Capítulo 5

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Pov.Anastasia:
Después de firmar los contratos y aceptar esta locura terminamos de desayunar y cuando acomodé todo para Edward y guardamos mis cosas en el coche de Christian nos dirigimos hacia la casa de él. Esta casa creó que nunca va a dejar de parecerme enorme.
Cuando entramos mi mandíbula cayó al suelo y mis ojos se abrieron como platos.
¿Pero que cojones?¿Acaso había pasado un torbellino por aquí?
Todo lo que estaba en mi campo de visión estaba hecho un completo desastre. Había vasos de plástico tirados por el suelo, bolsas de golosinas y aperitivos por todos lados, latas de bebidas....
-Eeeh...Ayer mi hermana me pidió hacer una fiesta aquí para celebrar que salió bien una de las misiones y bueno la cosa se le salió de las manos un poquitin-me dijo rascándose la nuca nervioso.
-Ya veo que se le salió un poquito de las manos-comente por lo bajo mientras le seguía hacia las escaleras.
Realmente este lugar estaba hecho un completo desastre y costaría mucho quitar tantas manchas además de que apesta a alcohol. Me va a costar mucho limpiar este desastre pero bueno al fin y al cabo me pagan para ello.
Christian me guió hasta el segundo piso y de ahí me llevo hasta una habitación por un pasillo que extrañamente me parecía familiar. Cuando abrió la puerta supe porque me pareció familiar. Era la habitación a la que me trajo cuando me desmaye en aquel bar.
-Bueno Ana a partir de ahora esta será tu habitación y la de enfrente es la mía a la que puedes acudir por lo que necesites-me indico con una sonrisa.
Es la sonrisa mas sexy que he visto en mi vida.
En serio Ana deja de pensar bobadas y contestale algo o creerá que acaba de contratar a una idiota
-Emm...Gracias Christian-le contesté tímidamente haciéndole caso a mi conciencia.
-Bueno yo tengo que salir ya que tengo varias cosas que hacer por lo que tu puedes instalarte y descansar por hoy. Mañana cuando despertemos ya te ayudare a recoger este desastre pero por hoy tienes el día libre-me dijo con una sonrisa-Volveré sobre las 9.
-Emm... Vale gracias-le dije tímida.
-Adiós Ana, hasta luego enano-le sonrió a Edward y este le correspondió feliz. Me alegra mucho que se lleven bien y por lo que parece Christian es el único hombre al que Edward consciente ya que con los demás se pone a llorar. Hasta con el medico cuando vamos a que lo revisé nos monta un escándalo.
Dejé a mi pequeño hermanito en la cama y me puse a ordenar mis cosas en el enorme armario que ocupaba toda una pared.
La habitación realmente es bonita. Las paredes son de color blanco a excepción de una que es de un azul claro muy bonito.
Tiene una cama grande con una bonita colcha azul y a cada lado de la cama hay una mesita de noche blanca con una lampara azul. En una de las paredes a los costados de la cama hay un enorme armario que ocupa toda la pared excepto el lugar que ocupa la puerta de entrada y a su paralelo hay una pared que contiene un escritorio y una ventana.
Enfrente de la cama hay una puerta que conduce al baño personal de la habitación.
Un baño que para mí hace unas semanas era todo un sueño.
Después de ordenar mis cosas que solo me ocuparon un cuarto del armario y eso que era todo lo que tenía para mí y para Edward baje a la cocina con Edward en mis brazos para prepararle su comida ya que eran las 12:45 del medio día. El tiempo últimamente no espera a nada y simplemente vuela a su ritmo.
Al llegar sana y salva a la cocina solté un suspiro de alivio. Me he perdido unas cuantas veces en el trayecto hacia la cocina ya que Christian no me había enseñado donde esta y esta casa es enorme además de que es difícil moverse por ella con tanta basura en el suelo que debes esquivar y peor aún si llevas a un niño en brazos.
Le prepare la comida a Edward que consistía de un puré de verduras que era lo que el medico me dijo que debía empezar a darle para que se vaya acostumbrando a tomar algo que no sea el biberón y la papilla.
Para mi prepare una simple ensalada ya que mi estómago no pedía más porque como se había acostumbrado a pasar hambre ya solo comía pequeñas cantidades de comida. Recuerdo que de pequeña era toda una glotona y me la pasaba comiendo pero por lo que veo eso termino hace tiempito.
Cuando terminamos de comer recogí todo lo que habíamos usado y lave todos los utensilios que use antes de llevar a mi hermanito a la habitación que nos asignó Christian y meterlo a dormir su siesta.
Una vez dormido me encontré aburrida mirando el techo por lo que decidí ponerme a recoger la casa para matar el tiempo y así no estar aburrida.
Me levante y cambié mi ropa por unas cómodas mayas negras y una sudadera de mi padre que me quedaba enorme pero es mi favorita y amo estar con ella por casa además de que es una de las pocas cosas que pude guardar de mis padres. Me coloque mis viejas zapatillas y me hice una coleta alta mientras bajaba las escaleras ya que cuando me perdí antes descubrí que las cosas para la limpieza están en el cuartito que hay justo al lado de la cocina.
Cogí lo que iba a necesitar y me puse manos a la obra. Dios esto es un asco, he encontrado de todo por el suelo y cuando digo de todo es que me refiero a de todo.
Había por el suelo desde latas de coca cola y vasos de plástico hasta sujetadores, tangas e incluso condones¡Que asco!
La gente de hoy en día ya no tiene ni respeto. Que haber yo entendiendo perfectamente que estén en una fiesta y quieran beber pero no es necesario dejar la casa del fiestero echa un basurero y si quieren tener sexo por lo menos no tengan el descaro de dejar sus ropas interiores y sus condones por el suelo tirados que para algo existen los cubos de basura.
Cuando termine de recoger estaba realmente agotada pero al ver el resultado de la casa una sonrisa se instalo en mis labios al ver que incluso me podía ver reflejada en el suelo y en los objetos de cristal que había limpiado con sumo cuidado. Había limpiado cada detalle sin dejar la mínima mancha.
Me alegraba mucho ver el resultado pero cuando vi que hora era mis ojos se abrieron como platos. Eran ya las 19:15 de la tarde lo que significa que llevo toda la tarde recogiendo y limpiando.
Un sollozo proviniente me indicó que mi dormilón hermano estaba despierto por lo que me dirigí hacia ahí viendo como mi hermanito estaba sobre la cama llorando y mirando a todos lados desconcertado al no reconocer el lugar.
-Hola mi amor-le salude y cogí entre mis brazos logrando que se callé al instante-Ven vamos a darte la merienda.
Con Edward y su dinosaurio se juguete en mano bajamos a la cocina.
El dinosaurio de juguete se lo compre cuando cumplió los cinco meses y desde entonces no se separa de él. Aunque me haya costado una semana alimentándome solo con agua y pan seco al ver la sonrisa de mi hermano abrazando el muñeco me siento feliz. Por Edward soy capaz de hacer cualquier cosa porque lo amo con locura y es lo único que tengo de papá y mamá que quiero que siempre este a mi lado.
Con sus ojos azules igual que los míos me recuerda a mama y su pelo medio arrubiado a diferencia del mío que es castaño me recuerda a papá al igual que en la sonrisa. Esa sonrisa que tiene tan parecida a la de papá.
Sin darme cuanta había comenzado a llorar y no fue hasta que Edward levanto su pequeña manita y me limpió mis lágrimas que me di cuenta de ello.
Los echó mucho de menos y me encantaría tenerlos en este momento aquí con nosotros y no haber pasado por todo esto pero sé que eso no será posible por lo que me limpie mis lágrimas y con una sonrisa triste que le dedique a Edward fui hasta la cocina y le di su merienda que consistía en una papilla rica en vitaminas y distintos cereales que me recomendó el medico ya que era de buena calidad y económica.
Después de darle la merienda a Edward lo dejé encima de la mesa que había en la cocina conmigo jugando con su muñeco mientras yo me puse a pensar que prepararle a Christian de cenar.
Quería impresionarlo por lo que al final y después de asegurarme de tener todos los ingredientes me decanté por preparar un rico pollo al horno con hierbas aromáticas acompañado de una salsa de verduras al vapor y una ensaladilla rusa. Cuando metí el pollo al horno me puse a hacer la ensaladilla y una vez terminada me di cuenta de que aún tenía tiempo para hacer un postre.
Tras pensarlo un rato decidí preparar una tarta de frambuesa que me enseño a hacer mi madre. Era su favorita y siempre la preparaba en navidad y en su cumpleaños.
Entretenida me puse a hacer la tarta tal y como mamá me la enseño para que salga perfecta y le guste a Christian.
Cuando termine de preparar la tarta la metí al congelador y prepare la mesa para que cuando llegué Christian todo este perfecto.
Después de preparar la mesa y tener la cena hecha cogí a Edward en brazos y me lo llevé a la sala para que juegue un rato conmigo y no se sienta solo ya que hoy lo he tenido algo abandonado con el jaleo que tuve que limpiar.
Estaba entretenida jugando con mi hermano y su único juguete apuntándome mentalmente comprarle más para que pueda jugar cuando oímos la puerta principal abrirse. Mire la hora en mi móvil y vi que eran las 21:30 de la noche y que había estado casi una hora jugando con Edward sin dar cuenta y es que cuando estoy con mi hermanito el tiempo parece volar a una velocidad increíble. Junto a Edward las horas se convierten en minutos y los minutos en segundos.
Unos minutos más tarde apareció Christian en el umbral de la puerta con una sexy sonrisa.
-Buenas tardes Christian-le salude con una sonrisa levantandomde del suelo donde estaba jugando con mi hermano.
-Wow¿Ana has recogido y limpiado tu todo esto?-me pregunto mirando como la sala estaba impecable a deferencia de esta mañana que parecía una jungla de basura.
-Mm..si,Edward se durmió y como ya había terminado de colocar mis cosas decidí que lo mejor era recoger este desorden-le conteste tímida.
-¿Has limpiado toda la casa?-me preguntó extrañado.
-Mmm... Sí he limpiado todo-le contesté mirando a todas partes menos a sus ojos. Su mirada gris me intimidaba mucho a pesar de que no se notaba muchos años mayor que yo.
-Wow eso si que no me lo esperaba después de haberte dado el día libre pero se nota que te tomas esto en serio-me dijo sonriendo-Bueno vamos a cenar entonces. Te espero en el coche.
Y antes de que diera media vuelta lo interrumpí.
-Christian-lo llame tímidamente.
-Dime Ana-me incito a hablar amablemente.
-Emm...yo he preparado la cena también por si querías cenar en casa tranquilo-le dije mordiéndome el labio nerviosa.
-Oh genial entonces vamos que estoy deseando probar tu comida-dijo guiñandome un ojo y sentí como me deritia por dentro.
Juntos nos dirigimos al comedor donde todo estaba ya encima de la mesa.
Hola
Aquí esta el nuevo cap espero que les este gustando la trama.
Gracias por leer

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now