Capítulo 25

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Pov.Anastasia:
Cuando desperté estaba anocheciendo ya. No me di cuenta de en que momento me había quedado dormida y estaba muy desorientada. No se oía ningún sonido proveniente de abajo lo que realmente me extraño ya que los Grey-Kavanagh no eran precisamente una familia silenciosa.

Lentamente me levanté de la cama. Me dirigí al baño donde me lave la cara ya que no tenía muy buen aspecto debido al llanto pero tampoco me importó mucho. Tras lavarme la cara decidí que lo mejor sería bajar a disculparme por mi comportamiento y ver que tal estaba mi hermano.
Al bajar a la primera planta el silencio al que estaba sumida la casa me extraño más. En el salón había una débil luz y decidí dirigirme hacia ahí donde suponía que se encontraban pero al entrar solo encontré Christian con un vaso de lo que creo que es Whisky en las manos mirando por la ventana en silencio perdido en sus pensamientos. No había ni rastro del resto lo que me hizo sentirme algo culpable.

Al notar mi presencia se giro hacia mí. Sus ojos estaban fríos y no trasmitían ninguna emoción. No era la primera vez que los veo de este modo pero si tan fríos aunque cuando se posaron en mi relajó un poco su expresión y sus ojos dejaron de ser tan fríos.

-¿Te encuentras mejor?-me preguntó con preocupación aunque no con la calidez que acostumbraba en él.

-Sí, gracias por preguntar-le contesté tímidamente ya que no sabía muy bien como reacción y manejar su humor en esos momentos-¿Y el resto?

-Se han marchado ya y Edward se canso de jugar y se a terminado quedando dormido. Mia lo a dejado encima de mi cama durmiendo y tranquila que le hemos colocado almohadas alrededor para que no se caiga y yo mismo me he encargado de ir a echarle un ojos-me contestó haciéndome sentir culpable.

Se supone que estoy aquí porque soy su ama de llaves pero en lugar de eso parece él quien trabaja para mí. Aparte de no tener el trato normal de una ama de llaves, que no es que me queje están también las sensaciones raras que se apoderan de mí cuando esta cerca de mí y el maldito beso que compartimos. Si sigo por este camino terminaré enamorada y la vida ya me a enseñado una vez que del amor no sale nada bueno. Puede que mis padres hayan vivido un amor maravilloso y que hayan podido disfrutarlo pero se veía a distancia que enamorarme de Christian solo me iba a causar problemas.

-Muchas gracias y lo siento mucho por todo-le dije sincera-Voy a subir a echarle un ojo antes de bajar a preparar la cena.

-Esta bien, acabo de ir a verlo y por mi no hagas nada. No voy a cenar-me dijo mirándome intensamente de repente. Inspeccionaba cada detalle de mi rostro y yo no conseguía entender exactamente lo que estaba buscando.

-De acuerdo entonces voy a ir a recoger un poco la cocina-dije torpemente intentando escapar de esa mirada tan intensa. Me ponía nerviosa que me miraran de ese modo y aunque antes hubiera amado ser el centro de atención ahora odiaba serlo.

-¿Los echas mucho de menos?-me preguntó de repente desconcertandome.

-¿A quienes?-pregunté algo confundida.

-A tus padres-tras oír su respuesta la tristeza tiño de nuevo mi expresión. 

-Muchísimo-contesté con un nudo en la garganta.

-¿Te amaban?-me preguntó queriendo seguir la conversación.

-Sí y yo a ellos muchísimo. Los amaba y los amo-conteste intentando tragarme las ganas de llorar.

-¿Cual es tu mejor recuerdo con ellos?-me preguntó y millones de flashbacks me golpearon torturándome.

-Un día....-empecé a narrarle y no sé como terminamos sentados en la alfombra del sofá uno al lado del otro. Yo entré sus brazos sollozando mientras él me abrazaba y acariciaba suavemente mi espalda para calmarme.

No sé durante cuanto tiempo estuvimos de ese modo pero un fuerte trueno y un llanto me devolvieron a la realidad¡Edward! 

Casi sin darme cuenta me separé a toda prisa Christian y me fui corriendo a donde mi hermano. Al entrar en la oscura habitación de Christian me encontré con mi hermano sentado encima de la cama con un montón de cojín alrededor llorando. El niño sollozaba con todas sus ganas y mi alma se partió como cada vez que mi pequeño lloraba. Sin pensarlo dos veces me acerque a él y lo tomé entre mi brazos abrazándolo.

-Lo amas con locura¿Verdad?-me pregunto Christian desde el umbral de la puerta donde estaba apoyado con los brazos cruzados a la altura del pecho.

-No solo lo amo, es el latido que me mantiene viva y por él sería capaz de venderle mi alma al diablo y más. Con tal de verle feliz haría cualquier cosa-le conteste con sinceridad sin siquiera mirarle a la cara. Seguía meciendo a mi hermano entre mis brazos que poco a poco se iba calmando.

-Se nota a kilómetros de distancia-me dijo él. 

No le miraba a la cara pero podía notar su mirada intensa recorrerme cosa que me podía demasiado nerviosa para mi gusto. Christian tiene un efecto en mí que detesto y que no logro entender del todo.

Nos quedamos en silencio los tres por un buen rato. Cada uno perdido en sus pensamientos mirando un punto fijamente; Christian a mí, yo al suelo de su sencilla habitación y Edward a Christian con ojos curiosos. Ninguno quería romper el silencio que se había instalado y lo único que se oía eran nuestras respiraciones.

-Mañana salgo de viaje y no sé cuando volveré-me comentó de la nada rompiendo el silencio espiritual que se había instalado entre nosotros. No entiendo el porque pero me entristeció saber eso aunque hice uso de todo mi arte como actriz que era casi nulo para disimularlo. No quería que él se dé cuenta de nada y supongo que no lo hizo porque no comento nada.

-Esta bien, buen viaje-le dije aliviada de que mi voz saliera firme.

-Cualquier cosa me llamas sin dudarlo o puedes acudir a las chicas sin ningún problemas ya que ellas van a quedarse aquí-me dijo.

-De acuerdo, gracias-le contesté y como un incomodo silencio de esos que odio amenazaba por invadir el lugar decidí que era el momento de escapar-Voy a ir a cambiar a Edward.

Me levanté de la cama donde me encontraba sentada con mi hermano y pasando por su lado sin siquiera rozarlo me dirigí a mi habitación. Necesitaba escapar de su cercanía y del efecto que tiene en mí.

Estuve casi una hora encerrada en mi habitación con mi hermano tan solo acompañados por el sonido de la lluvia y los truenos. No me había vuelto a acercar a Christian y él a mi tampoco. No sabía como mirarle después de haberme roto entre sus brazos y de haber compartido ese momento intimo con él, de haber compartido mi dolor con él.

Un toque en la puerta me hizo levantarme de al lado de Edward que se encontraba en el suelo jugando con sus juguetes. Me acerque a abrir la puerta ya que veía que él mismo no la pensaba abrir. Cuando abrí la puerta me encontré con Christian con una sonrisa tenebrosa en la cara. 

Antes de que pudiera reaccionar me estampo contra la pared y junto sus labios con los míos con pasión y ferocidad. El beso más brusco y salvaje que he experimentado en toda mi vida y eso que Jack no era muy vainilla.

Al principio me quede en shock pero cuando un jadeo escapo de mi boca y Christian lo uso para meter su lengua en mi boca y empezar a explorarla me dejé llevar llevando mis manos a su pelo rebelde. Sus manos acariciaban y amazaban mi cintura mientras las mías se enredaban en su pelo y tiraban de él con suavidad.

Nuestros cuerpos estaban totalmente pegados encajando a la perfección como si estuvieran hechos para estar unidos. No pude evitar soltar un gemido cuando sus cálidas y grandes manos se colaron por debajo de mi jersey tocando mi piel desnuda.

De golpe y dejándome desconcertada y aturdida se alejo de mí y salió corriendo de mi habitación dando un portazo al pasar por la puerta. Estaba totalmente confundida y para cuando logré recuperar el sentido común y echar a correr detrás de él en busca de explicación ya era demasiado tarde. Una nota en la cocina me lo confirmaba, se había ido ya y no sabía cuando iba a volver.

Hola amores!!

Aquí esta el capitulo que muchas esperabais y espero que os haya gustado. Intentare actualizar pronto.

PD: El acceso al grupo sigue disponible, solo tenéis que mandar el numero con la ÁREA del país al privado.

Pasados EntrelazadosWhere stories live. Discover now