55| NOA

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Los chicos eran increíbles. Me habían regalado flores y globos que decoraban la horrible habitación de hospital haciéndola algo más agradable y acogedora. Liam había entrado por la puerta abrazado a un oso gigante con un lazo rojo en su cuello saludándome con una de las patas, era demasiado grande para tenerlo en la cama conmigo, pero me haría compañía durante los días que tuviera que estar sola ingresada. Estaba algo sensible y quizás se me empañaron los ojos con lágrimas de felicidad de tenerlos a todos conmigo, eran los mejores.

Liam dejó el peluche en el suelo y se sentó encima haciéndome reír ya que no había sitios para todos.

—Era eso o tu cama —dijo guiñándome un ojo. Vi a Emily rodar sus ojos, pero sonreírle disimuladamente.

Estábamos hablando sobre lo mandona que había sido Jess cuando Andrew volvió a entrar en la habitación más serio de lo que estaba antes.

—¿Todo bien? —le preguntó Alex.

—Sí, no hay ningún problema —contestó antes de venir hacia mi cama y ponerse cerca de mí.

En ese momento se creó un silencio tenso y extraño. Todos se miraban con todos y Alex carraspeó incómodo. Liam le dio un toque a Emily en la pierna y ella negó con la cabeza con los ojos sutilmente abiertos. Mi corazón empezó a latir cada vez más rápido. Finalmente, Kate habló.

—Está bien, ya no puedo más. ¿Qué ocurrió Noa? Tienes que decirnos qué ha pasado.

Su pregunta me dejó en blanco totalmente bloqueada a pesar de que en el fondo la esperaba. No necesitaba mirarme en un espejo para saber que me había puesto más blanca que el papel, me sentía mareada y no podía hacer salir mis palabras de la boca. Solo pude mirar a Andrew en busca de ayuda, lo vi observándome y me cogió de la mano dándome su apoyo. Él habló por mí.

—No es el momento chicos —dijo con total seguridad.

—¿Por qué no? Necesitamos saber que pasó —insistió Emily.

—Por favor, no me hagáis esto... ahora no —susurré con un nudo en la garganta.

Necesitaba que estuvieran para mí ahora, no que me llenaran de mierda la cabeza. Mis ojos se empañaron en lágrimas, no quería pensar en eso, necesitaba precisamente que me ayudaran a que dejara de pensar en lo que ocurrió.

Todos me miraban expectantes a que dijera algo más, necesitando saberlo, pero yo no podía y aparté la mirada. Andrew se sentó en la cama tapándome de mis amigos, como si quisiera protegerme de sus preguntas y curiosidad y los cortó de nuevo.

—No es el momento y punto. Noa os lo explicará cuando esté preparada. No la presionéis con el tema, ¿de acuerdo? —repitió con esa autoridad y confianza.

Todos asintieron, pero pude ver de reojo que ninguno se quedó conforme con lo que había dicho. Justo en ese momento alguien picó a la puerta y todos nos giramos para ver a Daniel en el umbral con un ramo de flores en la mano. Andrew se tensó nada más verlo, aunque no dijo nada.

—Hola —saludó Daniel—, ¿se puede?

—Hola... sí, claro —contesté sorprendida de verlo.

Él miró a los demás y yo también. Empecé a sentirme muy incómoda con todos aquí, sobre todo después del momento tan tenso que habíamos tenido. Necesitaba quedarme a solas con él. Miré a Emily y ella me frunció el ceño. Yo levanté las cejas e hice un gesto de cabeza hacia la puerta. Ella asintió entendiendo nuestra conversación silenciosa y se levantó de golpe carraspeando.

—Nosotros nos vamos a comer —anunció mi mejor amiga empujando a Liam del brazo para que se levantara de mi nuevo oso de peluche.

—¿Ah sí? —preguntó él con una sonrisa torcida dejándose levantar y pasando un brazo por encima de su hombro que me hizo fruncir el ceño, confundida.

No me llames amor  (Serie «Solo tú I»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora