Capítilo 17. Los cuatro hermanos: Quién es él

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POV Brigette.

Abrí mis ojos esperando que Sherlock ya no estuviera al otro lado del pasillo observándome, me senté de una sola vez en la cama, ni siquiera sabía que hora era, los recuerdos que había tenido hicieron de mi descanso una tortura. Busqué a Sherlock, pero solo observé a la espalda que estaba apoyada contra el vidrio. Era justo lo que necesitaba.

Subí a un 4 por ciento la morfina e inmediatamente sentí como su efecto calmante llegaba a mis pensamientos. Ahora si podía hacer lo que quería. Al tener suero intravenoso tuve que sacar la aguja con mucho cuidado, un dolor un poco agudo me abordo cuando la aguja ya estaba fuera de mi brazo.

Bajé de la cama intentando no hacer ruido dentro de la habitación sabía que si me movía más de lo calculado Sherlock podría verme. Debía hablar con Mycroft y luego con Greg,  fuere cual fuere la decisión del doctor no podía esperar hasta las ocho de la mañana del siguiente día.

En mi cuarto de hospital no había mucho solo dos sofás una mesa sobre la que estaba una mudada de ropa mía seguramente John  la había traído, después unos cuantos cuadros, pero no había un maldito reloj... Qué tipo de habitación no tiene un reloj.

También había un baño donde podría ponerme la ropa, me metí lo más rápido que pude según mis cálculos tenía 10 minutos más.

***

John no pudo haber escogido mejor para la ocasión, me había traído unos pants para correr junto con una camisa floja que ocupaba solo para dormir... Salí del baño dándome cuenta que me hacía falta algo, me sentía desnuda como si se hubieran llevado una parte de mí. Al momento me di cuenta que era lo que me faltaba.

— Mi abrigo — Susurré con cierta molestia, eso era vital para mi teniendo en cuenta el frio horrible que hace en Londres. Como lo había dicho, Sherlock ya no estaba en el vidrio de mi habitación, pero tampoco estaba en el cuarto. Me acerqué a la puerta de mi habitación para escuchar... No se escuchaba ninguna voz que me causara problemas.

Abrí la puerta cerciorándome de que Sherlock ni John estuvieran cerca, pero a lo lejos los vi estaban a unos 8 metros de mi habitación, como estaban de espaldas no vieron el momento en el que yo salí. Ahora era cuestión mía lograr llegar a tiempo.

Caminé lo más rápido que podía, sintiendo como me quemaba la rozadura de bala en la pierna, el esparadrapo que llevaba en el rostro llamaba la atención de los pocos pacientes que estaban deambulando por los pasillos del Bart's. Aunque lo detestara y fuera mi muerte, si quería hablar con Mycroft debía lograr salir de ahí lo más rápido.

Según mi plan al momento de salir de mi cuarto Sherlock y John se tardarían unos 8 minutos en darse cuenta de mi ausencia, lo que me dejaría 10 minutos de sobra para abandonar el hospital. Como lo había pensado John no me había traído dinero lo que significaba irme en un taxi para pagarle al llegar a Baker.

Pasarían más o menos unos 40 minutos en pensar donde podría ir, 6 minutos más intentando descartar a mis "pocas" amistades existentes, tenía tiempo, pero se me estaba acortando. Repasaba el plan cuando me metí al ascensor, necesitaba que fuera directo a la recepción, al llegar ahí Sherlock y John ya me estarían buscando. En el ascensor la droga que tenía en las venas me mantenía relajada, tanto que pude notar el reloj que estaba arriba de los botones. Eran las 7:00 a.m. Perfecto.

Cuando llegara al Diógenes Club él ya estaría ahí. No tuve ningún inconveniente para llegar a la recepción, iba saliendo del ascensor cuando vi a John y Sherlock hablando con la secretaria, ella asentía constantemente seguramente entendiendo lo que tenía que hacer si yo aparecía por ahí. Dicen que lo obvio es lo que no se nota, así que intentando mantener la compostura camine con tranquilidad hasta la salida.

My Reflection (Sherlock) (En edición) Where stories live. Discover now