Capítulo: 27✔️

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3:00 pm

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3:00 pm. (27 de diciembre).

Hace un frío inestable y los cristales de el taxi se nivelan con facilidad.

Esta mañana Andrés (el que viene cada mes) ha matado a alguien en mi ropa interior y en el baño; he tenido que limpiarlo todo antes de ponerme a hacer las maletas.

Nada más que me bajo de el taxi que me ha llevado hasta el aeropuerto automáticamente ya es palpable el estrés con solo poner un pie en el lugar. Estos lugares deberían tener un cartel 2 km antes de llegar que diga "Alerta Estrés"

Me siento con mi maleta en las sillas de afuera mientras espero que alguien de mi trabajo venga. Es raro que aún no haya aparecido el dichoso compañero que va a ir conmigo.

Froto un poco mis manos para precalentarlas y al final me decido por llamar a Nat para felicitarla, pasar el tiempo de espera.

—Emmi, no vayas, yo estoy aquí en la fiesta y tengo muchas ganas de verte —se le oye suplicante.

—¿Quienes están allá? —pregunto jugando que el pequeño llavero de pompón que cuelga de mi carterita.

—Bueno, están aquí... —me hace un resumen minucioso de cada persona—. Y faltan unos amigos de Leo que vienen desde Londres, creo. ¿Tú con quién vas a ese viaje?

—Aún no lo sé. Se está demorando demasiado, ya ni ganas de ir tengo.

Saliendo las palabras de mi boca, llegando la persona que menos me apetece ver en este momento.

No. Esto no me puede estar pasando a mí.

«¿De qué hablas? ¡A ti te pasa todo!».

—¡Hola! ¡Feliz Navidad! —dice Carlos con tanta normalidad que la rabia me corroe, frotándose las manos, a medida que sus ojos recorren con detalle mi reacción.

—¡Lo siento pero NO! —le cuelgo a Nat. Dispuesta tomo mi maleta de el suelo para marcharme cuando siento su mano agarrar mi hombro sin ninguna delicadeza.

—No puedes dejarme solo en esto, Emma. Tu actitud es infantil —vocifera.

—¡Mi actitud es la que tiene que ser! Y no voy contigo ni a la esquina. Lo que tú consideras «infantil» para mí es un abuso y creo que te dejé bien claro que no te quería cerca de mí —alzo la voz yo también. Enérgica vuelvo a hacer rodar mi maleta y camino hasta la salida de el aeropuerto para poder encontrar un taxi.

Por el camino he decidido que le daré una sorpresa a Nat apareciéndome en la fiesta con Mia. Mia es una contenta, ella nunca dice que no y menos si hay comida.

Al llegar a casa suelto mis maletas en el piso y comienzo a prepararme para ello.

Hoy tengo ganas de vestirme coqueta, o no sabría como decirlo, ¿de mi edad? Bueno, es un vestido verde de mucho brilli brilli, más arriba de la mitad de el muslo, medias color piel y unos zapatos de tacón nuevos que me obsequió la misma Nat; a ella le gustará que use eso.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora