Capítulo 3

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Pov.Anastasia:
Lentamente empecé a abrir los ojos después de un profundo y cómodo sueño. Hacía mucho que no dormía tan bien y tan cómodamente pero nada mas abrí mis ojos una alarma se encendió en mi interior.
No estaba en mi pequeña cama sino en una enorme y no era mi pequeña habitación en la que me encontraba sino en una del tamaño de toda mi casa. No recuerdo como llegue a este lugar y eso es lo que mas me preocupa además de no saber donde esta mi hermanito y si se encuentra bien.
Lo ultimo que recuerdo es que entre en un bar a pedir trabajo y al chico guapo de ojos gris.
Cuando me iba a levantar de esa cama la puerta se abrió y segundos después entro por ella el guapo de ojos grises con una bandeja en la mano que hizo rugir a mi estomago.
-Que bien que hayas despertado-me dijo serio.
-¿Como llegué hasta aquí?-le pregunté tímidamente. Este chico intimida y mucho sobretodo por su belleza.
-Te desmayaste en el bar de mi amigo por desnutrición-me explicó antes de regañarme como niña de cinco años-¿Niña no sabes que hay que comer de tres veces al día?además de que deberías abrigarte más y agradecer que solo tienes un resfriado y que no hayas cogido una pulmonía.
En el momento en el que mencionó eso recordé que Edward estaba con Amelía solo y que de seguro la pobre mujer debía estar muy preocupada.
-Me tengo que ir-le dije haciendo un amago de levantarme pero me lo impidió.
-Niña tu no te vas a mover de aquí hasta que comas y yo me aseguré de ello-me dijo autoritario-Luego yo mismo te llevaré hasta tu casa.
Asentí en silencio sin poder decir nada y él depósito la bandeja en mis piernas obligándome a llenar mi estómago necesitado de comida.
-¿Dime chica como te llamas?-me preguntó rompiendo el cómodo silencio que había.
-Anastasia pero puedes llamarme Ana-le contesté tímidamente. No soy de las personas que confía en cualquiera y que se comunica abiertamente con todos sino todo lo contrario. Una vez lo fui no lo voy a negar pero después de todo lo que me sucedió ya no confió en nadie aparte de Amelía.
-Y dime Ana¿Que hacías en el bar de mi amigo?-me preguntó curioso-Nunca llegaste a decirnos.
-Emm... Yo quería saber si necesitaban alguna empleada... Aunque sea por unas pocas semanas-le conteste mirando solo a la comida.
-¿Cuantos años tienes?-me preguntó y estuve tentada en mentirle para que no me diga lo mismo que todos pero al levantar la vista y mirar a sus ojos recordé lo pésima mentirosa y que era mejor no empezar con él con mentiras.
-Pronto cumplo los 17 años-le contesté. Queda mejor que decirle que tengo 16 años aunque no cumplía hasta finales de enero y diciembre acaba de empezar.
-¿Y tus padres saben que estabas buscando trabajo en un bar como ese?-me preguntó haciendo que me sienta mal al instante y cuando se tensó supe que se había dado cuenta de mi cambio.
-Mis padres murieron hace 7 meses-conteste intentando no romper a llorar.
-Vaya...yo lo siento no sabía-me dijo rascándose la nuca nerviosamente.
-No te preocupes-le dije con la voz entrecortada.
Después de unos minutos de silencio él lo volvió a romper.
-¿Quien es Edward?-me preguntó y rápidamente me puse alerta.
-¿Donde has oído ese nombre?¿A llamado alguien?¿Le a pasado algo?-empecé a bombardearlo a preguntas alterada.
-No, tranquila es sólo que estabas susurrando el nombre en sueños-me contesto-Y bien¿Me dirás quien es?
-Edward es mi hermano pequeño y la razón por la que busco trabajo en cualquier lugar. Necesito encontrar un trabajo para poder alimentarlo y ofrecerle todo lo que necesité-conteste dejándolo perplejo.
-Mira Ana yo necesitó una ama de llaves por una temporada pero no sé si podrías cumplir con ello ya que deberías estar aquí por tiempo completo y como debes cuidar a tu hermano pues no sé-me dijo él y la felicidad empezó a inundarme. Me acaba de ofrecer trabajo y es justo lo que necesito.
-Señor puede estar tranquilo que soy perfectamente capaz de asear la casa, encargarme de la comida y mantenimiento de la casa, lavar,planchar y ordenar la ropa,encargarme del jardín si es que tiene y cuidar de mi hermanito-le dije dejándolo perplejo.
-Wow es increíble que solo tengas 16 años y que seas capaz de hacer todo eso cuando yo tengo 20 y justo logro freír un huevo-comento sonriendome y dios que sonrisa. Este tiene que ser el playboy de la uní si es que asiste a ella.
-Con el tiempo y la necesidad uno aprende todo-le dije removiendome incómoda-Por favor señor necesito ese trabajó y poder conseguir donde vivir.
-¿No tienes donde vivir ya?-me preguntó haciéndome sentir mas incómoda.
-No, es que tuve algunos problemas y la dueña de la casa me amenazó con echarme a la calle si no le pagaba en dos días lo que dudo poder hacer si no consigo trabajo y aún consiguiéndolo-le contesté-Además de que no es un lugar muy apropiado para mi hermano.
No entiendo de donde viene esta facilidad que tengo para hablar con él y contarle mis problemas.
-Mira vamos a hacer algo-me dijo mirando hacia la ventana y volviendo la vista hacia mí-Ya es bastante tarde y de seguro tu hermano se estará preocupando por lo que vamos a hacer lo siguiente; mañana a las 10 de la mañana quiero que vayas al bar donde nos encontramos esta mañana y que me esperes ahí. No hables con nadie en ese lugar tenlo en cuenta. Yo llevarle los contratos que deberás firmar para empezar el trabajo y mañana mismo empiezas ¿Te parece?
Wow creó que es la mejor noticia que he oído en toda la semana y sin darme cuenta me lance a sus brazos abrazándolo. Al principio se tensó pero luego me correspondió el abrazo.
Al darme cuenta de lo que hice me aleje de él sonrojada.
-Yo... Lo siento... Es que es lo mejor que me a pasado es semanas-le dije avergonzada por lo que había hecho.
-Tranquila-me dijo levantándose de la silla en la que estaba sentado a mi lado-Vamos te llevaré a casa.
-No hace falta-le dije nerviosa. No quería que viera donde vivo sinceramente.
-Si que la hace así que venga vamos-me dijo y obedeciendo a sus ordenes me levante y me coloque mis zapatillas y la chaqueta pero él me obligo a quitarmela-Hace mucho frío fuera y no puedes andar solo con esa así que toma pontela.
En su mano llevaba un abrigo de piel que de seguro debía estar muy calentito pero me obligué a rechazarlo.
-No, gracias-le dije mirando a mis manos que estaban entrelazada en mi regazo y me mordí el labio.
-¿Como que no? Anastasia fuera hace un frío que pela y tu estas resfriada ya de por si acepta la aunque sea solo esta noche. A Mia no le va a importar tranquila-me incitó a cogerla.
-¿Quien es Mia?-pregunté antes de darme cuenta.
-Mi hermana menor-me contestó antes de prácticamente obligarme a ponerme la chaqueta y lo digo porque me la puso el mismo-Así estarás mas calentita.
Después de ponerme la chaqueta salimos de la habitación encontrándome con un enorme pasillo lleno de puertas. Bajamos unas escaleras y me di cuenta de que la habitación donde me encontraba estaba en el segundo piso.
La casa era muy lujosa por lo que alcanzaba a ver y estaba muy bien decorada. Eso si se veía enorme y asear todo ello llevaría tiempo pero no me importa si lograre encontrar algo mejor para Edward.
Salimos de la casa y nos dirigimos o mejor dicho me dirigió a un garaje repleto de coches de todas las marcas y modelos. Este tipo debe de estar forrado de dinero por lo que veo pero me sorprende que aún así no haya sido un egocéntrico conmigo y que no me haya tratado mal como todos.
Nos dirigió a un deportivo negro que si no recuerdo mal vi aparcado en la calle cuando entre al bar.
Por dentro el coche era muy lujoso y bonito además de tan limpio que relucía. Yo me sentía totalmente fuera de lugar con tanto lujo a mi alrededor. Alguna vez yo fue una vida así pero para mi ahora eso es solo un sueño.
-Dime donde vives-me dijo él arrancando el coche y las ganas de mentirle y decirle algún lugar mas decente hicieron acto de presencia pero sabía que no serviría de nada además de que tendría que ir hasta casa andando y estoy demasiado agotada como para hacer eso.
Le di la dirección y se me quedo mirando como si estuviera loca lo que hacia que me sienta más incomoda.
-¿Sabes lo peligroso que es ese lugar e inapropiado para una chica de tu edad?-me preguntó como si ya de por si no me sintiera mal.
-Sí, lo sé pero no podía conseguir nada mejor con lo que cobraba-le respondí.
El resto del trayecto fue en silencio y cuando llegamos delante del edificio donde vivía que parecía que se iba a caer e cualquier momento la incomodidad hizo acto de presencia de nuevo.
-Emm... Gracias...-y entonces fue cuando me di cuenta de que sabía ni su nombre.
-Christian, Christian Grey-me contestó a la pregunta no formulada con una sonrisa.
-Emm..muchas gracias Christian-le agradecí sonrojada sin saber el motivo.
Me iba a quitar la chaqueta para devolvérsela pero él me detuvo.
-Quedatela que la necesitas más que Mia-me dijo él antes de bajar del coche.
-Mmm... Bueno gracias-le dije algo incomoda al darme cuenta de que pretendía subir al piso que parecía solo una de sus habitaciones.
-Quiero conocer a Edward¿Podría hacerlo ahora?-me preguntó y aunque estuve tentada a inventar cualquier excusa soy pésima mintiendo y después de todo lo que a hecho por mi no me parecía justo.
-Claro solo esperame a que vaya a por él a casa de mi vecina la que me lo suele cuidar mientras estoy fuera-le dije y juntos entramos al edificio. Ahora el que parecía fuera de lugar era Christian con su ropa de marca y su aire de lujo. Subí las escaleras hasta el segundo y toque el timbre de Amelía la que apreció en seguida.
-Ana cielo me tenías preocupada-me dijo dándome un abrazo.
-Lo siento es que me desmaye y....-empecé a contarle pero me interrumpió.
-Oh cielo¿Estas bien?¿Quieres ir al hospital?-me preguntó preocupada. Amelía es como una madre para mi desde que la conozco y la quiero mucho.
-No hace falta tranquila-le contesté.
-¿Y bueno has encontrado algo por lo menos?-me preguntó.
-Emm sí creo-le dije mordiéndome el labio.
-¿Como que crees?-me pregunto en el momento que se dio cuenta de la presencia de Christian-Oh hola joven siento mucho mi descortez. Soy Amelía.
-Christian Grey-le contestó esté estrechando la mano que le ofreció Amelía.
-Él me ayudó cuando me desmaye y me ofreció trabajo como ama de llaves en su casa-le explique cuando me empezó a mirar con una ceja alzada.
-Oh que bien-me dijo sonriendo-Muchas gracias joven no sabes como lo necesitaba la pobre.
-Creo que me hago una idea-dijo él mirando a su alrededor haciendo que me sienta aún peor.
Un llanto proveniente del interior me hizo darme cuenta de que seguía en la puerta de la casa de Amelía.
-Voy a por Edward ahora vuelvo cariño-me dijo Amelía antes de desaparecer de mi vista.
-Es muy amable-me dijo Christian.
-Es un amor de persona y sin ella no sé ni lo que habría sido de mí los primeros días-le dije en el momento en el que ella regreso con mi hermanito medio dormido en brazos. Nada más verme el pequeño se lanzo a mis brazos y yo le recibí encantada.
-Hola mi príncipe-le dije llenando su cara con besos mientras él reía divertido-Amelía nosotros ya nos vamos a casa para que puedas descansar. Muchas gracias por cuidar de Edward una vez más.
-No te preocupes mi amor sabes que tu y este pequeño son como hijos para mí y que no me importa cuidar de él-me dijo ella.
-Gracias-le agradecí de nuevo-Venga cielo dile adiós a la tía Amelía y dale un besito.
Mi pequeño hermanito obedeciendo se lanzó a los brazos de Amelía dándole un besito antes de regresar a los mios.
Después de despedirme de Amelía me dirigí a mi pequeño piso que se encontraba justo enfrente con Edward en mis brazos y Christian pisandome los talones.

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