Capítulo 11

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Pov.Anastasia:
Para mi mala o buena suerte Edward se a cansado y ya se a dormido por lo que tendré que ver la película con Christian sola.
Preparamos la sala de cine que tenía la casa para poder ver los juegos del hambre y Christian pidió la comida por lo que solo nos falta ponernos a verla.
Me senté en un cojín en el suelo al lado de Christian con mi comida china entre las manos y él le dio play antes de apagar la teme dejando la única iluminación siendo la tele.
Pronto Caesar apareció en mi campo de visión junto a Séneca y la película empezó. Es una de mis trilogías favoritas y me alegro de que Christian la tenga.
Estaban tan sumida en la película que ni siquiera me di cuenta de cuando me termine la cena hasta que Christian me quito el plato para dejarlo en la mesita que había.
Le sonreí y seguí entretenida con la película viendo la entrevista de Katniss que incluso me sé de memoria pero que me encanta ver.
La película siguió su curso y de repente la tele se apago sola haciendo que me sobresalte.
Al parece la luz se había ido ya que estaba lloviendo de una manera increíble y nosotros o por lo menos yo estaba tan sumida en la peli que ni siquiera me di cuenta de ello.
-Bueno parece ser que no vamos a poder ver la peli-dijo Christian en un suspiro alumbrando con su móvil para enseguida encender unas velas que tenía a mano.
-Bueno no importa-le dije encogiéndome de hombros.
-¿No te gusto la película que escogí?-me preguntó él.
-Oh no es eso. Todo lo contrario es mí trilogía favorita y de tantas veces que me la leí y vi me sé hasta los diálogos de memoria-le conteste sonriendo.
-Ah pues yo nunca la había visto. La tenía porque Mia la descargo la otra vez-me comento-Ven que me la vas a contar.
Tiro de mi mano y me sentó de nuevo en medio de los cojines para sentarse el enfrente de mí. Cuando su mano entre en contacto con la mía por alguna extraña razón una descarga eléctrica que nunca antes había sentido me recorrió cada hueco del cuerpo.
-Pero si te lo cuento ya no tendrá gracia que la veas-le dije encogiéndome de hombros.
-No importa. Me intriga demasiado saber como continúa como para esperar hasta que la luz vuelva-me dijo ansioso-Tu cuenta.
-Bueno pues Katniss se va a subir a un árbol y cuando los profesionales se duerman les tirara encima un nido de....-le empecé a relatar sumiendo en el relato. Le relataba la película con todo detalle y él me escuchaba con mucha atención y con una sexy sonrisa en la cara.
Pasó mucho tiempo en el que yo era la única que hablaba y relataba la película. Cuando termine de contarle me di cuenta de que me miraba fijamente con una sonrisa muy bonita en la cara.
-¿Que?-dije al ver como me analizaba en silencio.
-Con la luz de las velas tus ojos resaltan más y te hacen más guapa de lo que ya eres-me dijo así sin más de la nada haciendo que mi rostro se torne de todos los colores.
-Emm...gracias-le agradecí sonrojada mordiéndome el labio.
Estuvimos en silencio solo mirándonos fijamente en una ambiente aromático ya que Christian por error cogió las velas aromáticas en lugar de las normales. Nadie decía nada y tampoco hacían falta las palabras en un momento tan mágico para mí.
No sé que me pasaba pero me sentía como hechizada. Por más que lo intentaba no lograba apartar la mirada de sus ojos grises tan bonitos y a la vez tan misteriosos. Él tampoco hacia nada por apartar la mirada y poco a poco sentí que se iba acercando pero justo cuando pensé que iba a besarme la tele se encendió interrumpiendo el momento y dejando claro que la luz había regresado.
Rápidamente nos alejamos uno del otro y nos pusimos a ver la película. A diferencia de antes que estaba sumida en la película ahora no dejaba de pensar en mi casi beso con Christian y en lo raro que se sintió ese momento.
No entiendo lo que me ocurre cuando estoy cerca de él y porque actúa de ese modo. Es como dibuja energía sobre humana me atrajera hacía él como el imán atrae el hierro. Una electricidad extraña se hace con el ambiente cuando estamos cerca y domina el momento haciendo que todo mi cuerpo se prenda.
Cuando la película término ambos nos deseamos las buenas noches y cada uno se encerró en su habitación.
Me tiré encima de la cama y deje mi mente volar. No sé cuanto estuve perdida en mis pensamiento cuando me sorprendió darme cuenta que desde me había lanzados en la cama un par de ojos grises no había abandonado mi mente.
Cerré los ojos e intente dormir pero esos ojos grises no me abandonaban y así caí en los brazos de morfeo. Soñando con esos ojos grises que desde que los vi por primera vez no salen de mi mente.
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Los rayos del sol resplandeciente me dieron en plena cara despertándome de mi entretenido sueño en el que unos ojos grises no me abandonaban ni un segundo.
Con una sonrisa en la cara y energías renovadas me levante de la cama con cuidado de no despertar a Edward y me dirigí al baño para darme una ducha rápida.
Después de la ducha me puse una blusa azul que no abrigaba mucho pero era lo mejor que tenía por el momento junto a unos pantalones negros y mis zapatilla ya gastadas.
Definitivamente necesito ropa nueva pero primero tengo que ahorrar para el regalo de Edward. Ya es 4 de diciembre y en 5 días Edward cumplirá los siete meses así que debo comprarle algún regalito.
Le di un besito en la frente a mi pequeño hermanito y haciéndome una coleta alta baje a la cocina.
Entre en ella y para mi sorpresa me encontré con Christian hablando por teléfono.
Parece que acaba de llegar también ya que no a hecho su desayuno.
Me acerque a los muebles y empecé a preparar el desayuno tranquilamente mientras él hablaba por teléfono notablemente irritado y molesto.
-Leila por el amor de dios solo fue un polvo-le dijo exasperado él y no sé porque esas palabras me afectaron-No soy nada tuyo Leila entiéndelo ya. Yo no soy un hombre de relaciones serias y no quiero nada serio con nadie.
No sabia el que ni el porque pero algo en mi interior murió con en esas palabras que acababa de decir. No soy una cotillea pero teniéndolo aquí al lado es imposible no oír su conversación.
-A ver¿Como quieres que te lo diga?¿En chino?-preguntó sarcástico y notablemente molesto-Yo no creo en esas bobadas de amor y esas chorradas. Para mi es solo sexo y no esperes más de mí. Yo no amo a nadie y nunca lo haré.
Vale ahora si que algo murió en mi interior y un nudo se instalo en mi garganta. No sabia que era pero algo se moría al oír esas palabras.
Pasando de él seguí a lo mio y para cuando dejó de hablar con la Leila yo ya había preparado el café y unas tortitas.
-Buenos días Ana-me saludo con una sonrisa al notar mi presencia.
-Buenos días Christian-le salude de igual manera aunque no pude evitar que mi sonrisa fuera algo nerviosa al notar como me escaneaba de arriaba a abajo.
-¿Estas loca?¿Que haces con una blusa tan fina en diciembre?-me preguntó flipando.
-Emm...larga historia-le dije mordiéndome el labio.
Al final termine contándole que cuando había salido de mi casa o mejor dicho me habían echado solo pude coger algunas prendas y como era verano me vinieron buen pero que no dispongo de ropa de invierno.
Él no tardo en darme una suma de dinero para que fuera a comprar ropa y me ofreció cogerá la que quiera por ahora de la habitación de Mia. Aunque me negué a coger el dinero él insistió tanto diciendo que lo descontaría de mi sueldo que ya no pude negarme más además de que necesitó mucho esa ropa.
Después de desayunar él se encerró en su despacho a hacer no se que y yo me limite a recoger la casa como todos los días. Era una casa enorme pero al vivir en ella solo nosotros tres no hacia falta recogerla entera ya que casi todo seguía aun limpio.
Una vez termine con la casa me puse a preparar la comida de hoy antes de ir a despertar a mi hermanito. Prepare una crema de calabaza, bacalao a la plancha y de postre una macedonia de frutas.
Ya con la comida hecha me dirigí hacia mi habitación para despertar al dormilón de Edward de que se la pasaba durmiendo.
-Buenos días mi niño-le salude cuando por fin abrió sus pequeños ojitos azules-Vamos a darte un baño cariño.
Mi hermano me sonrió mientras nos dirigíamos a la bañera donde le di un baño calentito y luego le puse un pantaloncito negro con un jersey granate y sus pequeños zapatos. Después de coger a su dinosaurio nos dirigimos a la cocina para darle su desayuno.
Estaba terminando de darle a Edward su desayuno cuando Christian entro con le móvil en la mano a la cocina.
-Papa-lo llamo Edward haciendo que se de cuenta de que estamos ahí.
-Oh Peque-le saludo Christian dedicándole una gran sonrisa.
Edward le sonrió feliz y le enseñó su pequeño dinosaurio.
-¿Quieres que jugué contigo y con tu dinosaurio?-le preguntó Christian sonriendo y mi hermano asintió frenético-Bueno pues cuando tu hermanita nos de permiso iremos a jugar pero primero vas a comer todo tu desayuno.
-Ya casi a terminado-le dije y él me sonrió con esas sonrisas que hacen que cualquiera se derrita.
-Tomaté tu tiempo que tengo el día libre-me dijo sentándose en la mesa mirando su móvil mientras yo terminaba de darle de comer al niño.

Hola amores

Aqui esta el nuevo capitulo que espero que os guste y que lo disfruteis mucho. Siento la tardanza.

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