Capitulo 44

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Pov.Anastasia:

Con el paso del tiempo las heridas de Christian habían mejorado mucho e incluso algunas habían sanado del todo. A pesar de todo seguía sin poder regresar a su casa por motivos de seguridad y Christopher insistía en que se quedará con nosotros. Yo me encargaba de cuidarlo como si fuera un bebé pero aún así iba unas cuantas horas a la universidad para no perder mucho tampoco.

Me encontraba en la cocina preparando la cena mientras Edward y Christian estaban jugando en la sala. Verles jugar juntos y llevarse tan bien causaba en mi interior mil sentimientos. Me encontraba cortando la verdura cuando mi móvil empezó a sonar por lo que tuve que dejar todo lo que estaba en mis manos para contestar. Me sorprendió ver que era Christopher ya que normalmente no suele llamar a estas horas.

-Hola-le saludé nada más descolgar.

-Hola cielo, mira te llamo para avisarte de que esta noche no volveré a casa ya que estoy muy lejos con Elliot y como hemos ido en moto nos es imposible volver con esta lluvia. Nos quedaremos a dormir en un hotel aquí cerca hasta que se pase la tormenta-me informó.

-Esta bien, cuídate hermanito-le dije con una sonrisa aunque sabía que no podía verla.

Mi relación con Christopher cada vez era mejor y me encantaba que me contará sobre nuestros padres aunque él tampoco se acuerda mucho ya que era muy joven también. Pasar tiempo con él y con Ed se a vuelto mi pasatiempos favorito y el que más disfruto.

Tras colgar me puse de nuevo con la cena. Esta noche había decidido preparar un pastel de verduras ya que es muy sano y los dos bebes de la casa necesitan comer sano. Fuera no paraba de llover y todo se veía muy oscuro a causa de las nubes grises. Eran las 8 de la tarde así que ya estaba anocheciendo. Una vez estuvo lista la cena puse la mesa y llame a Christian y Edward.

-¿Y Chris?-me preguntó Christian al sentarse en la mesa y notar la ausencia de mi hermano.

-Se va a quedar en un hotel con Elliot ya que se encuentran lejos y la lluvia les dificulta el paso con la moto-le contesté mientras les servía la cena y me sentaba al lado de Ed para ayudarle a cenar.

-Mami-me llamó el pequeño. Sí, Ed seguía llamándome mami.

-Dime mi vida-le dije con una sonrisa cálida.

-¿Papi puede contalme el cuento de eta noche?-me preguntó y no supe muy bien que contestarle. Además de que no sé porque pero seguía llamado a Christian papi y no sé muy bien si eso le agrada o le desgrada.

-Claro que si campeón-le contesto él antes de que yo pudiera abrir la boca así que solo me quedo sonreír y cenar en silencio.

Al acabar la cena, Christian se llevo a mi hermano a la cama y yo me dispuse a recoger la mesa para limpiar todo antes de irme yo misma a la cama. Me encontraba algo cansada. Me puse a lavar los platos y los demás utensilios que habíamos utilizado en la cena pero cuando estaba terminando un trueno sonó haciendo que me sobresalté y el vaso que estaba en mis manos se cayó al suelo rompiéndose en mi pedazos. 

Rápidamente, me agache para recoger los trozos de vidrió del suelo pero uno de ellos me hizo un corte haciendo que mi mano empezará a sangrar. En ese mismo momento llegó Christian a la cocina para preguntar que era ese ruido pero al ver que estaba en el suelo sangrando se acercó rápidamente a mi. Se agachó a mi altura y tomó mi mano entre las suyas.

-¿Ana estas bien?-me preguntó inspeccionando mi mano.

-Sí, estoy bien. Solo es un corte-le dije algo incomoda por la proximidad que había entre nosotros.

Él, haciendo caso omiso a mis palabras, tomó la mano herida entre sus manos y empezó a revisar la herida que era bastante profunda por la manera en la que la mano me estaba sangrando. Su cercanía me incomodaba y a la vez causaba un alboroto sentimental en mi interior que no creía ser capaz de calmar si seguía tan cerca de mi. Si su cercanía era incomoda, su tacto ardía y hacía que a través de sus delicados y suaves dedos mil llamas viajaran desde mi mano hasta el resto de mi cuerpo haciéndome sentir en medio de unas cálidas y sensuales llamas. 

Y como yo no soy muy gafe ni nada, se fue la luz y nos quedamos iluminados solamente por la débil luz de la luna que se filtraba entre las oscuras nubes que se veían por el enorme ventanal de la cocina. La situación en la que nos encontrábamos era sumamente incomoda y yo que soy la persona más inteligente del universo se me ocurrió levantar la cabeza para mirarle. Sus hermosos ojos se veían como dos órbitas mágicas que lograron hechizarme al momento dejándome completamente paralizada y no fui capaz de darme cuenta de lo cerca que estábamos hasta que sentí los cálidos y sensuales labios de Christian Grey moverse con pasión sobre los míos. Una pasión que incendió todo mi cuerpo en mil llamas e hizo que instintivamente reaccionará. 

Sin pensarlo, sin procesarlo, sin siquiera darme cuenta estaba respondiendo al beso del hombre al que amo con la misma pasión con la que él me estaba besando. Una pasión que nunca en mi vida había experimentado. Sus manos viajaron por mi cuerpo hasta alcanzar mi cintura que acariciaba con suavidad mientras que mis manos envolvieron su cuello. La herida, la luz, la tormenta..., todo había desaparecido en ese momento. Solo existíamos nosotros dos. 

Pronto mis pulmones empezaron a quemar en busca de oxigeno pero era incapaz de despegar los labios de los de él. Me estaba quedando sin oxigeno pero quería seguir disfrutando de ese momento. El momento con el que tanto había soñado y que tanto había deseado. Pero como todo lo bueno, el beso llego a su fin cuando Christian separó sus deliciosos besos de los míos pero sin romper el contacto ya que unió su frente con la mía.

Y ahí estaba yo, en el suelo de la cocina rodeada de los trozos de vidrio del vaso que yo misma había dejado caer, respirando como si hubiera corrido de Nueva York  a China sin parar y con el corazón como un salvaje y alocado caballo cabalgando, con el hombre al que amaba con locura arrodillado enfrente de mi con la respiración alocada también y solo iluminados por la débil luz de la luna. No lograba creerme lo que me estaba pasando. Parecía una escena sacada de la película más romántica del mundo. 

-Te quiero-En cuanto esa confesión salió de los labios de Christian me quedó claro que eso se trataba de un hermoso y peligroso sueño. 

-¿Estoy soñado?-pregunté más para mi que para él.

-No, no estas soñando-me contestó él con una hermosa sonrisa-Te quiero Ana. Te quiero tanto que me duele. Intenté convencerme a mi mismo de que no era cierto, de que no era amor lo que sentía, de que esto era imposible pero no puedo seguir negando lo innegable.

Holaaaaaa

Sé que no tengo perdón por tenerles tan abandon@s durante todo este tiempo. Pero creerme que mi vida a sido una completa locura durante estos últimos meses y no he podido tomarme el tiempo suficiente para escribir. A partir de ahora intentare actualizar al menos una vez a la semana una de las historia aunque no puedo prometer nada.

Espero que este capitulo les guste mucho y que me lo hagáis saber a través de vuestros comentarios y estrellitas.

PD: para l@s que me leéis también en "Cupido y el Diablo en mi contra" habrá actualización también muy pronto. Intentare que sea hoy mismo.

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now