Capítulo: 6

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Nos separamos unos pocos centímetros para respirar unos segundos y nos volvemos a besar, muerde mi labio inferior.

Sus manos debajo del agua acarician mis muslos, los enrosco en su cintura, rompe el beso,besa mi mejilla derecha, luego va descendiendo por todo mi cuello dejando un sendero de besos detrás de sus labios.

Mi hierve la sangre, tengo el corazón a mil y las hormonas revolucionadas.

Me olvido de que estoy con Carlos.. un momento
<<¡Carlos!>>.

Lo empujo e intento recomponerme.
—¿Qué pasó?— me pregunta sorprendido.
—Tengo novio, ¿lo olvidas?— le digo y me siento culpable por haber dejado que me besara.

Nado hasta la orilla y salgo, me acomodo el vestido que se me subió por el agua.

El aire fresco empieza a correr y me da frío, estoy temblando, busco a Nat, finalmente la encuentro, está con Leo, me da pena interrumpirla, solo tomo mi bolso.

Jonathan se me acerca por detrás y me asusta, por un momento pensé que podía volver a ser el chico con el que bailé antes.. casi, casi, casi me vuelvo a caer en la piscina.

—Vamos dentro te daré algo para que te cambies de ropa o te resfriarás— va hacia su casa y le sigo, si por fuera parecía un palacio por dentro se multiplica por 1000 en belleza, paredes color crema, adornos de alfarería, porcelana, cristal, lámparas, un montón de fotos de un niño de ojos grises.

Es Jonathan, de niño también era muy guapo, cachetes enormes y unos hoyuelos preciosos, tomo una foto en mis manos y la admiro, la dejo en el lugar que estaba un minuto después, fijo mi vista hacia donde estaba Jonathan y ya no está.

<<Se ha ido pensando que lo seguía, ¿y ahora qué hago? Esta casa es enorme>>.

Me introduzco por el pasillo siguiendo el piso mojado, me lleva hacia una habitación, la puerta está abierta así que entro, es un cuarto un poco salvaje, carteles de bandas de música pegadas en la inmaculada pared color blanca, es un cuarto enorme, mi cuarto cabe dentro de este, la cama está impecablemente tendida,ni una arruguita, hasta dan ganas de tumbarse y dormir una semana seguida, muchísimas medallas de oro colgadas en la pared y reconocimientos deportivos enmarcados.

Alguien entra y me asusto.

—¿Qué haces aquí?— me pregunta Jonathan frunciendo el ceño.
—Yo.. me distraje en la sala con tantos adornos y fotos y cuando me di cuenta ya te había perdido, lo siento— digo nerviosa.

—Te iba a llevar al cuatro de la ama de llaves, tomar alguna prenda suya y después comprarle otra— me dice como si fuera obvio que yo supiera que él iba a hacer eso.

—¿Y de quién es este cuarto?— le pregunto mirando hacia los carteles de las bandas de música.

—Mi cuarto— dice con orgullo —te he traído esto del cuatro de la ama de llaves— me enseña un vestido blanco con millones de florecitas color azul.

Digo que si con la cabeza y tomo la ropa de sus manos, sigue parado delante de mí mirándome, sus ojos grises están más oscuros y me siento expuesta ante ellos.

—¿Puedes darme un poquito de privacidad?, sal un momento o voltéate— digo con los fijos en los de él.

—Ok, te dejo para que te cambies, voy a volver a la fiesta, vuelve cuando estés lista , le diré a la ama de llaves que ponga tu ropa a lavar y a secar para mañana , ven a buscarla— dice y rompe contacto visual con mis ojos saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de él.

Registro en mi bolso que se salvó de la caída al agua porque lo tenía Nat y por suerte tengo cambio de ropa interior, siempre echo unas limpias por si acaso me quedo en casa de Nat o algo.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Where stories live. Discover now