Capítulo 10. Los cuatro hermanos: Bart's

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POV Narrador

El manejaba el taxi con aire divertido, sonreía con muchas ganas. Cada cinco minutos pensaba en el rostro de la chica y su expresión de confusión <<Si tan solo no respetaras la ley — Encendió la radio — tal vez así pudieras armar los planes no ser parte de uno>> Como si el destino deseara que todo le saliera bien en la emisora empezó a sonar Staying Alive.

Sus ojos se cerraron y abrieron disfrutando de la buena música... Pensó que su distracción número uno ya habría encontrado la nota que no le había costado mencionar en cada pantalla de Inglaterra. Sus ojos se posaron en los caminantes de las aceras que rodeaban su taxi <<Mirarlos es adorable, ellos son adorables, las personas ordinarias lo son>> La canción no paraba de sonar aun cuando el llego a su destino. Un muelle.

Moran estaba parado esperándolo con un sobre color manila en la mano, cuando lo miro sonrió de manera agradable a lo que el criminal consultor solo contestó con una sonrisa espontánea. El sobre era lo que el Consultor quería ahí tenía todo lo necesario para acabar con la chica... Solo tendría que esperar. Esperar a que al detective le importará.

Sebastián miró a su jefe con felicidad le deleitaba notar que al fin tenía un plan para distraerse, nunca lo había visto tan emocionado, a excepción quizá, de cuando hizo caer a Sherlock. El primer plan no había terminado, que Moriarty haya "muerto" no quería decir que tenía que dejar de actuar.

—Moran quiero a esa chica para mi — Se paró en seco el consultor — La tendré de alguna manera... Aunque me toque destruirle el corazón junto con el de Sherly.

—Jim ¿Por qué mencionas el corazón de Holmes? No creo que ella le llegue a importar — Sebastián observo a su jefe con aire indeciso, no le gustaba contradecirlo, pero en más de alguna vez había logrado rayar la cordura de su "amigo".

—Rodó los ojos y con aire exasperado movió su cabeza — Sebastián, Sebastián... Ni Sherlock se cree esa de no tener corazón, si no tuviera, John Watson no le importaría, un carajo. No hubiera arriesgado su libertad matando a Magnussen. Él debería agradecerme que volví y lo salve de la muerte.

Ya ninguno de los dos hablo, los dos se quedaron parados escuchando la música que aun salía del taxi. Moriarty desaparecería por un tiempo de nuevo, pero estaría latente. Por el momento todo lo que había hecho era solo para recordarle a su némesis que estaba vivo... Y con la chica lo hacía por diversión. <<Mi plan, nunca nadie lo pensó — Dijo para sí mientras bailaba un poco — Ahora Sherlock estará más que histérico que dejará pasar un millón de detalles. Y ahí es donde tú, angelito caído de América, entras en acció— Se rio de su enemigo>>.

La chica estaba sentada en la sala de espera del hospital, debían darle un permiso para poder tener pase libre al laboratorio. Ya había pasado una hora, y su paciencia se estaba acabando, se puso a pensar en Richard Brook, no sabía lo que él era realmente. Reviso su reloj, había pasado más tiempo en la sala de espera que analizando.

Se tardaron prácticamente dos horas más en poder entregarle el permiso, su título de detective en Yard había disminuido el tiempo. Ya no le importaba el insulso papel mientras caminaba hacia el laboratorio desde ahora la mirarían más seguido paseando por el Bart's. Llevaba el vaso de café en su mano << ¿Ya habrá encontrado Sherlock el tipo de veneno? Creo que no — se contestó con aire triunfante>> El laboratorio estaba desierto cuando ella entro, no le molesto para nada, solamente agradeció la privacidad que ahora tenía. Se sentó en un taburete sintiendo la misma sensación que la primera vez que había entrado a un laboratorio <<No es como el de la CIA, pero, servirá>>

Cuando puso el vaso en la mesa su mente se desenfoco totalmente del primer objetivo, tuvo que tener una gran fuerza de voluntad para decirse que no ella sola. Estaba a punto de tomar la jeringa, contenía lo que ella quizá necesitaba para esos momentos, cuando cayó un mensaje en su celular regresándola a la realidad y alejándola de su vicio.

Nuevo asesinato. Hoy si no han parado. Ven a George Street 234 piso 4 apartamento 2.

G. Lestrade

<<Que mala escritura — la chica puso los ojos en blanco>> Se bajó del taburete en el que estaba y se fijó que en la mesa del laboratorio había una taza de té, era la misma taza por la que tenía un problema con Sherlock << ¿Cómo diablos vino a parar eso aquí?>> Como empezaron a caer más mensajes de Greg lo primero que hizo fue dejar el vaso de café a la par de la taza, tal vez así pensaban en que pudieran ser de Sherlock y no lo botarían a la basura. Miró por última vez la jeringa que estaba llena de morfina, sacudió la cabeza, no quería regresar a ese mundo.

Ignoró todo lo demás quería llegar rápido, así podía alejarse de la tentación <<Eso quiere decir que aún no salgo del todo de esa vida — se rasco la cabeza mientras bajaba las escaleras — debo olvidarme de que la ocupe en algún momento>>.

Cuando salió a la calle, no quería subirse a un taxi, no luego de lo que le había pasado con Brook. Así que se fue caminando. Lo que no sabía era que alguien la iba siguiendo.

—Hola — contestó el hombre como a unos 20 metros de distancia de la chica — La voy siguiendo, al parecer va a la escena.

— Entonces todo está saliendo a la perfección — contestó una voz de tenor del otro lado de la línea.

—Sí, ya solo falta que revisen la escena — de repente escuchó un cambio de voz en el teléfono, el chico se asusto, nunca había escuchado la voz de su jefe solamente a su intercesor — Señor...

—Cambio de planes, querido —la voz se escuchaba como la de un niño de 5 años — Vamos a actuar, sacaras tu arma y...

My Reflection (Sherlock) (En edición) Where stories live. Discover now