Capítulo 24

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Pov.Anastasia:
El viento de diciembre me azotó con brusquedad en la cara al salir a fuera haciendo que un escalofrío me recorra entera.
Sabía que la casa esta bastante lejos del lugar donde se encuentra el cementerio pero necesitaba andar un poco y tener un tiempo para pensar. Estos últimos meses sin mis padres y con tan solo la compañía de Edward han sido muy difíciles pero como un ángel Christian apareció en mi vida cambiándola por completo.
En más o menos unos 40 minutos llegue al cementerio al fin y directamente me dirigí a las lapidas que ponían el nombre de mis padres. Estaban enterrados uno al otro del otro, sin separarse ni en la muerte. Había crecido entre el amor de mis padres y sabía que el amor que había entre ellos era un amor verdadero y muy fuerte que ni siquiera la muerte va a romper.
Sentándome en el cielo al lado de ellos puse el carrito de Edward a mi lado pero me di cuenta de que se había vuelto a quedar plácidamente dormido. Lo tape mejor con la mantita para que no se resfriara antes de girarme hacia las lápidas de nuevo. Sin poder evitarlo mis ojos se aguaron y las primeras lágrimas empezaron a caer.
-Hola mamá, hola papá-los saludé sabiendo que por desgracia no recibiría respuesta-Os echo mucho de menos y todos los días pienso en vosotros.
Para cuando terminé la frase las lágrimas ya fluían por mi rostro como agua de un río.
-Las cosas han mejorado un poco desde la última vez que vine a veros. He conocido a un chico genial que se llama Christian y ahora trabajo en su casa como ama de llaves aunque nos trata a Ed y a mí como si fuéramos​ miembros de la familia. Es muy amable con nosotros y su familia es genial. Nos tratan muy bien y nos hacen sentir como si fuéramos parte de esa familia-les conté segura de que estén donde estén estarán escuchándome-Su hermana Mia adora a Edward y siempre que puede viene a verlo y a jugar con él. Kate la novia del hermano de Christian también es muy amable y muy divertida. Los chicos son muy graciosos y divertidos pero aún así os echo mucho de menos y me encantaría teneros de vuelta.
Seguí hablándoles de los Grey y los Kavanagh, contándoles todo lo que me a pasado en la casa de Christian este último mes. No había parado de llorar en ningún momento y no me había dado cuenta del paso del tiempo hasta que sentí mi móvil sonar. Con manos temblorosas debido al llanto contesté tras ver el número de Christian en la pantalla.
-Hola-conteste sin saber que decir.
-¿Ana donde estas?¿Te encuentras bien?¿Edward esta bien?-me preguntó notablemente preocupado.
-Estoy en el cementerio aún y si ambos estamos bien-le contesté yo algo extrañada.
-Me has dado un susto de muerte, Ana. Son las 4 y media de la tarde y como no volvías a casa pensé que o había pasado algo-abrí los ojos en grande al escuchar que eran las 4 y media. No podía creerme que hubiera pasado tanto tiempo en el cementerio. Cuando salí de casa sólo eran las doce.
-Lo siento mucho, no me había dado cuenta del paso del tiempo. Ahora voy para casa-le dije levantándome del suelo.
-Estoy de camino así que esperame en la entrada-me dijo él antes de colgar. No pude evitar sentirme culpable por haberle estropeado la velada y preocuparlo.
Me despedí de mis padres sin evitar volver a ponerme a llorar y con las lágrimas corriendo aún por mi rostro me dirigí a la salida que no estaba muy lejos. Antes de llegar a ella vi a Christian acercarse con pasos rápidos y firmes hacia mí.
Mis ojos seguían derramando lágrimas con intensidad y la cara de preocupación de Christian solo hizo que tuviera ganas de llorar más.
Cuando llegó hasta donde me encontraba yo me sorprendió mucho lo hizo. Ya que me tomó de las manos apartándome del carrito y me abrazo con fuerza apretándome contra su fuerte y masculino cuerpo.
Su colonia mezclada con el olor de la loción para después de afeitar que usaba y su olor natural a menta me embriagaron llenando todos mis sentidos de él. Dejó que llorará por unos minutos en su hombro y cuando me calme un poco me aparté de su cuerpo.
-Lo siento mucho por....-empecé hablando pero me interrumpió.
-Shh no hace falta que digas nada-y dicho esto tomo mi mano con una de sus grandes, fuertes y calidad manos y con la otra empujó el carrito de Edward que estaba ya despierto jugando con un juego de llaves de plástico. Cuando llegamos al coche me abrió la puerta de copiloto como todo un caballero y dejando a Edward encima de mí ya que no tenía sillita de coche para él, se dispuso a guardar el carrito en el maletero antes de ponerse frente al volante y arrancar.
Minutos más tarde llegamos a casa donde noté que se encontraban los demás miembros de la familia de Christian ya que los dos coches de lo chicos estaban aparcados delante.
Baje sin esperar la ayuda de Christian y me dirigí hacia la entrada. No hizo falta ni que tocáramos la puerta ya que antes de llegar esta fue abierta y detrás de ella apareció Mia que se lanzo encima de mí para abrazarme con fuerza al igual que había hecho su hermano. Cuando rompimos el abrazo me sonrió y sin decirme nada tomó a Edward de mis brazos.
No sabía que decir ni como actuar ya que hacía mucho que no recibía este tipo de atención y cariño por parte de alguien. Antes de terminar de pensar en eso salió Kate que también me abrazó y al separanos noté que tenía lágrimas en los ojos.
-Pensé que os había pasado algo, por favor no vuelvas a darnos estos sustos-me dijo con la voz rasposa a causa del llanto. Esto era lo último que me esperaba sinceramente y no sabía como actuar.
-Lo siento-susurre en voz baja aunque no estaba segura de que me hubieran oído.
Me volvió a abrazar de nuevo y cuando ella me soltó los dos chicos restantes también me abrazaron y me dijeron que habían estado muy preocupados.
Saber que no estaba sola y que había gente que se preocupa por mí me lleno de felicidad y las lágrimas me asaltaron de nuevo.
-No llores cielo-me dijo Mia abrazandome ya que ahora Edward se encontraba en los brazos de Ethan-Aunque ellos ya no estén aquí, nosotros estamos contigo y siempre lo estaremos.
-Gracias-agradecí sincera aunque sabía que esa simple palabra compuesta por 7 letras no bastaba para expresar lo agradecida que estaba.
-Venga vamos a dentro para que puedas comer algo y descansar-dijo Christian empujandome hacia la casa suavemente por la espalda.
Una vez dentro me disculpé con el pretexto de que estaba agotada y quería descansar y me marche a mi habitación. No me llevé conmigo a Edward ya que todos insistieron en que debería quedarse a jugar con ellos.
Nada más llegar a mi habitación me cambié rápidamente por algo más cómodo y me metí en la cama. Lloré y lloré hasta que el sueño me venció.

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now