Capítulo: 19

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El mensaje me asustó, pero no fue ni la mitad de horrible que esa mirada. No sabría como describirla en palabras pero se siente muy feo.

—Vámonos, por favor— suplico con mi rostro hundido en su cuello.
<<Su aroma me relaja sobremanera>>.
—Está lloviendo— susurra en mi oído.
—No importa.
<<Yo solo quiero salir de aquí>>.

Se las arregla para sacarse su chaqueta de cuero sin que yo tenga que soltarlo, colocándomela por encima de los hombros.

Está calentita, a pesar de la lluvia, por dentro se mantiene calentita de él.

Me separo de su pecho a regañadientes para a continuación entrelazar nuestras manos y salir de ahí.

La moto está toda mojada, pero que más da, nosotros también lo estamos.

—Es tarde, debes de tener hambre— dice una vez hemos llegado a las afueras de lo que parece ser otra cafetería.
<<El día de las cafeterías>>.
<<Recuerda que todas han acabado mal>> comenta la vocecita de mi cabeza.

Digo que sí con la cabeza y tomo asiento en una de las primeras mesas mientras él estaciona.

También aprovecho para mirar más
detalladamente mis notificaciones.

Tengo demasiadas llamadas perdidas y WhatsApp de mis padres.
Opto por la vieja confiable de dejar un mensaje en el grupo donde están todos y apago el móvil.

Cuando ha vuelto pedimos algo ligero, ya que son más de las 9:00 pm.
—¿Ya estás más tranquila?— pregunta mientras se lleva una cucharada de su plato a la boca.
—Sí— le doy una leve sonrisa.

El resto de la comida fue en silencio, no un silencio incómodo, más bien comprensivo.
<<Sé está comportando muy bien respecto a lo que pasó, en no hacer preguntas y eso me gusta mucho>>.

Se está acercando la hora de cada uno irse para su casa y no quiero que se vaya.
<<Tengo mucho miedo aunque no lo demuestre>>.

Me lleva hasta la mismísima puerta.
<<A la mierda los vecinos, el tipo de los mensajes, mis padres. Es mi novio>>.

—Buenas noches— susurra en mi mejilla, depositando un suave beso cuando mis brazos lo abrazan casi del todo.

—Quédate a dormir conmigo— le pido acariciando mi nariz con la suya.
—¿En serio?— levanta un poco la vista para encontrar mis ojos.
—Sí, no quiero dormir sola, solo será por esta vez— le aseguro.
—Me quedaré contigo todas las veces que quieras— toma mi rostro entre sus manos para sellar su promesa con un adorable y sincero beso en la frente.

—Hay un pequeño problema— dice.
—Mis padres— lo doy por hecho.
—¿Tus padres?, na, mi moto, ¿dónde la dejo?
<<No había pensado en eso. Tal vez sea una mala idea que se quede pero, quiero dormir con él>>.

—Puedes dejarla en el garaje. Mi familia casi no entra ahí— aseguro.
—Perfecto.

Abro la puerta de este para que pueda dejarla ahí y estoy a punto de abrir la puerta de casa para entrar.
—Mejor entremos por aquí— sugiere tomando la escalera con la que supongo ha entrado el día que visitó mi habitación por primera vez.
Su ocurrencia me hace reír.

—No es seguro— logro decir.
—Es más seguro esto mil veces que subir por donde están tus padres, créeme.
Lo dice con tanta sinceridad que me hace reír nuevamente.

—Vale, yo primero— me decido, colocándome en frente de él.
—Deberías darme un beso por si acaso— bromeo.
Deja uno en mi cuello provocándome cosquillas.
—¡Ahí no!— exclamo riendo y él también me sigue con su hermosa sonrisa.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Where stories live. Discover now