Capítulo: 20

170 25 8
                                    

—Tengo que ir, la conozco— digo saliendo de la ducha para colocarme una bata de baño por encima.
—¿Entonces terminaré yo solo?— pregunta con el ceño fruncido, probablemente enojado, y no es para menos, nunca puedo hacerlo, siempre ocurre algo.

Nataly vuelve a llamar a la puerta y salgo de inmediato cerrando la puerta de el baño detrás de mí.

Le abro lo más rápido que puedo, para no llamar(más) la atención de mis padres.
—¿Qué estabas haciendo?— pregunta elevando una ceja en mi dirección.
—Nada, bañándome— me justifico, nerviosa.
<<Se me da fatal fingir>>.
—Estás muy rara en estos días, ya casi ni se te ve el pelo— se queja mientras se sienta en mi cama.

—¿Viniste a quejarte o a verme?— me quejo yo también.
—Vine a avisar que esta noche hay fiesta, tienes que ir porque es en tu honor, por lo de la beca, ¿lo recuerdas?
—Claro que lo recuerdo— instintivamente miro hacia la puerta de el baño.
<<Tengo que contárselo a Jonathan pronto, no se como irá a reaccionar. ¿Tenía que llegarme esta oportunidad justo ahora que estamos empezando?>>.

—Emma— me grita cuando me he quedado demasiado tiempo mirando la puerta, retenida por mis pensamientos.

—Hay alguien ahí, ¿verdad?— pregunta frunciendo el ceño, como si ya supiera la respuesta.
—¿Qué?, no— reacciono nerviosa, delatándome yo solita.
—Ahora me lo confirmaste— se levanta para ir hacia allí, dicho acto se queda en el aire cuando Jonathan sale envuelto en una toalla.

—Hola— saluda, como si que tu amiga casi los pillara en algo fuera lo que se vive en el día a día.

Nataly me mira con desaprobación.
—¿Tus padres saben esto?— pregunta, refiriéndose a Jonathan, sacando su lado protector.
—No, y tú no se lo vas a decir— advierto.
—Vale, después no me digas que no te lo advertí— dice para luego cruzar la puerta e irse.
<<¡Mierdaaa!, ¿advertir qué?>>.

Ya me tiene harta con sus advertencias vacías sobre Jonathan.

Un sonoro suspiro en frustración sale de mis labios casi sin avisar.

—¿No vas a decir nada?— pregunto a Jonathan quien se está poniendo sus vaqueros delante de el espejo.
—No hace falta— dice carente de emociones.
—¿A qué se refiere Nataly?— pregunto, cerrando la puerta con el pestillo.
—No lo se, simplemente no le caigo bien y ya, no hay tanta explicación para eso— responde de malas formas.

Decido cerrar el tema, al menos por ahora, está a punto de irse y no quiero que se vaya enojado.

—¿Vendrías a una fiesta conmigo?— pregunto colocándome en frente de él, para mirarlo a los ojos.
—¿Qué fiesta?— el desconcierto brilla en sus ojos.
—Una a la que me invitó Nataly antes de que salieras del baño— le explico, jugueteando con un mechón húmedo que le atraviesa la frente.
—Vale, te acompaño, de seguro irá Leo.

—¿Usaste mi champú sin mi consentimiento?— intento fingir desaprobación, tratando de esconder lo tierno que se me hace que use mis cosas.
—Sí, ¿te molesta?— sus manos encuentran mi cintura y la atraen hacia sí para pegar nuestra frentes.
—Para nada— confieso, totalmente cautivada por como le huele a él, no lo recordaba tan delicioso.

Rocky se hace presente con sus patitas entre nosotros, tratando de subirse por mis piernas, haciéndonos reír hasta que nos dolió el estómago.

Tomo su cara entre mis manos para hacerle una irresistible propuesta:
—¿Qué te parece si cuando viremos de esa fiesta vemos esa grabación de la oficina y te quedas de nuevo?— pregunto a la vez que muerdo mi labio inferior y repaso con mi dedo índice el centro de su pecho al descubierto.
—Suena peligrosamente irresistible— reímos y atrapa mi labio inferior con sus dientes para luego chuparlo.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora