Capítulo 27

2.2K 254 13
                                    

Pov.Anastasia:
Desperté desorientada sin saber como había llegado al lugar que más tarde identifique como mi habitación. Mi cabeza daba vueltas y seguía bastante mareada.

-Al fin despiertas, nos tenías muy asustados-me dijo Mia que estaba a mi lado sentada en una silla, al otro lado estaba Kate que me miraba con preocupación pero no había rastro de ninguno de los chicos, ni siquiera de Edward que yo recordaba haber dejado dormido en la misma habitación en la que estoy.

-¿Que a pasado?¿Donde esta mi hermano?-pregunté alterada.

-Tranquila, solo te has desmayado, no es nada grave y no te preocupes por tus hermanos están con los chicos abajo-me explico Kate desconcertandome.

-¿Hermanos?-pregunté confundida.

-Si, Ana tienes dos hermanos y eso es lo que te estábamos diciendo antes de que te desmayes. Christopher y Edward-me explico con paciencia Mia haciendo que la información me caiga como un balde de agua helada.

-Así que no es un sueño-dije más para mi misma que para ellas.

-No Ana, no es un sueño y en verdad Christopher es tu hermano-me dijo Kate cogiendo mi mano entre las suyas-Sabemos que esto es difícil para ti y lo entendemos a pesar de que piensas que no. Sabemos que para ti esto es demasiado irreal como lo sería para cualquier otra persona y que después de pensar que te habías quedado indefensa con tu hermano pequeño ahora es difícil para ti pensar que tienes un hermano mayor que daría su vida para protegerte y que lo único que quiere es recuperar el tiempo perdido.

-No me puedo creer como pudo suceder esto;es decir, ¿Como puedo ser hermana de Christopher y parecerme tanto a los que hasta hoy creía que eran mis padres?¿Y ahora que haré?¿Que se supone que debo hacer? Estoy demasiado confundida como para poder pensar con claridad en algo-confesé sintiéndome perdida.

-Tranquila, poco a poco te iras adaptando y tu corazon te guiara por el buen camino y él te dirá que debes hacer. Solo te pido que no odies a Christopher por no haberte cuidado como tu haces con Edward, era mucho más joven que tu, tan solo un niño y no sabía que hacer en esa situación pero cuando tomo conciencia de su acto no dejo ni un lugar sin buscarte en él. Recorrió varios kilómetros y te busco noche y día y nosotras somo testigos de ello-me dijo con ternura Mia-El que tus padres te hayan cambiado el nombre le hizo más difícil encontrarte pero el día que salieron las pruebas de ADN y se aseguro de que era tu hermano no había quien no notara su felicidad. Ese día por primera vez desde que conozco a Christopher he visto lagrimas de felicidad en sus ojos.

No sabía que pensar y todo seguía siendo tan irreal que daba miedo pero sabía que podía seguir siendo una cobarde y esconderme de la realidad. En algún momento tendría que salir y enfrentarse a la realidad. Las personas que había amado y que siempre había llamado papá y mamá resultaron no serlo en realidad, el niño al que amaba y por el que había sacrificado tanto resulto no ser mi hermano como pensé y el chico con el que tenía una especie de conexión rara y que me intimidaba resulto ser mi hermano. La vida a veces puede llegar a resultar demasiado cabrona.

Unos toques en la puerta me devolvieron a a realidad y supe que era la hora de enfrentarme a la verdad a pesar de que aún no estaba del todo preparada para ver al que se supone que es mi hermano. No le odiaba ni le culpaba de no haberme cuidado y protegido a su lado pero tampoco me acostumbraba a la idea y sabía que iba a necesitar mucho tiempo para llegar a hacerlo.

Para mi alivio no fue Christopher quien toco la puerta, sino Christian que venía con una notable expresión de preocupación en la cara que me enterneció. Aún no podía dejar de estar fría con él por haber desaparecido durante un mes después de besarme de aquella manera sin ningún tipo de explicación pero al mismo tiempo no podía evitar ablandarme al verlo tan preocupado por mí.

-¿Ana que tal te sientes?¿Estas mejor?¿Quieres que llame a un medico?-me dijo él acercándose a ella.

-Estoy bien, no me pasa nada tranquilo-le dije con una sonrisa que a mi pesar se notaba desde marte que era falsa. Físicamente puede que estuviera bien pero emocionalmente estaba destrozada y muy perdida. 

-¿Segura?-volvio a insistir él.

-Sí, estoy bien-le conteste y entonces note que las chicas habían abandonado la habitación dejándome a solas con él-¿Te puedo pedir un favor?

-Lo que quieras preciosa-me contesto él al instante.

-¿Puedes llevarme a casa del padre de mi madre? Puede que esas personas me detesten pero son las únicas que saben la historia entera y necesito oírla-le pedí sin vacilar.

-Por supuesto, cuando quieras vamos-me dijo él aunque se notaba que no le gustaba mucho la idea.

-Me cambio y vamos-le dije levantándome pero por la brusquedad con la que lo hice me maree y sino fuera por los brazos de Christian que me atraparon a tiempo habría caído al suelo.

Levanté la cabeza para darle las gracias y decirle que ya podía soltarme pero al instante me di cuenta del grave error que había sido hacerlo ya que su cara estaba a centímetros de la mía y al momento me perdí en el profundo gris de sus ojos, ese color que me recordaba al cielo nublado antes de un fuerte tormenta y es que esos mismos ojos desataban una tormenta de emociones en mi interior.

Sentí que me quedaba sin aliento y que todo mi mundo se para ahí mismo. Solo eran su ojos y los míos mirándose con intensidad, él estudiándome y yo hipnotizada en los suyos. No podía apartar la mirada de sus ojos a pesar de intentarlo, ni siquiera podía respirar.

-Ana....-la puerta se abrió de golpe con ese grito proviniendo de Elliot quien entro de golpe haciendo que el hechizo se rompa de golpe y ambos nos alejáramos como si el otro quemara-Oh perdón no pretendía interrumpir.

-¿Desde cuando entras en la habitación de una chica sin tocar la puerta so cerdo-le dijo Christian a su hermano notablemente molesto.

-Lo siento es que Edward se a caído y esta llorando y no conseguimos que se calme por eso he venido a ver si Ana puede bajar a verle-dijo él y en ese momento sentí como salia del shock de golpe.

-¿Mi hermano donde esta?-dije asustada saliendo de la habitación corriendo.

-Tranquila Ana, esta en el jardín-me intento calmar Elliot que venia detrás mÍo junto a Christian mientras yo bajaba corriendo las escaleras.

Corrí hasta que llegue al jardín y  busque con la mirada a Edward hasta que lo localice en los brazos de Mia sollozando como nunca. Mi alma se rompió al verlo llorar de esa manera y sin importar que estaba descalza corrí por la hierba hasta llegar a su lado. Al instante se lo rebate a Mia intentando no parecer grosera y lo abrace contra mí con mucha fuerza.

Edward al sentirme a su lado al fin dejo de llorar y se encondió en mi cuello abrazándome con su pequeños brazos con fuerza como si tuviera miedo de perderme. Verlo tan frágil y lleno de miedo me dio ganas de llorar pero me contuve y me limite a abrazarlo con cariño pero también con fuerza para que se dé cuenta de que estaba ahí a su lado y que no lo iba a dejar solo nunca, a pesar de que resulte que no es mi hermano de sangre.

-Tranquilo mi vida, estoy contigo y nunca dejare de estarlo-le dije aún abrazándolo-Eres mi pequeño y siempre lo seras a pesar de todo, no temas.

-Ana-me llamo Mia mirándome con cariño-Nosotros cuidaremos de Edward tu ve con tu Christopher y Christian a donde tus abuelos, no estarás bien hasta que te asegures de que te dice la verdad.

-No puedo dejarle solo así-confesé miradole con ternura.

-No estará solo, estamos nosotros cuatro aquí para cuidarlo y mimarlo como siempre hemos hecho desde que os conocemos, por favor Ana ve a descubrir la verdad y no te preocupes-me dijo Kate y supone que no podía decir nada más ya que de verdad necesitaba hablar con los que se supone que son mis abuelos maternos por lo que me limite a asentir y sin decir nada más me dirigí a mi habitación a cambiarme dejando a mi hermanitos en brazos de esta familia que me abrió los brazos sin dudarlo y que me ayudo en todo momento.

Espero que os guste

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now