?

—He dicho que me importa una mierda. ¿Para qué me has llamado? ¿Es que quieres reírte a mi costa?