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Sigue nevando, Junji salió del edificio en la madrugada para mayor discreción. Felix está acurrucado en el asiento trasero, está cubierto por varias mantas mientras observa la nieve caer, Seulgi y Sooyoung van a llegar más tarde, Jieun las va a llevar.

Jieun no sabe que Hyunjin ya está en el campo de los Kang, aunque es una de las personas en las que más confía, desde la última vez, quizás injustamente, Felix se siente receloso, ella tiene razón, pero a veces sentido común es lo que menos necesita alguien para sentirse contenido.

—estará nevando hasta la semana que viene—Junji anunció—¿De verdad vas a estar bien sin mi?

—el campo de la familia Kang es seguro y propiedad privada, confío en que estaremos bien—susurró adormilado.

—aun así, estaré pendiente al celular, necesito que me envíes un mensaje apenas sientas algo extraño.

Felix asintió y volvió a acurrucarse en las mantas—está frío—dijo bajito.

El viaje hasta la casa de la familia de Seulgi era largo, se quedó dormido a mitad de camino y apenas despertó cuando Junji le abrió la puerta—vamos, tienes que bajar, adentro debe estar más cálido.

La señora Kang estaba durmiendo y afuera seguía oscuro, el señor Kang recogió su bolso y le recibió con una expresión afectuosa.

El papá de Seulgi era de pocas palabras, pero siempre fue amable, era un gran contraste con su propio padre, Minseok hablaba mucho aleatoriamente y generalmente de cualquier cosa, y su amabilidad era tan dulce que siempre parecía de buen humor.

Era triste saber que las chicas nunca podrían conocer a sus padres reales, ellas los habrían amado, sobre todo a su madre, Krystal pudo haber sido Idol, pensó vagamente mientras subía las viejas escaleras que ya reconocía.

—debe estar durmiendo en su cuarto, puedes pasar directamente, Yongbok—el señor Kang dijo, mirándole con cariño—dime si tienes hambre, te haré el desayuno.

—estoy bien, gracias por recibirme de nuevo este año, es muy importante y significativo para mi—Felix le dió un abrazo antes de dirigirse a la habitación en la que Hyunjin se hospedaba.

Abrió sigilosamente la puerta y notó las luces apagadas, prendió la pantalla de su celular para no despertarlo con la luz invasiva de la linterna.

Notó en una esquina el bolso de Hyunjin y sobre el tocador la gorra negra del idol.

Sonrió y se quitó el resto de abrigos, dejó a un lado las pantuflas y se metió a la cama con él.

Esperaba no despertarlo, pero no pudo evitar sonreír cuando oyó su dormida voz—¿Yongbok? ¿Ya llegaste?

—sí, acabo de llegar, aún es temprano, vamos a dormir otro rato—susurró bajito, abrazándole por la espalda, apoyando su rostro contra su calidez.

Su mano quedó apoyada sobre el vientre de Hyunjin y su corazón saltó de alegría cuando él la tomó con su mano más grande, apretándola con suavidad.

Hyunjin no podía dormir bien, pero fue bueno que volviera a quedarse dormido, ambos necesitaban descansar.

Ambos necesitaban descansar juntos.

Si el mundo se redujera a una burbuja, si tuviéramos que elegir vivir solos para persistir más tiempo, aún así, Felix aceptaría vivir en una burbuja junto a Hyunjin, a pesar de que el oxigeno se reduciría para ambos y la esperanza de vida fuera menor, todavía elegiría vivir junto a él que estar sin él. 

El amor así, quizás es un poco obsesivo y poco sano, pero los parámetros de la cordura que están prescriptos tienen dudosa procedencia. 

—¿me creerías si dijera que te amo locamente?—Felix preguntó mientras le miraba a los ojos. 

Idol yongbok hyunlix Where stories live. Discover now