Capítulo: 14

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Me volteo.
<<Quiero tocarlo>>.
Mis manos viajan desde su cuello hasta su pecho.

Enrosca mis piernas en su cintura y las manosea de arriba a abajo descaradamente.

Me restriego contra su miembro en busca de alivio.
—Joder Emma— gime.
—Jonathan— gimo también.

Sale del jacuzzi todavía conmigo en sus brazos, llenando de gotitas de agua todo el camino hasta su habitación.

En la puerta de esta me baja y me pone contra la misma, después la abre, cierra la puerta con el pie mientras traza un sendero de besitos deliciosos por todo mi cuello y detrás de la oreja.

Tropezamos y tumbamos muchos de sus libros camino a la cama.

Reímos y me tumba encima de esta.
—¿Estás segura?— dice bajándose el short de playa, quedando en bóxers negros empapados y un bulto pronunciado dentro de ellos.
—Sí, te deseo— jadeo.
<<Debo de sonar súper ridícula rogándole pero es la verdad>>.

—¿Me deseas?, ¿desde cuándo Emma?— se coloca encima de mí, soportando su peso sobre sus codos.
—Desde el primer día— enrosco mis piernas en sus cintura.

Toma el elástico de la parte de abajo de el traje de baño y lo baja completamente.
Mi corazón se acelera.

Sus dedos encuentran mi intimidad y la acaricia.
—Siempre mojada para mí— introduce un dedo dentro de mí y pongo los ojos en blanco de placer.

Saca el dedo demasiado rápido y lo lleva a mi boca.
—Chúpalo— me ordena.
Hago exactamente lo que me pide.
Sabe salado, a mí, lo chupo con fuerza.

—Joder, Emma, no hagas eso o te voy a follar duro— dice con voz ronca.
<<Hazlo, por favor>>.
—¿Qué te lo impide?

Se levanta de encima de mí y se baja el bóxer.
Luego se vuelve a colocar apoyándose en un codo para alcanzar un envoltorio metálico de encima de su mesita de noche.

Lo rasga con los dientes y se vuelve a levantar para colocárselo.

Levanto mi espalda del colchón para observar como se lo pone.
<<¡Dios mío!, ¿cómo va a caber todo eso dentro de mí?>>.

Se incorpora, vuelvo a enredar mis piernas en su cintura, me besa, su lengua me acaricia, me enloquece, da vida a mi excitación.

Rompe el beso y nuestras miradas se encuentran, me mira como preguntándome si estoy preparada, asiento y me agarro fuerte de su cintura.

—Te quiero— dice punteando mi entrada con su miembro.
—Te quiero— digo y siento como poco a poco me toma.

Duele, joder, duele muchísimo, está dentro de mí pero no se mueve, se levanta un poco apoyándose en sus codos para verme.

Tengo los ojos cerrados con fuerza y las uñas clavadas en la piel de su cintura, en su tatuaje de águila que tiene en el costado derecho.

Baja la parte de arriba del traje de baño y pellizca mis pezones, calentándome de nuevo, dándole vida nuevamente a mi excitación, se mete uno de mis pechos en la boca y soba el otro con su mano.

Gimo, ya estoy lista para que se mueva.
Comienza a moverse despacio, arde el roce pero es soportable.

—Más rápido— suplico y comienza a moverse.

Con cada embestida el ardor va desapareciendo hasta que ya solo puedo sentir placer, mis uñas le arañan la espalda y algo, ahora conocido, se acumula en mi vientre.
—¿Ya vas a correrte?— pregunta con la voz ronca pegado a mi oreja y esto no hace más que aumentar mi excitación.
<<Esto es bueno, realmente bueno>>.

Roma: Al derecho y al revés, es amor © #1 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora