61| ANDREW

1.5K 69 6
                                    


—¿A qué te refieres? —me preguntó con el ceño con curiosidad. Me coloqué de lado apoyando un brazo en la cama de manera que pudiera mirarla.

—Siempre te veía en las fiestas, era imposible no verte. Pero parecías tan... inalcanzable. No coqueteabas con ningún chico, ni siquiera con los que se acercaban a ti expresamente para llevarte a su cama. Me fascinabas. Nunca había querido algo tanto en mi vida. Hubo un día incluso que pensé en acercarme a ti y después de darle vueltas empecé a hacerlo. Estaba caminando hacia a ti cuando me viste y empezaste a ponerte tan nerviosa mirando para todos lados que cambié de opinión y seguí caminando como si tú no hubieras sido la meta hacia la que iba —le dije riéndome.

—¿Te acuerdas de eso? —me preguntó—. Madre mía, ¿ibas a por mí de verdad? No sé si debería sentirme halagada o no —preguntó con ironía.

—Halagada cariño, siempre halagada.

Ambos nos reímos, pero Noa puso morritos como si no estuviera del todo de acuerdo. Aproveché para darle un pequeño beso. Pensaba besarla a todas horas.

Me gané una pequeña sonrisa antes de continuar.

—Siempre quise acercarme a ti, no sé por qué, pero me atraías como un imán. Te veía diferente a las demás chicas y eso captó mi atención desde el minuto cero en el que entraste en mi radar. Juro que te convertiste en una pequeña obsesión, incluso Luke y Alex se reían de mí —recordé divertido—. Pero creo que inconscientemente supe que no eras una de esas chicas que se acuestan con alguien que acaban de conocer en un bar así que decidí que tenía que sacarte de mi sistema y así lo hice.

Miré a Noa que me observaba entre curiosa, extrañada y divertida.

Le guiñé un ojo.

—Hasta que apareció Jess por casa un día con dos entradas de fútbol intentando sobornarnos a Alex y a mí. Cuando nos dijo de ir a una cita doble nos reímos en su cara. No puedes ni imaginarte la cara de cabreo que puso.

—Oh, sí... claro que puedo —se rio entre dientes.

*

Hola chicos —dijo Jess entrando en casa mientras los chicos y yo estábamos jugando a un videojuego nuevo que Luke trajo por la mañana—. Adivinad. El sábado por la noche tenemos una cita doble.

Los tres empezamos a reírnos a carcajadas. Jess se puso delante de la tele con cara de cabreo y de brazos cruzados. Tuvimos que poner pause al juego.

Ni hablar —le dije sabiendo que con cita doble se refería a mí con una chica y no a Luke, no pienso ir a ninguna cita.

Tengo dos entradas para ver un partido de fútbol la semana que viene si venís conmigo —dijo ondeando las entradas delante de nosotros tentándonos.

Uh... soborno, me encanta —dijo Luke recostándose en el sofá disfrutando totalmente de la situación.

Alex y yo nos miramos. Pero no, no pensaba ir a ninguna cita.

Lo siento Jess, pero no. No voy a hacerte ningún favor.

Qué pena —dijo mirándose las uñas haciéndose la interesante—, Noa se pondrá muy triste si no apareces.

Ese nombre me congeló en el sitio y la miré fijamente. ¿La cita era con Noa? Eso cambiaba las cosas...

¿Cuándo es el partido? —dije levantándome y cogiendo mi entrada.

Yiiiiiiiiii—gritó emocionada—, lo sabía. Lo pasaremos genial. Podemos ir a una pizzería.

Luke empezó a reírse a carcajadas. Alex se cruzó de brazos y nos miró a ambos sin decir nada. Serio. Así que esta vez ondeé yo las entradas.

Son de los Eagles contra los Jaguars. Podríamos pasar el fin de semana en Philadelphia.

¡Mierda! —suspiró—. Está bien. Iremos —dijo Alex cogiendo su entrada y chocando conmigo la mano.

Me encanta, la pequeña Jess gana de nuevo —dijo Luke riéndose como un loco.

Jess le guiñó un ojo mientras sonreía diabólicamente. Esa chica siempre se salía con la suya.

*

—¿Fuiste solo porque era conmigo? —me preguntó sorprendida.

—Sí... la verdad es que fue una mierda de cita al principio —recordé riéndome—, pero vaya si no lo pasé bien al final. Conocerte ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.

Me acerqué a ella y empecé a besarla de nuevo, era inevitable, pero alguien picó a la puerta interrumpiéndonos.

—Pasa.

—Hola tortolitos.

—Buenos días —dijo Noa sonrojada. Alex le guiñó un ojo y yo lo fulminé con la mirada.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Te has dejado el teléfono en la cocina —me dijo lanzándomelo. Lo cogí al vuelo—. La madre de Noa acaba de llamar, vendrán dentro de una hora.

—Vale, gracias —contesté antes de que Alex cerrara la puerta—. Deberías ducharte cariño. Vamos te ayudo a levantarte.

—Andrew... —me dijo mirándome a los ojos una vez estábamos de pie cara a cara—. Conocerte también es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Y no pude evitar volver a besarla así que la besé, la besé y la besé. Coloqué mis manos en sus mejillas e hice que me mirara fijamente.

—Te amo cariño. Y por si no ha quedado claro todavía, eres mía, mi novia, mi chica, mi lo que quieras, pero mía.

—Solo si tú eres mío —me dijo con una sonrisa dulce que me entraban ganas de volver a besarla.

—Bueno, supongo que hay que hay cosas peores respondí juguetón.

—¿Como qué? se rio ella.

—Como que venga un T-Rex y te coma de un bocado.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Where stories live. Discover now