Capítulo: 16

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No se en que momento todo se volvió tan intenso que cuando me doy cuenta estoy montándolo en el sofá.

Mis labios devoran los suyos y viceversa mientras luchamos por domar al otro.
Mis dedos temblorosos juguetean con el elástico de su bóxer.
—No empieces algo que no podrás acabar, rubia— susurra con los labios pegados a la piel sensible de mi cuello.
—¿Quién dice que no lo podré acabar?— digo agitada mientras subo su camiseta un poco hasta poder ver su tatuaje de águila.
<<Me encanta>>.

Pequeños arañazos lo atraviesan.

—¿Observando tu obra?— dice con una sonrisa pícara en esa cara gloriosa.
<<¿yo hice eso?>>.
—¿Yo te hice eso?— pregunto como puedo mientras una de sus manos se mete debajo de mis braguitas.
Hace círculos en mi entrada por encima de mi ropa interior.
—Si y esto también— me jala de la cintura con su mano libre quedando aún más cerca de él y sintiendo su abultada entrepierna.
Trago grueso.
—¿Ves lo que me provocas?
Su mano abandona los círculos y hago un puchero.
Agarran mis caderas con posesión y hacen que me mueva encima de su entrepierna.
—Móntame— ordena con la voz ronca.

Como si estuvieran esperando su orden comienzan a moverse yendo a su encuentro.
Gruñe y tapo su boca con una mano mientras la otra se aferra a su lumbar del tatuaje.

<<Sabes que podrían ser pillados, ¿verdad?>> interfiere mi subconsciente más responsable que nunca.
<<Sí, lo sé, pero no es que me importe mucho en este momento>>.

Jonathan muerde suavemente la palma de mi mano y con una de las manos que descansan en mis caderas me jala para que caiga encima de su pecho.

Levanta mi trasero de su entrepierna mientras busca algo en su bolsillo.

Miro embelesada como sus dientes rompen el empaque del condón para acto seguido escupirlo en el suelo.
<<nota mental: recogerlo>>.

La anticipación me tiene temblando y lo próximo que siento es su mano bajando mis braguitas para entrar en mí de una sola estocada.
<<¿En que momento se ha bajado el bóxer?>>.
Ambos suspiramos de placer.
—Va a ser rápido, ¿ok?. Si es demasiado avisa— susurra y asiento.
No soy capaz de hablar.

Me remuevo un poco en mi lugar para adaptarme a la invasión de tenerlo dentro de mí.
<<Lo siento más profundo, es diferente a la otra vez, a la primera vez, pero no me moleta en absoluto>>.

Me incorporo de manera que nuevamente estoy montándolo y sus manos se posicionan nuevamente en mi cintura para enseñarme el ritmo.

A los dos se nos escapa uno que otro gemido.
Tapo su boca con una mano y él hace lo mismo con la mía mientras mi cuerpo lleva un ritmo de arriba a abajo alrededor de él.

Sale de mí para volver a entrar con más fuerza.
No es un ritmo lento ni cuidadoso, somos como el fuego cuando entra en contacto con la gasolina.

Mientras lo monto cada ves más rápido solo puedo mirar sus ojos.
Los cuales me miran con fascinación como si lo que estuviera viendo fuera la chica más sexy del mundo.

<<La verdad, así me siento cuando estoy con él, pero en el fondo sé que no lo soy. Seguro ha estado con miles de chicas más sexys que yo>>.

Muerdo la palma de su mano cuando estoy a punto de llegar.
Mi mano libre se aferra a él, las piernas se me tensan, una corriente de electricidad me recorre la columna vertebral y todo se nubla ante mis ojos.

Me desplomo en su pecho mientras el mío sube y baja.

Siento sus labios en mi frente mientras sale de mí lentamente
—Te dije que podría acabarlo— digo en un susurro apenas audible mientras el orgasmo me recorre.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Where stories live. Discover now