Capítulo 25. El caso del niño: Fiebre

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POV Sherlock

La chiquilla había hecho un desastre en el restaurante, tuvimos que disculparnos con Ángelo por lo menos tres veces poniendo de excusa que ella tenía un caso por resolver. A él no le preocupaban esas cosas dijo que no habría problema y que cuando quisiéramos regresar con más tiempo, volviéramos. John y Mary aún no terminaban de comer, pero la cena no siguió igual.

— ¿Por qué habrá salido así? — preguntó John cuando ya no soporto, debía aceptar que ahora lograba estar en silencio más tiempo.

—No sé por qué aun nos sorprende que se haya ido sin avisar, corriendo a la vista de todos y sin poner alguna excusa — me tapé la boca con una servilleta y estornude.

—Salud Sherlock. Yo pienso que tuvo algo que ver con el caso, no nos dejaría así — Mary siempre ponía sus modales en claro. Estornude de nuevo, sintiéndome cada vez peor, qué me pasaba no podía haberme enfermado.

—John me observó — Sherlock ¿Te sientes bien? — Mary también se fijó en mi rostro, la chiquilla se había sentado al lado mío durante la cena, ahora ese espacio estaba solo.

—Sí — volví a estornudar sintiendo como me ardía por dentro la garganta — Debe ser el viento.

Mary se levantó de su asiento para venir a mi lado, me tocó la frente con la mano, luego me tomo el pulso en la muñeca. Luego negó lentamente antes de regresar a su asiento.

—Estas hirviendo en fiebre — me tomó la mano — Debemos irnos a Baker antes de que el viento sea peor. Seguramente te resfriaste, con haberte duchado y salir al aire libre.

—Le pediré a Ángelo un gorro — dijo John levantándose, antes de que pudiera decirle algo, Mary se levantó soltándome la mano.

—Sherlock vámonos, ya está ahí tu gorro — estornude de nuevo, me fije que me temblaban las manos por la temperatura. Me levante sintiendo unos escalofríos por las rodilla — Que rápido te enfermas.

—No suelo enfermarme — dije aun con orgullo.

—Bueno creo que esta es una de esas casualidades — Nos reunimos con John que me puso el gorro, era de un color blanco con rayas grises. Rodé mis ojos, pensé que quizá estaban exagerando.

No salimos hasta que yo estuve bien cubierto, con mis guantes, el abrigo abotonado, la bufanda puesta, y el gorro de Ángelo. Me recordé cuando mi madre me acobijaba en las noches, sacudí rápidamente la cabeza esperando que ningún otro recuerdo saliera.

***

Habíamos llegado rápido ha Baker, me habían obligado a meterme a la cama por la fiebre, sentía que mi cuerpo temblaba. Prácticamente solo el pijama me había puesto yo solo, Mary entro con unas pastillas en la mano junto con un vaso de agua.

—Ten — me levanté un poco para tragarme las dos pastillas — con eso te sentirás mejor — me acosté de nuevo y ella me arropo — será mejor que te quedes aquí.

-John entro en la habitación- La Sra. Hudson estará pendiente de ti, debemos irnos- sonrió a manera de disculpa- No te vayas a levantar, por favor. Entre más descanses mejor.

-Yo estoy bien- mentí, sentía como si mi cuerpo se quebrara- No se preocupen.

-Adiós Sherlock- fue lo último que oí por parte de Mary, antes de dejarme solo en mi cuarto.

No podía soportar la idea de enfermarme en ese momento, el caso quedaría en manos de la chiquilla y me ganaría. Quizá estaba enfermo, pero no dejaría que nadie, más ella, se saliera con la suya. Me levante de la cama sintiendo como mis músculos me reclamaban el esfuerzo.

My Reflection (Sherlock) (En edición) Where stories live. Discover now