Capitulo 33

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Pov. Anastasia:

Estaba terminando de lavar todo lo que había utilizado para el desayuno cuando sentí una presencia detrás de mí. Antes de girarme escuché su asquerosa voz.

-Preparame un vaso de zumo de naranja natural y sin azúcar-así que ha pasado la noche aquí con Christian. Eso fue como una daga para mi corazón incrustandose lentamente en mí. 

-¿Perdona?-le dije con  todo el asco del universo.

-Te dicho que me prepares mi zumo¿Eres sorda o que?-me dijo ella con desprecio.

-Tienes las naranjas en la cesta de la fruta y la exprimidora en el cajón-le respondi yo antes de darme de nuevo la vuelta.

-¿Pretendes que me lo haga yo?-me pregunto ella indignada¿Es tonta o que?

-Pues yo veo que tienes dos manos y que eres capaz de hacerlo-le dije mirandola fijamente a los ojos.

-Eres una puta criada así que obedece lo que te digo-me dijo ella llena de furia.

-No tengo porque obedecerte-le dije yo y en ese mismo momento entró un somnialento Christian.

-Buenos días-dijo con una sonrisa que quise borrar con mi puño.

-Buenos días cariño-le dijo ella con una sonrisa seductora. Yo en cambio me limité a asentir con la cabeza-Esta inutil no quiere prepararme mi zumo Chris.

-No me llames Chris y no tiene porque prepartelo, hazlo tu misma-le contestó él. Como había terminado de poner el desayuno en la mesa salí de la cocina escuchado como la tonta esa seguia quejandose por no tener su zumo.

Subí corriendo hacia mi habitación intentando que las lágrimas no se me escapen. Nada más llegar a la habitación me encerré en el baño y dejé que las lágrimas bañen mi rostro hasta que escuche el llanto de mi hermanito anuncio que ya habia despertado. Me limpie bien la cara para que el niño no note nada y salí a su encuentro con una sonrisa falsa.

-Buenos días mi amor-le dije dándole un casto beso en la frente. Él se limitó a sonreirme y me abrazó con fuerza cuando lo tuve en mis brazos-Ay mi pequeñin como te amo.

Le bañe y luego entre risas termine de vestirlo con un adorable conjunto formado por una camiseta blanca con unos vaqueros y unas monísimas vans blancas. Trás ello pensé en bajar a darle el desayuno pero recordé a la bruja que estaba abajo y decidí que mejor era salir fuera.

Le puse a mi hermanito una chaquetita de cuero ya que hacía un poco fresco y trás coger mi bolso me dirigí a la planta de abajo para salir. Todo iba según había planeado hasta que el señorito se cruzó en mi camino.

-Buenos días Edi-le sonrió a mi hermano antes de dirigirse a mí-¿Vas a salir?

-Sí, ya he dejado todo listo-le conteste fríamente.

-No habéis desayunado ni tu ni el niño-observó-Quizá no deberías salir antes de haberle dado algo al niño.

-Vamos a desayunar fuera y ahora si me disculpas vamos tarde-le dije como si tuviera alguna cita.

Antes de darle tiempo a que diga algo más salí con mi hermano. Estaba empezando a odiar esa sonrisa perfecta suya de la que quiera o no me he enamorado.  No entendía que me estaba ocurriendo ni porque me sentí tan celosa, si lo voy a admitir, estaba muy celosa pero sabía también que no tenía derecho a estarlo al fin y al cabo no eramos nada. Yo soy la única tonta que se enamoró, que tras un simple beso imagino cosas que no eran.

Quería irme pero no sabía a donde. Anoche dolida pensé en irme con Christopher pero ¿Que iba a decirle en realidad?¿Oye guapo, que me muero de celos porque Christian se lia con otras asi que me voy a vivir contigo? No, ni en broma me presentaré en su piso aunque él me lo haya propuesto anteriormente. Estoy harta de que otros me mantengan, voy a seguir trabajando en donde Christian hasta que reúna el dinero suficiente para poder alquilarme un buen piso y valerme por mi misma.

LLevé a mi hermanito a una cafetería y ahí le di su desayuno. Yo no probé bocado, se me habían quitado las ganas. Tras desayunar nos fuimos a un parque para que pueda jugar y de paso yo intentaba desconectar jugando con mi niño. Estuvimos un rato jugando entretenidos hasta que de pronto una adorable niña rubia se acercó a Edward con notables ganas de jugar con él.

-Hola pequeña¿Cómo te llamas?-le dije con una sonrisa. 

-Alia-me contestó ella con una adorable voz.

-Oh encantada Alia, yo soy Ana y él es Edward-le dije señalando a mi hermano que se acercó tímidamente y le ofreció su juguete¡Aww muero de ternura!

-Aria no te alejes de ese modo¿Quieres que tu padre me mate o que?-le dijo un chico a la niña que al parecer no sabe pronunciar bien su nombre. El chico tenía toda su atencion fija en la niña mientras le hablaba y cuando notó nuestra presencia levantó sus bonitos ojos azules y los clavó en los míos-Oh hola, soy Dylan, lo siento no os había visto es que es la tercera vez que me descuido un segundo y la niña ya se a movido de mi lado y como se entere mi hermano me mata.

-Tranquilo, no pasa nada-le dije con una sonrisa-Soy Anastasia pero puedes llamarme Ana.

-Uii que bonito nombre para una flor tan hermosa-me dijo con una preciosa sonrisa.

-Tito, no es una flol, es una chica-le dijo Aria que al parecer es su sobrina haciendo que los dos nos riamos.

-Son tácticas de seducción princesa-le dijo él tras guiñarle el ojo.

-¿Que es seducir?-preguntó esta vez la niña.

-Hacer amigos-le contestó él.

-Eles una bonita flol-le dijo Aria a mi hermano y este se limitó a mirarla raro y seguir jugando mientras Dylan y yo estábamos llorando de la risa.

Sin darnos cuenta el tiempo pasó volando y pronto empezó a atardecer. Pasé un buen rato con Dylan y los niños se hicieron muy amigos, tanto que nos costó separarlos, tanto que tuvimos que prometerles un helado y quedar al día siguiente para que dejen de llorar.

Dylan resultó ser un chico muy agradable y muy divertido. El tiempo con él se me pasó volando y su compañia me agrado mucho. Es dos años mayor que yo, el típico seductor de instituto pero sin los aires de gilipollas. Un chico guapo, divertido y agradable, lo sé un buen partido pero por desgracia mi corazón ya pertenecía a Christian Grey.

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now