Capítulo: 41✔️

96 10 4
                                    

DOS SEMANAS DESPUÉS

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

DOS SEMANAS DESPUÉS.

11:00 am.
Los rayos del sol atraviesan la habitación, como si las cortinas hubieran permanecido abiertas desde la última vez que estuvimos durmiendo juntos en el departamento. Hasta ayer, estuvimos quedándonos en la casa de mis padres. Bueno, yo me quedé allí y Jonathan aquí. Aunque nos veíamos todos los días, no podíamos dormir juntos, principalmente por respeto hacia lo que sucedió y por mis padres.

Había extrañado mucho esto. Siempre su cuerpo sobre el mío, impidiéndome moverme, o su mano acariciando mi cintura. Aunque debo resaltar que ya casi no me muevo, digamos que mi mal dormir ha cesado (un poco).

Una vez salgo de la cama y me enfrento al espejo, veo las huellas de todos estos días reflejadas en mi rostro. Las lágrimas han dejado hinchada y enrojecida mi piel, marcando el dolor que he llevado sobre mis hombros. Sí, he llorado muchísimo, estos días no han sido nada fáciles. Desde que mi abuelo falleció hace dos semanas, he buscado consuelo en la cercanía de mis padres y en los momentos compartidos con Mia, tratando de sanar poco a poco mi corazón herido, pero eso no lo es todo, también hace falta tiempo.

—Espero que te encuen... mejor, no me... gust... nada verte desani... mada, Rubia —Jonathan me arranca una pequeña risita mientras habla con el cepillo de dientes en la boca. Estoy segura de que lo hace a propósito, quiere verme sonreír.

—Estoy mejor —digo al pasar por su lado rumbo a la puerta—. ¿Te apetece algo en especial para desayunar? Ayer, antes de regresar de casa de mis padres, tuve la oportunidad de parar en un supermercado de camino y compré algunas cosas.

—Lo que quieras, ya sabes que como lo que sea.

—Lo sé, y me encanta saberlo —pienso en voz alta, girándome para acto seguido ser sorprendida por él, iniciando un maratón de cosquillas que termina en la cocina, con mis mejillas sonrosadas de tanto reír.

—Viene Mia en estos días —le cuento sacando algunas cosas del refri.

—¿En serio? Te deseo suerte —se mofa desde la mesa, esperando el desayuno como todo un vago—. Emm... sé que a lo mejor no es el momento indicado para esto... —comienza vacilante.

—Ajá, continúa —le pido, cortando cuadritos de frutas.

—Quería saber si aceptarías una visita de mi abuela en estos momentos.

¿Eh? ¿Por qué no lo haría? La Señora Victoria es lo más agradable que hay en persona.

Después de unos instantes reflexionando sobre su pregunta en mi cabeza, caigo en cuenta. No quiere hacerme sentir incómoda trayendo a su abuela sin preguntar, ya que podría considerar que es demasiado pronto después de lo sucedido con mi abuelo.

—¡Claro que sí! —respondo luego de comprender, dejando los platos de frutas picadas sobre la mesa—. La Señora Victoria es todo lo que está bien, me sentiré muy bien con ella aquí. Por favor, déjala venir —una pequeña sonrisa llena de complicidad escapa de sus labios.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Where stories live. Discover now