37| ANDREW

1.5K 60 10
                                    


Me incorporé de golpe al ver a Noa entrar en mi habitación con mi camiseta puesta. La miré de arriba a abajo sin poder evitarlo y me puse duro como una piedra. Estaba de lo más sexy. Mi camiseta le llegaba un poco más abajo de la mitad del muslo, casi a las rodillas -así de menuda era- y yo solo podía pensar en lo increíble que estaba con ella puesta. Noa me miró con sus ojos tímidos pero excitados, dudaba que pensara que estuviera esperándola con tan solo unos pantalones puestos.

La vi parpadear varias veces y aclararse la voz.

—Creo que me parece bien lo de que duermas en la habitación de Alex y yo me quede aquí.

—Ajá —murmuré sin dejar de observarla. Ni hablar, ahora ya no pensaba irme a ninguna parte—. No, creo que prefiero dormir aquí contigo —le dije mientras le lanzaba mi media sonrisa y me tumbaba en la cama de nuevo.

Noa no se movió. La miré de reojo y vi que me estaba fulminando con la mirada de brazos cruzados. Parecía que no le gustaba nada mi respuesta, pero, en fin, no me importaba. Supuse que había tenido que tragarse el orgullo para pedírmelo y quizás había herido sus sentimientos, me sentí un poco mal al respecto.

—Venga Noa, no muerdo, a no ser que quieras que lo haga —mencioné excitado pensando en lo que habíamos hecho en la oficina del club hacía unas horas y en lo que quizás podrías volver a hacer de nuevo esta noche. Aunque por la cara que puso no parecía haberle hecho mucha gracia—. Lo siento, te prometo que será solo dormir. Vamos, la cama es muy grande —le dije sin una pizca de humor en mi voz. Ella me miró fijamente unos segundos que se hicieron eternos, pero finalmente suspiró y se acercó.

—Está bien, solo dormir —dijo mientras se tumbaba a mi lado de mala gana; aunque lado era mucho decir ya que estaba tan al borde que un poco más y se caía de la cama. Nos tapé con la enorme colcha y apagué la luz de la mesita de noche que había encendida.

—Buenas noches Noa —le susurré.

—Buenas noches Andrew —me respondió dulcemente antes de girarse hacia el otro lado.

Genial, creo que va a ser una noche larguísima para los dos.

Noa no paraba de removerse, se notaba que estaba incómoda y no quería que se sintiera de esa manera.

—Relájate cariño, solo soy yo —le susurré arrastrándola hasta el centro de la cama porque realmente la veía acabar tirada en el suelo.

Acaricié su cabello, lo tenía suelto encima de mi almohada y era increíble. Pensé en cómo le caía el pelo en cascada en el club, cuando estábamos en esa habitación, desnudos. Noa era la chica más sexy que había conocido nunca porque ni siquiera se esforzaba por serlo, simplemente lo era. Y sí... eso no estaba ayudando con mi erección.

—Ya, ese es el maldito problema —me pareció escucharle decir entre dientes antes de girarse para no mirarme.

No le di mucha importancia, no entendí lo que quería decir con eso. Me di la vuelta buscando una posición cómoda a ver si podía dormirme con un palo tieso entre mis piernas. Desde luego iba a ser una noche malditamente larga.

Unos minutos después escuché la respiración regular de Noa. Ya se había quedado dormida, pero yo seguía pensando en esa noche, en lo que me dijeron los chicos en el bar el otro día y en la conversación con mi padre en Navidad.

¿Me gustaba Noa? Estaba claro que sí.

¿Qué haría si ahora me decía que tenía novio? Uff... me cabreaba solo con pensar en que estaba por ahí besando o acostándose con otro tío, como ese estúpido camarero del club que le había dado su número; sobre todo después de haber pasado esta noche con ella. Desde aquel beso secreto del perdón no había dejado de pensar en ella, sin embargo...

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Where stories live. Discover now