Capítulo 1: Llegada a Londres

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La lluvia había empezado a caer muy despacio haciendo que la chica recordara su pasado, no cerraba por mucho tiempo los ojos pues si lo hacía inmediatamente él regresaba a su memoria atormentándola, llenándola de culpa. No dejó de meditar en eso hasta, que, un pensamiento cruzó por su cabeza << ¿Dónde rayos voy a vivir? Maldición, no había pensado en eso>> Al instante se recordó de una amiga, Mary Morstan tal vez ella le podía decir donde quedarse para el tiempo que se quedase en Londres. Pensando estaba la chica en esto cuando una voz grave, la regresó de su encismamiento.

—Trabajaras en Scotland Yard, tu jefe se llama Greg Lestrade — Mycroft la miró con ojos muy fríos cosa que no inmutó a la chica, mejor dicho la impulsó a hacer una mirada más fuerte — Como no sé a dónde vivirás te estaré llamando, para que me tengas al tanto.

—Como quieras, al fin y al cabo, no creo que te importe mucho o ¿sí? — El hombre regordete pero elegante la miró con rostro sereno, como si no le diera importancia a lo que hablaba, aunque en realidad le importaba, a su manera, pero lo hacía.

—Brigette, quiero recordarte que aquí en Londres no podrás tener toda la libertad para deducir cuanto quieras — Mycroft había cambiado totalmente de tema dejando la pregunta de la chica en el aire.

—¿En serio? ¿Por qué no? — La voz de Brigette se escuchaba arrogante — acaso andas haciendo de las tuyas, dejándonos a nosotros sin un poco de diversión — Dijo la chica con cara de tristeza fingida para luego dejar salir una risa cínica.

—No, solo te lo estoy diciendo — Mycroft reviso su reloj, en menos de 10 minutos estarían aterrizando, le causo un poco de nerviosismo volver a pensar en Sherlock y el momento en que ellos pudieran llegar a conocerse <<Si eso llegará a pasar tendré que tomar medidas extremas —Mycroft miro a la chica — Especialmente contigo y no me dolerá hacer nada malo para salvar a mi hermano>>— Ya faltan 5 minutos toma tus...

El hombre de traje paró en seco al ver que la chica ya se había levantado a tomar sus cosas, sin mediar más palabra. Ella era muy autosuficiente, pero como Mycroft había sospechado desde que la vio entrar a la CIA no siempre se puede ser tan frío y duro con los demás, teoría que había comprobado también con su hermano.

—Ahora entiendo la utilidad de ese paraguas- dijo la chica sintiendo como el Jet empezaba a aterrizar — Siempre había pensado que ahí dentro existe una espada o poción multi-jugos, pero veo que es por esta condenada lluvia ¿Acaso nunca se quita? — Para este momento la voz de Brigette estaba llena de recriminación.

— ¿Por qué todos piensan que aquí llevo algún secreto no descubierto? — La pregunta iba más dirigida para él mismo que para otra persona — Bien Brigette... Bienvenida a Londres.

Brigette miró por la ventana del Jet que ya habían aterrizado, sintió una punzada de nerviosismo mezclada con dolor, al salir de esa puerta, nunca jamás debería pensar en él para que no le interrumpiera su trabajo. Para ya no seguir culpándose observo el Jet por última vez, lo que dedujo fue poco, pero era algo que vendría en su futuro, algo que ella aún no sabía; debajo del asiento trasero donde ella se había sentado, había una pequeña tarjeta, se agacho para recogerla, en ella habían escritas cuatro siglas una de ellas era SH y la otra era JM.

—Vamos hay que bajar ya — Al escuchar la voz de Mycroft metió en su abrigo la tarjetita, debía descifrar de donde provenían esas siglas — Brigette es hora.

Caminó sin contestarle al hombre regordete <<Es hora — pensó con un suspiró — Hora de mi nueva "vida">> luego de esto bajo las escaleras, dejando que la lluvia la empapara, dejando que se llevará sus culpas, pero no dejando que se llevará del todo sus recuerdos.

Metió su mano en el bolsillo de su abrigo, maldijo internamente, recordando que la tarjetita con las siglas continuaba ahí, intentó memorizarlas al ver que se había desecho la tarjeta por la lluvia.

*

En la oscuridad, oculto de toda Inglaterra y el mundo, estaba maquinando su plan de venganza, observando, esperando a una pequeña falla para dejarlo caer, solamente un mal movimiento un sentimiento de más, podría hacer que la dinamita de su mente explotara para crear una hazaña que ni el Detective Consultor estaría preparado <<Criaturas inocentes —decía con un tono infantil para sí mismo— Yo se lo advertí, ahora ya tengo mi detonador>> Dos pantallas enfrente de él; dos vidas que aún no se conocían, una en el aeropuerto la otra en su departamento tocando el violín. << ¿Qué hace falta para que dos vidas se conozcan y me diviertan? —entonces se le ocurrió algo —Ya sé>>

— ¡Moran! — Al instante un hombre alto de cabello castaño y ojos azules apareció delante de él con aire hacendoso.

—Señor ¿Necesita algo? — El hombre tenía una voz ronca que podía ser de un tenor.

— No, te llame para que ¡Juegues! — Sus cambios de voz ya no sorprendían a Moran, estaba acostumbrado a los problemas característicos de su Jefe — Necesito que hagas que dos personas se conozcan.

—¿Quiere que lo llame a él? — El hombre ojos café sonrió con aire infantil — dijo que estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de ayudarlo.

—Veamos, si es verdad... Llámalo. Plisssss— en su última palabra la voz se había convertido en la de un niño de 5 años.

—De acuerdo, Jim— Dicho esto salió de la habitación que resguardaba al Criminal Consultor.

—Yo te lo dije Sherlock — Susurró tocando la pantalla en donde se encontraba el azabache —Todo cuento de hadas necesita un buen y fabuloso villano, lástima que no me escuchaste.

Y al son de The Gazza Ladra una canción que le encantaba, siguió esperando su momento para que su detonador diera comienzo <<Pobre chica —pensó — lástima que estés del lado de los ángeles, serias perfecta para mí.>>

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Cómo están Sherlockians, nueva actualización. Espero les guste. Comenten en qué podría mejorarla. Los amo un montón.

-LisHolmes

My Reflection (Sherlock) (En edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora