Idol yongbok hyunlix

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—lamento que Hyunjin se haya llevado tus sábanas—susurró Felix mientras Jieun le preparaba el desayuno, las chicas ya se habían ido a la empresa, pero a él le dejaron dormir un poco más.

—bueno, él dijo que compraría nuevas así que espero que lo haga porque solo tengo cuatro pares de sábanas—murmuró su manager, entregándole un plato con huevos revueltos y tostadas junto a una taza de té con leche.

—lo hará, sino las compraré yo—rio avergonzado.

—Yongbok ¿Has pensado en invertir tu dinero?—la pregunta le tomó por sorpresa, no esperaba eso.

—¿Qué quieres decir?

—eres joven, deberías asegurar tu futuro—su manager dijo, tomando asiento en frente suyo para desayunar también—quiero decir, deberías comprar una casa y alquilarla o un departamento también está bien, incluso podrías invertir en acciones.

Felix parpadeó repetidas veces, observando a Jieun con curiosidad—¿Por qué crees que debería hacer eso? Soy una Idol.

Jieun suspiró, tomándole de la mano—no te lo tomes a pecho, Yongbok, estoy preocupada por ti, eres joven y el camino de Idol es largo y tuyo ya empezó con dificultades en relación al círculo que va a rodearte, solo quiero que siempre tengas en mente que tienes un futuro más allá de Idol Yongbok.—ella recogió una bolsa de papel en la mesa y se la entregó.

Felix la abrió y encontró una caja de pastillas anticonceptivas—me estoy cuidando—mintió.

—incluso mejor.

—¿Estás enojada conmigo?—la pregunta lo hizo sentir ansioso, si Jieun se enojaba con él, perdía la confianza de una de sus mayores confidentes.

—no, repito, estoy preocupada y termina tu desayuno, hoy tenemos el último ensayo para la colaboración navideña ¿No estás emocionada? Creo que al público le gustará.—Jieun le dedicó una sonrisa, pero no fue suficiente para calmar su ansiedad.

Estás enojada conmigo.

¿Qué piensas de mi, Jieun?

Sábanas sucias y pastillas anticonceptivas.

¿Piensas que estoy sucio?

De camino a la sala de ensayos, Felix dejó la blanca piel de sus manos con marcas rojas por rascarse con nerviosismo, Jieun tuvo que separarle las manos mientras conducía.

—vamos, Yongbok, no estés nerviosa—pidió.—ya has ensayado una vez con Gaeul y no fue tan malo.

—no es por Gaeul.—murmuró apretando sus labios.

—¿Entonces?

—¿Te desagrado?—el semáforo cambió de color y Jieun se detuvo, detrás les seguía el vehículo de su guardaespaldas Lim soo.

—¿Por qué preguntas eso? Por supuesto que no, eres mi pequeña amiga—su manager le miró preocupada—¿Qué pasa ahora?

—me estoy cuidando—mintió—¿Por qué me das pastillas anticonceptivas? ¿Crees que soy así de estúpida?

La expresión de Jieun se relajó, le miró con tristeza—no pienso que seas estúpida, Yongbok, solo hago todo lo que esté a mi alcance para que estés bien, Raon ya perdió una aprendiz por un embarazo, tú sabes eso.

—lo sé—Felix se mordió el labio inferior, rompiéndolo, sintió el sabor metálico de la sangre en toda su boca—¿Estás cansada de mi?

—no, claro que no, Yongbok, no es el mundo contra ti ¿Puedes entenderlo? Estoy aquí para acompañarte y haré todo lo posible para cuidarte, que te dé pastillas o que te pida que seas cuidadosa no quiere decir que te odie o este cansada de ti, por supuesto, hay momentos en los que estoy cansada de toda esta situación, pero ¿No se me permite ser humana también? Todos nosotros somos humanos—aclaró Jieun—intento actuar como una super manager y amiga, pero si haces algo que se vaya de nuestras manos, no podré ayudarte, Yongbok, no estoy siendo mala contigo por pedirte sensatez.—su manager continuó manejando hasta llegar al edificio, allí le dijo—entiendo que tienes veintiun años, Yongbok, pero en este mundo tienes que crecer o continuarán haciéndote daño.